Diálogos entre almas


En el transcurso de estas fiestas navideñas me han llegado ecos de historias familiares, y siento la necesidad de expandirlos. Liliana, un ser dulce y angelical que suele dedicarse en cuerpo y alma a su clan familiar, bajo la presión del pulso Urano-Plutón de estos últimos tiempos, empezó a sentir en su sismógrafo sutil las primeras señales de un maremoto interior. El toque de campanas le llegó a través de su sparring partner –su marido- que le planteó un dilema que no brilla por su originalidad: “Tu familia o yo”.

Liliana se sintió como partida por la mitad y hasta le pasó por la cabeza la idea de partir peras con su compañero de vida, desde la consabida y estereotipada fórmula: “mi familia forma parte de mi, si no la acepta, está rechazando una parte de mi ser entonces, ¿qué hago a su lado?”.

Pero ahí entra la última hada del cuento, la que deshace el sortilegio o lo atenúa, me refiero a la fuerza uraniana, que le susurra al oído: “¿Para qué te sirve la Alquimia Genética sino para hallar soluciones nuevas para los problemas antiguos?”. Fue cuando me llamó y me contó su historia, la cual resonó en mi –gracias al entrelazamiento cuántico- con alguna que otra vivencia que he tenido estos días, así que las respuestas que le di también me han servido a mí, aunque aplicadas a otro problema distinto. Reproduzco parte de nuestro diálogo, por si algún lector se puede beneficiar de ello:

- Liliana: Me gustaría hacerles a mis familiares una sanación etérica, pero ellos no comulgan con las mismas ideas que yo, y sé que no puedo hacer nada en contra de su voluntad…

- En efecto, no conviene mandarles una sanación por vía etérica si ellos no consienten o si sus almas no dan su permiso, pero lo que sí puedes hacer es comunicar con ellas desde el otro lado de la cortina

- ¿Cómo lo hago?

- Te los llevas al Mont Saint Michel, sales al patio, por encima del templo verás planear una gran estructura de luz, es una nave etérica de sanación. Imaginas que desde allí se despliega una escalera, subes por ella, te introduces en la nave. Te darán la bienvenida unos guías de luz, les pides que te conduzcan hacia la sala de proyecciones. Hay unos sillones muy cómodos, te instalas en uno de ellos. Imagina que en una pantalla gigante te proyectan la imagen de tus familiares, pero en este lugar la vibración es tan elevada que no los percibes en su aspecto habitual, sino en sus cuerpos de luz
- Ooooh, me encanta la idea

- Desde allí hablas con ellos y les dices todo lo que no les puedes comunicar de viva voz. Si ellos llaman constantemente tu atención en el mundo físico, quizás es porque están necesitados de tu luz, de tu dulzura, de tu excelencia. Si les aportas estos valores desde otros planos de conciencia, puede que consigas varias cosas a la vez:

Tu marido se calmará al notar que pasas más tiempo a su lado
Lograrás que se sientan sutilmente atendidos y mimados por ti, así requerirán menos atención en 3D
Actualizarás los potenciales, es decir, objetivarás, bajarás a la tierra contenidos de tu “cielo” y tu luz fluirá mejor

Cuando no sabemos cómo expresar lo que sentimos o pensamos por temor a no ser comprendidos o a que nuestras palabras caigan en oídos sordos, puede ser un recurso interesante comunicar de alma a alma. Sin embargo, tampoco olvidemos los principios del Ho´oponopono: si hay algún sordo o terco en nuestro entorno inmediato, quizás sea interesante preguntarnos dónde se aloja nuestra sordera o nuestra terquedad.
Por otra parte, esta noche se activa en nuestro país un potente egrégor colectivo: el de los Reyes Magos.

Llegan los Magos guiados por una estrella. En sus lecciones de Interpretación del Génesis, Kabaleb apunta el significado profundo de esta palabra: “"La palabra: Khaf-Vav-Khaf-Beith, traducida vulgarmente por estrella está compuesta de una raíz que se relaciona con toda idea de fuerzas y de virtudes tanto físicas como morales y de otra raíz misteriosa (Aleph-Vav-Beith) que desarrolla la idea de la fecundación del Universo. Así, según el sentido figurado y hieroglífico, esa palabra no significa solamente estrella, sino la fuerza virtual y fecundante del universo. » Esa energía fecundante es la que guía a esas tres fuerzas que ocupan tres importantes tronos en nuestra psique, capaces de transformarlo todo, de crear nuevos hologramas, nuevos mundos : Kether, Hochmah y Binah. Dicho de otro modo,

1) voluntad/intención/ecuación de decisión
2) Amor-sabiduría, fuerza providencial
3) Inteligencia activa y transformadora

Si esas fuerzas, que se sitúan en el Oriente, el punto por el que penetra en nosotros la luz, no se movilizan a favor de la espiritualidad naciente, ese infante nunca llegará a crecer ni a reinar en nosotros. Esa es la magia que nos traen los tres Magos. La estrella de cinco puntas que ellos vieron brillar es la formada por los cinco caminos de 72 días que recorren quienes aspiran a una vida espiritual. Se trata de los 72 rostros de la divinidad. Cuando estos cinco caminos han sido recorridos con total aprovechamiento, se forma en nosotros una estela luminosa de cinco puntas que atrae la luz que nace en el Oriente, entonces los Magos se ponen a cabalgar para adorar al “niño”, el espíritu naciente. Para más información, ver: Kabaleb, Cómo descubrir al Maestro Interior.

¡¡¡ Felices Reyes a tod@s!!!

Soleika Llop


1 comentario:

Anónimo dijo...

El alma...es la inteligencia de nuestra esencia...ella nos da la forma...y nosotros la expanxion...somos semillas que contiene el código de la vida..cuando abira un cuerpo...el cuerpo es la huella que deja el esperitu cuando se expresa atraves del alma.

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