Don Mosqueone, Don Mosqueone…

Me ha llegado esta mañana un texto muy interesante (es que vienen solos, sin que los busque, es muy divertido, debo estar abonada, sin saberlo, a la agencia EFE celestial je je) del Maestro El Morya que habla sobre el Imperil, una sustancia sutil que generamos cuando emulamos al Capitan Haddock, si, ese don mosqueone que necesitaba un toque de Raid a cada momento. Veamos las consecuencias que acarrea esta actitud. Entre paréntesis, mis comentarios.

“El veneno resultante de la irritabilidad se llama "imperil" - un peligro dominante. Es absolutamente concreto, se precipita sobre las paredes de los canales nerviosos y se esparce por todo el organismo. Solamente el descanso puede ayudar al sistema nervioso a vencer ese peligroso enemigo, que tiende a provocar las más variadas irritaciones y contracciones penosas del organismo.

Cuanto más sutil es el sistema nervioso, más penosa resulta la precipitación del imperil. Ese mismo veneno, con un ingrediente, puede contribuir para la descomposición de la materia.

Hay que distinguir entre la indignación del espiritu y la irritación. El fuego de la irritación debe subdividirse en dos tipos. Cuando la irritación tiene carácter cósmico impersonal, la corriente del prana puede llevarse su veneno. Pero cuando la presunción y la auto compasión fortalecen la irritación, entonces el sedimento del veneno se deposita en los centros etéricos del individuo. En este caso, no hay posibilidad de retirarlo; sólo se puede eliminarlo mediante el pensamiento cósmico.(Base del Amor Incondicional)

Es grande la fuerza curativa de las emanaciones de gratitud.El imperil es ese veneno que causa tanta preocupación en las personas. No olvidéis que la mayor ignorancia es menor que una gota de imperil, pues éste impregna el espacio cuya pureza es responsabilidad de todos.

Ciertamente, el imperil es el mayor destructor de la energía psíquica. Pero tampoco deben olvidarse tres perturbadores: el miedo, la duda y la auto compasión. Cuando pueda efectuarse la medición de la energía psíquica por medios mecánicos, será instructivo observar cómo esos perturbadores interrumpen la corriente de energía. Esa corriente de energía es ayudada por esfuerzos tales como la realización espiritual.

La irritación provoca un perjuicio, no sólo personal, sino también para el aura planetaria. Es necesario guardar al fuego como a un tesoro. (Agni o fuego del Espíritu). El fósforo de los nervios se está consumiendo como una mecha, y ¿cuál es la utilidad de la lámpara sin ésta? El imperil acaba con el fósforo de nuestro sistema nervioso. Uno ha de ser capaz de pasar al menos un día sin la más ligera irritación (es lo mismo que comentó estos días Garnier Malet al decir que hemos de saber mantener la benevolencia de nuestros pensamientos). El Imperil corroe los más significantes reflejos de la energía.

(Del Libro Hojas del Jardín del Morya), de la serie Agni Yoga-

En esta etapa de transición planetaria en que la tensión y el conflicto alteran el ánimo, la armonía y el equilibrio, la irritación es algo común y corriente. Opuesta a la creatividad y a la manifestación de la bondad, el amor y la paciencia. Se trata de un estado en que el sistema nervioso responde a la influencia de fuerzas negativas, que suscitan emociones primarias y acciones no inteligentes (que se lo digan a los tertulianos de radio y TV). Una decisión tomada en un clima de irritación puede dar resultados devastadores.

Común en la vida diaria de las personas, la irritación es nociva para la salud, ya que produce ese veneno poderoso, denominado imperil en las antiguas enseñanzas de la Jerarquía.

Surge de una resistencia automática del cuerpo físico, del etérico, del astral o del mental, al impacto de impresiones negativas. Se disemina a través del sistema nervioso y desorganiza su flujo eléctrico, llegando incluso a interrumpirlo. Devora y agota la vitalidad humana.

Causante de enfermedades, la irritación debe evitarse. Podemos lograrlo si desarrollamos otro tipo de actitud, consciente y positiva. De modo que, después de registrar una mala impresión, podemos tomar la iniciativa de dejarla fluir, apartarla o hasta emplearla de forma creativa…si no directamente transmutarla.
¿Cómo? Observando y sosteniendo una actitud de presencia vigilante y despierta para que el amor responda desde el Centro, antes de que el Ego reaccione desde la personalidad. Responder, en vez de reaccionar. Basta concentrarse en el corazón y observar con una amorosa comprensión y paciencia. La alegría también es una gran purificadora, su irradiación aparta corrientes de pensamientos y de sentimientos cargados de imperil.

Pensamientos positivos, portadores de paz, comprensión, visiones o revelaciones sublimes, pueden eliminar el imperil del organismo. (La práctica de la Alquimia genética también). Por ello son tan curativos el silencio, la oración y el enfoque de la conciencia en asuntos elevados.

El ser humano recibe de los niveles sutiles o de sus cuerpos etérico, astral y mental, una energía que se dirige a los diversos órganos y cuyo flujo, si se lo obstruye, genera disfunciones o una desvitalización que favorece la proliferación de gérmenes y de microbios. Desregulado, el flujo imprime en las células un exceso de energía que las vuelve hiperactivas, con riesgo de desarrollar tumores ó cáncer. El imperil, al acumularse, principalmente en la región del plexo solar (bazo/páncreas), puede provocar enfermedades en el aparato digestivo y, después, en todo el organismo. También tiende a impregnar la personalidad, causando con ello problemas psicológicos.

Las causas de la irritación son múltiples. Por ejemplo, una persona que usa la fuerza de voluntad para llevar a los demás a hacer lo que ella quiere, se irrita con facilidad. Para caer en ese estado, basta contrariar su deseo de ver las cosas hechas de determinada manera. La exigencia y la intolerancia son fuerzas constrictoras que pueden generar agresión, roces y, como consecuencia, irritación.
El odio, el desamor, los sentimientos de venganza, los pensamientos destructivos y el continuo rechazo a personas, situaciones e ideas - frutos de los prejuicios - destruyen la sensibilidad y provocan una especie de cortocircuito en el sistema vital. Y tanto las quejas como la ingratitud disminuyen el magnetismo de la persona e inundan su naturaleza con imperil.

¡Y ni que hablar de la crítica y de la habladuría! Producen verdaderas tormentas en el cuerpo astral: lo dejan en una situación negativa, incentivan la irritación en la persona y en los demás.

El egoísmo, el individualismo, el egocentrismo, ampliamente diseminados y hasta valorados hoy en día, son fuente prolífica de irritabilidad. La distorsión consciente de los hechos, la falsedad y la mentira también causan mucha tensión en los cuerpos mental, astral y etérico. Rompen su armonía y generan imperil.
Por otro lado, la impaciencia y la ansiedad, provocadas por la insatisfacción con la vida y por la visión superficial desprovista de valores reales, son sólo un disfraz de la irritación.

La autocompasión y el complejo de inferioridad, que hacen que la persona se identifique con sus fracasos y deficiencias, o sea, con su propio ser inferior, niegan la esencia espiritual. En ese estado, la persona se deja subordinar al imperil.

La agitación del cuerpo astral promovida por películas (y telediarios), por lecturas sobre desastres o sobre asuntos que causen aprehensión, puede igualmente generar el veneno imperil. Tal perturbación también puede surgir de relacionarse con alguien que manifieste mucha ira. (Si, pero en este caso la solución no pasa por mandar a esa persona a Tombuctú o por huir de su lado, sino por comprender en qué momento le hemos pedido, de forma inconsciente, que actualice nuestro potencial iracundo).

La polarización de las energías del ser en el cuerpo astral, como consecuencia de practicar ejercicios respiratorios inadecuados, excesivo hatha yoga o excesiva actividad sexual, etc., puede desencadenar un agotamiento físico, y, al igual que las drogas alucinógenas y la música rock o similares, generar irritación e imperil.
Los ruidos, de por sí, tienen a desorganizar los canales de inspiración espiritual, con un efecto desintegrador sobre la mente. Causan tensión e irritación nerviosa. (¡¡Cómo deben de estar todas esas personas que se pasan parte del día conectadas a unos auriculares que vomitan decibelios de forma espantosa!!)

Debido a la falta de autocontrol o la debilidad de la voluntad, una persona irritada atrae a sí misma un gran número de pequeñas entidades del bajo astral que se alimentan de las emanaciones de la ira, lo que reduce su nivel de energía o la voluntad. Las ideas elevadas no llegan hasta los seres cargados de imperil. Por eso los Maestros e instructores nos piden constantemente calma, quietud y sosiego, las energías del Cosmos que necesitamos para autocurarnos y recuperar nuestros dones no llegan si la ira bloquea los canales etéricos.

El libro "Leaves of Morya's Garden", de Agni Yoga Society, dice:

" Así como un erizo es incapaz de sentir una caricia, las emanaciones de irritación impiden la entrada de los pensamientos que Nosotros enviamos ".

La Importancia de estar atentos y presentes en nuestro SER y en nuestro día a día, a la vez es imperiosa para toda sanación y no dejemos de considerar que el Imperil se propaga de persona a persona a través del Aura.

Es un acto de amor inmenso no caer en la ira para no llevarla a nuestro hogar, hijos, relaciones, trabajo, y así sucesivamente acrecentar el caos en el planeta.
Somos co-creadores, seamos conscientes por nosotros y por todos los seres que nos acompañan en éstos tiempos de cambio, de cada energía que emitimos.

Publicado por Tahíta

3 comentarios:

Pili dijo...

Soleika, gracias por este artículo, me ha encantado!

Realmente la ira y el enfado hacen que todo vaya mal, se convierten sin querer en una bola de nieve que todo lo arrastra...

Gracias por estos textos y tus comentarios, reflexionarlos nos ayudará a mejorar a nosotros y a nuestro entorno...

Un abrazo

ana dijo...

que cierto es . Creo que he dejado penetrar algunas gotas de imperil, y he notado como se acomodan e invaden mi sistema nervioso. Leer este artículo me ha hecho retroceder , verme en muchas ocasiones perdida y sin reconocerme. Una vez más , tu blog es un alimento para mi alma , es un rescate para mi ser: GRACIAS SOLEIKA.Y POR ESO CADA VEZ TE QUIERO MÁS!!!
Ana Sanchez

Pilar dijo...

Las Enseñanzas del Maestro El Morya siempre, siemre son Maravillosas!!!!!

Gracias por esta hermosa Sabiduría, muchas Gracias .
Pilar de Rios.

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