Para saber lo que puede dar de sí, conviene observar el programa de los ángeles que rigen esta conjunción: Haaiah 26 y Poyel 56. Haaiah habla de unir la cabeza con el corazón, la ciencia con la mística, de tener la habilidad para solucionar situaciones difíciles, de ganar procesos y tener los jueces a favor, de armonizar la vida social y Poyel nos aporta las herramientas para saber construir un paraíso en nuestro entorno, aporta fortuna, fama, belleza, seducción, humor y optimismo. Es bastante lógico ya que este ángel tiene su domicilio en la esfera de Venus-Netzah en el Árbol Cabalístico. Haaiah lo tiene en Hesed-Júpiter, es decir, que lo miremos por donde lo miremos, en este día se juntan el hambre de optimismo con las ganas de comer jovialidad y expansión.
Podría ser una buena idea acoger estas fuerzas como se merecen, prepararles algún altar, en nuestra casa o en nuestra psique, imaginando que acondicionamos estas estancias (la física o la etérica) para recibir a dos dioses del Olimpo. En ese día, pienso disfrazarme de diosa y elevar las manos hacia el firmamento esperando recibir alguna sorpresa, fruto de la unión de ambos. Estemos muy atentos, porque el universo siempre responde a nuestras peticiones, de forma práctica o sutil, pero responde.
Para Aries, signo o Ascendente, la sorpresa tocará el sector de los niños, la creatividad y la suerte, conviene comprar lotería.
Para Tauro, las sorpresas pueden venir del hogar, la familia, la madre.
Para Géminis, hermanos, vecinos, comunicación.
Para Cáncer economía, inversiones.
Para Leo su imagen, sus iniciativas, su cuerpo, su personalidad. Si se va de shopping en este día seguro que elige la ropa más favorecedora.
Para Virgo, enamoramiento a la vista, será el momento de volcar los sentimientos.
Para Libra, las amistades, los proyectos, los protectores, las actividades grupales pueden ser fuentes de buenas sorpresas.
Para Escorpio el sector profesional, el padre, la actividad social.
Para Sagitario los viajes, los cambios, la expansión, el descubrir nuevos territorios, el contacto con el extranjero o con otras dimensiones.
Para Capricornio, el reconocimiento de su labor, el amor que le brindan los demás, la sexualidad, la auscultación interna.
Para Acuario la pareja, los socios, el contacto con la sociedad en general, el equilibrio interior.
Para Piscis la capacidad de sanar, la salud, el soltar lastre, las obligaciones diarias.
Así que ojo avizor, preparemos el altar, real o sutil, en cada una de esas áreas y acojamos a los dioses con esplendor y alegría, esperando que nos concedan sus dones, no solo ellos, sino también Haaiah y Poyel, cuya labor se verá magnificada por ambas luminarias. Dejemos que la magia penetre en nuestras vidas y percibamos todo lo que está ocurriendo ahora mismo en la sociedad como los dolores que precedenun gran parto: el del acceso a la quinta dimensión, la de la conciencia.
Soleika Llop
No hay comentarios:
Publicar un comentario