Ayer fue un día memorable para nuestro clan familiar: celebramos por primera vez el Día de la Manada (nuestro apellido –Llop- significa lobo en el idioma catalán). La idea partió de nuestra hermana, Milena, la geminiana de la familia, lo cual no es de extrañar, siendo Géminis el signo de la fraternidad universal. Si existe el Día de la Paz mundial, el Día del Niño, el Día de la Madre o del Padre etc.., ¿Por qué no establecer un Día de nuestra manada? –pensó ella- y así lo hicimos. Fue una jornada en la que nos juntamos sólo los cuatro hermanos, sin hijos, cónyuges u otros adyacentes, para disfrutar juntos y compartir. Recordar las situaciones entre kafkianas, woodyallenenses y grouchianas que hemos llegado a vivir con nuestros padres hizo que saliéramos de la reunión con agujetas en el esternón, de tanto reír. Nunca había visto a mis hermanos llorar de risa como este día. Lo asombroso es pensar que algunas de aquellas situaciones, en el momento en que las vivimos, pudieron ser penosas, duras, traumáticas o difíciles de encajar. Sin embargo, desde la distancia y una vez despojadas de su carga de dramatismo, de ese cascarón que nos impide percibir la esencia de las cosas, nos dimos cuenta de que sólo pueden provocar un intenso, prolongado, monumental y estruendoso ataque de risa.
Al recapitular el día, pensé en la felicidad y la satisfacción que debían estar sintiendo nuestros padres desde su morada celestial, por nuestro encuentro, por poder palpar ese inmenso amor que nos une a los cuatro, más allá de las pequeñas rencillas humanas que hayan podido surgir en alguna ocasión entre nosotros. Pensé en el efecto dominó que esto podría producir en la conciencia familiar a nivel general. Y lo divertido es que pude comprobarlo casi de inmediato. En cuanto regresé a mi casa, recibí una llamada de mi hija -que llevaba un tiempo disgustada con su hermano- en la que me dijo que quería llevárselo con ella de viaje, con intención de acercarse a él y poder paliar un poco los efectos de esta difícil patología llamada “adolescencia”. Nuestros hijos son nuestras obras, son como esponjas que se empapan de todos nuestros contenidos. Si queremos que entre ellos haya unión y solidaridad, predicar con el ejemplo tal vez sea la estrategia más acertada
Por otro lado, también he podido comprobar, a través de los centenares de terapias que he realizado, que la estructura familiar está estrechamente conectada con la estructura celular de cada ser. Dicho de otro modo, si existe división, falta de solidaridad y de comunicación entre los miembros de un clan familiar, esto mismo ocurre a nivel celular en todos los integrantes de este clan, aunque cada uno lo manifestará a su manera. Y suele darse el caso –sobre todo cuando los enfrentamientos familiares tienen cierta envergadura o se prolongan mucho en el tiempo- de que uno de los miembros acepte llevar sobre sus espaldas el peso del dolor acumulado en la conciencia familiar. Y lo hace a través de una enfermedad o de un comportamiento anti-social. Lo hace a través de actitudes que acabarán obligando al clan a hacer –por las malas- lo que no son capaces de llevar a cabo de forma consensuada: reunirse, comunicar, intercambiar, solidarizarse. Hace poco, una amiga me contó la siguiente anécdota: “Cuando mi padre estaba ingresado en el hospital por una simple subida de tensión, las enfermeras me aconsejaron que lo llevara al psicólogo, ya que él les había pedido a los médicos que le operasen de algo, de lo que fuera. Cuando le pregunté a mi padre la razón de esta curiosa petición (ya que él no necesitaba ninguna operación), me contestó que cuando estaba en el hospital, era el único momento en que conseguía reunir a toda la familia”. Nada más eficaz que una enfermedad grave, un accidente o un drama para unir una familia descompuesta. En casos muy recalcitrantes de odio o desunión familiar, puede ocurrir que quien asume el papel de aglutinante, el que da la nota, tenga que entregar su vida para hacer reaccionar al resto del clan. ¡Qué triste debe ser tener que llegar a ese límite!
Creo que compartir con todos los lectores estos momentos de intimidad familiar ha valido la pena porque ha derivado en una reflexión profunda que puede ser de utilidad para muchas personas.
Abriendo Conciencia, Charlas, Reflexiones, Meditaciones, material creativo de alto voltaje
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Sobran los comentarios, estas imágenes ponen la piel de gallina. Da que pensar.. Que lo disfruten.
3 comentarios:
Gracias Soleika, me ha sido muy útil el comentario, efectivamente veo en mi como la comunicación celular se pierde por la incomunicación familiar.
En el libro "El nombre de la rosa" de Umberto Eco se ve cómo Berengario, el anciano bibliotecario de la abadia en la que transcurre la acción, en el siglo XIII, acude al asesinato para preservar la conciencia católica de la lectura de un tratado de Aristóteles sobre la risa. Libro desestabilizador donde los haya -piensa el anciano- hay que evitar que las mentes vírgenes de los novicios (de una virginidad no sólo intelectual)pueda verse trastocada por una idea que cuestiona el sentido trágico de la vida tan caro al catolicismo.
Milan Kundera se refiere a los "agelastos" (neologismo de Rabelais) para referirse a los que no saben reir. Afectados de una circunspecta seriedad, son los guardianes de la ortodoxia, los censores, quienes erigen los códigos de conducta. Los agelastos no tienen sentido del humor porque no son capaces de distanciarse de sí mismos.
La risa es transgresora porque libera. Te lleva a ver las cosas desde una perspectiva hilarante, lo cual hiere su trascendencia y contribuye a tu autonomía intelectual. Berengario lo comprende: por ello no puede permitir que los novicios transiten por esta senda, hija del sarcasmo y de la ironía.
La risa transgrede los códigos tácitos de los que no saben reírse de sí mismos, y ayuda a crear uuna nueva "ecclesia".
Es un privilegio compartirla con tus hermanos.
Llorenç Llop
Hola hermanos Llop.
Sólo tengo el placer de conocer a Milena, a quien le tengo una enorme gratitud por su libro de interpretación de los sueños que me ha ayudado en muchísimas ocasiones. Y a muchas otras personas porque ella me dio permiso de subirlo s mi web:
http://www.mind-surf.net/diccionario/
¿Sabéis si va a reeditarlo? Ojalá que sí y que lo amplíe... ¡Será un best-seller!
Hoy de "casualidad" me topé con vuestro blog y quiero felicitaros por vuestra unión fraternal y por vuestras respectivas labores. Me alegro mucho de que os la paséis tan bien y deis tanta luz al mundo
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Os envío un abrazo y mucha paz a cada uno.
Karina Malpica
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