LA INICIACIÓN, UN RITO UNIVERSAL por Soleika Llop

Enfrascada en la lectura del libro -La Masonería, el Código de la Luz- que acaba de publicar mi hermano Tristán (seudónimo Kashiel) quedé sorprendida al comprobar que el ritual masónico de iniciación de un neófito guarda un gran parecido con la técnica que empleo en todas mis terapias, sobre todo en las de Alquimia Genética. Tal vez el lector se pregunte cómo es posible tal sorpresa ya que ambos pertenecemos a la misma familia y hemos bebido más o menos en las mismas fuentes. Pues se debe a que nunca me interesé demasiado por la Masonería, porque no puedo estar metida en todas las salsas, y porque tampoco me atraía demasiado. Por esta razón, hasta ahora, nunca había leído las planchas (escritos) masónicas de mi padre ni las de mi hermano.

Dice el texto mencionado: “en épocas pasadas, en los días previos a las iniciaciones, se sugería a los neófitos que mantuvieran una dieta ligera, exenta de cualquier tóxico y que realizaran paseos por la montaña”. Eso mismo recomiendo a las personas que quieren realizar una terapia.

“Antes de penetrar en el templo masónico donde será iniciado, se le vendan los ojos al candidato, se le conduce a una cámara de reflexión iluminada tan solo por la luz de una vela. Esa cámara simboliza el fuero interno del ser humano, allí donde mora la conciencia”. Cuando inicio una terapia, le vendo los ojos a los pacientes y apago las luces de la consulta de manera que sólo quede la tenue luz de una lámpara de sal.

“El gabinete de reflexión representa el punto de partida de cualquiera de nuestras actuaciones humanas. En ese sentido, significa que antes de iniciar cualquier cosa, por pequeña que ésta sea, conviene descender a la gruta de nuestra conciencia para meditar”. Una vez el paciente ha adquirido la técnica necesaria para poder conectar con sus guías y con su Yo Superior, le recomiendo que acuda a esta estancia psíquica a cada vez que se plantee cualquier pregunta o antes de tomar cualquier decisión importante.


“Cuando los miembros de una logia penetran en el templo, deben efectuar tres vueltas antes de ocupar sus lugares correspondientes. Este acto simboliza la elevación necesaria para desarrollar los trabajos rituales. Procedemos todos de un mundo profano cargado de problemas y preocupaciones. Para desconectar de esta realidad, es preciso elevarse por encima de los condicionamientos mundanos, para así poder vislumbrar la realidad desde la globalidad, con más perspectiva”. Este es el propósito de la inducción, en la que pido al paciente que se sitúe en lo alto del Monte Saint Michel.

“En la antigüedad, se despojaba al candidato de su ropa y se le endosaba una túnica que se le prestaba para la ceremonia. El vestido es el emblema de la personalidad profana y al trabajar con la personalidad sagrada, uno tiene que despojarse de él, de modo que en estricto simbolismo, el candidato debería presentarse en el templo desnudo. En la actualidad, se ha modificado el ritual de manera que esta preparación consiste ahora en despojar al candidato de todos sus objetos de valor: reloj, joyas, dinero, llaves etc.”. Una vez se ha situado mentalmente al pie del Monte Saint Michel, le pido al paciente que escale mentalmente esta montañita, en su cima se sitúa el templo dedicado al arcángel Miguel. A medida que va escalando, le digo que imagine que se va despojando de su ropa y pertenencias (zapatos, joyas, complementos etc.) hasta quedarse totalmente desnudo (mentalmente) luego le digo que imagine que se reviste de un precioso manto blanco tejido con hilos de luz, es su vestido sagrado. Con esta túnica, penetra en el templo.


“La masónica es una sociedad viajera, casi podríamos afirmar que el objeto de sus ritos es poder viajar, porque en la dinámica del viaje se esconde una importante enseñanza; el viaje interno o simbólico lleva a descubrir nuevos aspectos de la personalidad”. En el transcurso de la terapia, el paciente realiza numerosos viajes interdimensionales en los que entra en conexión con familiares que han fallecido (por ejemplo, cuando es preciso llevar a cabo una reconciliación o bien cuando la persona necesita consolarse por la pérdida reciente de un ser querido), con guías y seres de luz.


“Cuando el candidato penetra en el templo, lo hace por los sótanos del edificio, es decir por el fondo del propio ser... es preciso conocer ese interior en profundidad de modo que nada permanezca oculto en el inconsciente
”. Uno de los objetivos de la Terapia es precisamente sacar al consciente los contenidos del inconsciente, haciendo aflorar los patrones limitadores que bloquean el libre paso de la energía/información.


“Se le pide al candidato que redacte su testamento filosófico, respondiendo a tres preguntas: cuáles son los deberes del hombre hacia Dios, hacia si mismo y hacia la sociedad”. Cuando el paciente entra en conexión con sus guías, le sugiero que les pregunte cuál es su principal misión en la Tierra.


“El neófito es conducido a un cuarto oscuro en el que se encuentran varios objetos, entre ellos un esqueleto y un frasco de vitriol. El esqueleto indica que estamos ahí para construir, para edificar los esquemas básicos que más tarde han de dar vida a todo un organismo social. Indica también que el candidato debe estar dispuesto a llegar hasta la realidad última de las cosas. Las ideas, los pensamientos, deben ir proyectados hacia ese objetivo último simbolizado por el esqueleto, en torno al cual se organizará la vida social. El esqueleto representa la base sobre la que se sustentará el edificio. Aplicado a la vida cotidiana, indica que las cosas deben realizarse con un orden y que cada idea, proyecto o relación debe sustentarse sobre una base sólida”. En la Terapia de Alquimia Genética, el esqueleto en torno al cual todo gira, la base que va a permitir al paciente reordenar y edificar su realidad, son las doce capas de su ADN. Al trabajar con ellas, la persona realiza lo que en términos informáticos se denomina una defragmentación de disco, es decir, un reordenamiento de toda la información.


La palabra Vitriol significa : Vista Interiora Térrea rectificando Invenies Occultum Lapidem (visita el interior de tu tierra y rectificando encontrarás la piedra oculta). Esto quiere decir que descendiendo a las profundidades de su realidad, de su tierra, explorando los patrones heredados de sus padres y ancestros, el candidato hallará la verdad de su espíritu, su esencia. El Vitriol representa nuestra capacidad para rectificar y enmendar los daños que hayamos podido causar en nuestro deambular humano, nuestra capacidad para perdona”. Cuando detecto, a través del estudio de la carta astral del paciente, o a través de su historial transgeneracional (en la entrevista previa a la terapia, le pido que me lo resuma), que existe un conflicto con algún familiar, le sugiero que lo resuelva antes de empezar a trabajar con el ADN espiritual. Le ayudo a conectar con el alma de este familiar, le hago diluir los lazos kármicos que le unen a él, haciendo que le perdone incondicionalmente y que le pida perdón por si le ha causado algún daño. Para ello, le hago conectar con su ser crístico, y cuando uno se sitúa en la autopista crística, desaparecen todos los rencores, las incomprensiones, las rabias y los odios. El vitriol crístico borra todos estos contenidos.


Hay muchas más coincidencias entre el ritual masónico y mis terapias, pero he querido limitarme a destacar las principales. Comentándolas con mi hermano, me contestó que no era de extrañar, porque ni él ni nuestro padre -Kabaleb, co-autor del libro mencionado-, se referían a un ritual de iniciación perteneciente a una escuela o corriente determinada sino al código de la luz, es decir, a un rito universal que permite al ser humano conectar con su esencia y llevar el cielo a la Tierra.

Os recomiendo la lectura de este libro, que os ayudará a encontrar el código de la Luz.

No hay comentarios:

Entradas populares