Poco importa si esta imagen forma parte de sus vivencias pasadas o si la tomó prestada del club de vídeo del inconsciente colectivo. Nos quedaremos con su significado simbólico: el fuego que quema simboliza una incorrecta utilización de la propia luz/energía/información. Eso le pudo pasar en otra existencia pero también en ésta. Le sugerí que se trasladara al momento en que aceptó bajar por primera vez a la Tierra, percibió un túnel oscuro (agujero de gusano, paso a otra dimensión) y vio de nuevo mucho fuego y una gran explosión.
Al preguntar a los guías nos dijeron que se trataba de la destrucción de la Atlántida. Este continente hundido simboliza la mente racional, la ciencia sin conciencia, la emisividad, el buscar las respuestas y soluciones en el exterior, la manipulación de la energía, por contraposición a la Lemuria, que representa lo contrario. Le sugerí que le siguiera la pista a las ondas escalares que causaban estragos en su casa y me dijo que venían de la Atlántida, y al preguntarle quién mandó esas ondas, me contestó: “yo misma”.
Independientemente del hecho de que dichas ondas fueran detectables y estuvieran realmente perjudicándola –lo cual no pongo en duda- ella, desde su propia psique, había contribuido a crear esta situación. Como acertadamente dice Seth en su libro II:
“Si imagináis que el entorno o la condición física son la realidad, entonces os sentiréis atrapados por ellos y perderéis vuestras fuerzas luchan contra un dragón de papel. El entorno se cambia siempre desde dentro. Hay una retroalimentación instantánea entre las condiciones interiores y las exteriores pero la movilidad, la necesidad y el método para cambiar el entorno físico siempre surgirán del interior. Si entiende esos conceptos, el individuo puede llegar a darse cuenta de la libertad que tiene para operar intencionadamente dentro de la estructura de la vida física”.
Nadia también expuso que tenía varios empastes de Mercurio en la boca, que la estaban intoxicando. A nivel astrológico, este planeta representa la mente racional, así que, se mire por donde se mire, el problema central de Nadia es que es excesivamente mental y racional (un extremo que corrobora su carta astral), su alma estaba reclamando a gritos el derecho a ser escuchada, sus estructuras mentales estaban creando una gran explosión. Y para llegar hasta este extremo, tenía que haberse hecho la sorda en muchas ocasiones, incluso en vidas pasadas.
Por otro lado, si estamos convencidos de que una fuerza exterior a nosotros nos está fastidiando la vida, nunca haremos nada por remediarlo, es una buena justificación para el inmovilismo. Si uno se siente clavo, estará rodeado de martillos, si uno se siente víctima, estará manteniendo energéticamente la existencia de los verdugos. Cuando Tesla descubrió las ondas escalares, decidió utilizarlas en su beneficio, por lo tanto es posible hacerlo. Lo que llamamos la oscuridad siempre forma parte de un gran plan de luz, es la luz disfrazada.
Es posible invertir la polaridad de una geopatología de manera que resulte positiva para quien la padece. Siguiéndole la pista y averiguando de dónde viene. Puede lograrse, por ejemplo, a través de la Alquimia Genética. Nadia se quejaba de toda la energía y el dinero gastados en especialistas de toda índole que certificaran la existencia de las mencionadas ondas, pero lo cierto es que si los hubiera invertido en reanudar el contacto con la fuente, sus problemas se habrían esfumado hace tiempo. La conciencia suele ser la vía más rápida para solucionar cualquier escollo.
Soleika Llop
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