Los genios con fecha de caducidad


Siempre me han llamado la atención esas personas que han sido capaces de traer a la Tierra un pedacito de cielo, que han captado una parcela de ciencia divina, la han divulgado y luego se han echado la siesta, y a vivir de rentas, que son cuatro días…

En un momento de receptividad especial en que su mente racional estaba de “walk about” (como diría Cocodrilo Dundee), o sea, de paseo, se les han abierto las compuertas y han dado cancha a su Yo multiversal. Trátese de científicos, escritores, artistas, actores, filósofos o creadores en general.


Han divulgado y compartido sus momentazos de genialidad y luego se les ha cerrado de nuevo la puerta porque en su vida diaria no han sabido estar a la altura de ese fuego prometéico. Cuando un actor crea un personaje y le va dando fuerza en cada una de sus actuaciones, llega un momento en que se crea un egrégor, el personaje se adueña de sus resortes psíquicos y exige que se le siga alimentando, dentro y fuera del escenario.

Los papeles teatrales o cinematográficos no se eligen por casualidad, sino que forman parte del programa de vida de cada actor. Por ejemplo Christopher Reeve, que encarnó el personaje de Superman, nació con el Sol situado en el área de influencia del ángel Aniel, cuyo programa habla de salir victorioso de cualquier embate, de penetrar en otros planos de conciencia, de ser un intermediario entre el cielo y la tierra, entre lo humano y lo divino, de elevar la conciencia de los aletargados, de ser para los demás un faro de luz. Su programa contrario, que se activa cuando uno no cumple con el programa de luz, habla de ser dependiente (acabó paralizado), de no saber llevar a la práctica lo que uno piensa, de suscitar grandes esperanzas que no se concretan.

Su Neptuno natal trabajaba con las fuerzas del ángel Nemamiah, cuyo programa habla de ser un defensor de grandes causas, de ser el organizador de una nueva sociedad, de luchar por la creación de un paraíso terrenal. Y en su programa contrario habla de tener una salud deficiente y de traicionarse a uno mismo. El papel de Superman no le fue asignado por su físico ni por su poder de seducción, sino porque era de algún modo la misión que su alma había elegido. Por lo tanto, no podía apearse de su personaje cuando salía de los estudios de Hollywood. Todos los actores deberían conocer sus programas angélicos, evitarían muchos problemas, físicos y psíquicos.

¿Qué ocurre cuando permitimos que la mente racional selle las compuertas de acceso al Yo multiversal y encima tira las llaves (como a veces pasa)? Pues que nos invade una tremenda, indescriptible y profunda tristeza. El contacto con la fuente de la creatividad no ha de ser momentáneo o esporádico sino permanente, constante. Hemos de poder establecer un diálogo continuo y fluido con lo que el Cristo llamaba el “espíritu de verdad”, con ese avatar que tiene la respuesta incluso antes de que formulemos la pregunta.

“Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo rogaré al  Padre y os dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre: el espíritu de verdad, que el mundo no puede recibir, porque no le ve ni lo conoce; vosotros lo conocéis porque permanece con vosotros y está en vosotros.» (Juan XIV, 15-17).

El amor es el espíritu de verdad, que prevalece por encima de la razón, de la lógica, de todos los programas y planificaciones. Y cuando el hombre se ve poseído por ese espíritu ve las cosas como son, en su totalidad, en su unidad, sin que le sea posible explicar de una manera coherente y metódica esa verdad, demasiado amplia para caber en las palabras. Los que viven en la prisión de las leyes, normas y reglas, le dicen al hombre poseído por el espíritu de verdad: «A ver, díganos cómo lo ve, explíquese, por favor, aporte pruebas», y el otro sólo puede balbucear su visión del universo, porque en él hay algo que no puede explicarse, que sólo se puede vivir internamente y ser comunicado a través de la dialéctica del amor, que no dispone de abecedario, de gramática ni de palabras.” (Kabaleb Como Descubrir al Maestro Interior).

Pero ese “abogado” es muy sibarita, no le gusta pringarse en los lodazales de la 3D, sólo puede manifestarse en medio de la belleza. Nos insta a que pasemos por las aduanas de la 4ª, 5ª y 6ª dimensión y soltemos en ellas todos los lastres, todo lo que pueda representar un peligro potencial de cara a nuestro vuelo de ascenso. En resumidas cuentas, la llave de acceso a ese abogado  y a la genialidad sin fecha de caducidad es el amor, puro, sin límites, sin “peros”, sin barreras, sin fronteras, pero primero a uno mismo. Porque, ¿cómo vamos a poder dar lo que no tenemos?

Existen los médicos, los arquitectos, los payasos (y no sé cuántos colectivos más) sin fronteras. ¿Por qué no crear un nuevo grupo, el de los amadores sin fronteras? Ahí queda la propuesta. ¿Te apuntas al club? El socio fundador es un melenas que se manifestó hace 2000 años, con tanta fuerza que su impronta ha quedado grabada con tinta indeleble en nuestros corazones. Puedes ser socio honorífico, como los apóstoles, o militante de base, como aquellos pastorcillos que fueron a adorar el nacimiento de Jesús. Tú eliges. Pero no te quedes en tierra de nadie, porque fuera de este club la vida es muy aburrida y tedia.

Soleika Llop

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