Sanar al niño interior



Este es el ejercicio de Alquimia Genética de una persona que está explorando la Capa 4.5 de su ADN sutil, es tan bello que sobran lo comentarios, pura prosa que sale del corazón. En la Capa 4.5 está la capacidad de amar al niño interior, de darle energía, mimos y atención a la parte más creativa de nuestro ser.

“Hoy hay un velo delante de mí. Al llegar a mi pueblo celular veo que los niños están tristes, incluso alguno lloran.


-¿Qué os pasa? ¿Por qué esa tristeza?

Me siento con ellos para que me cuenten

-Queremos estar contigo, y últimamente no nos vienes a ver.

Me siento avergonzada

-Queremos hacer una excursión contigo

-¿una excursión?

-A un lago.

Nos ponemos en marcha, hoy los niños dirigen la caminata. Llegamos a una llanura muy verde, justo en el centro hay un lago. Hace frio, me acerco y veo que está helado. Me siento como si una parte de mi estuviera helada, insensible a lo que pasa. Al acercarme me veo reflejada en esa capa de hielo, al mirar veo una mujer mayor con el pelo largo y canoso. Soy yo pero no soy yo.

-¿Quién es esa mujer

-Eres tú, así como te ves. Cansada, como si ya no te quedara más por hacer

-¿Por qué está el lago tan helado?

-porque te falta calor, emoción, ternura

-¿emoción?

-Si, hay una parte de tu corazón que no quiere abrirse, ni sentir

-¿Qué parte es esa?

-La del cariño, la de la ternura, la del amor incondicional.

-¿Pero todo eso hacia quien?

-Hacia ti misma, te has de reconocer, te has de mimar, te has de consentir, te has de amar.

-Pero, yo ya lo voy haciendo

-Pero no del todo, siempre de una manera muy superficial

-¿Qué debo hacer?

-Descubrirte, reconocerte y aceptarte.

-¿Cómo?

-Dándote calor, y así transmitirás ese calor a los demás.

Junto con los niños vamos soplando encima del lago helado, y con el calor de nuestro aliento, se va fundiendo

-lo ves solo tienes que abrir tu corazón. Con esa primera intención se va fundiendo todo

Seguimos soplando, hasta que ya no queda hielo. Me sumerjo en el lago, que ya se ha templado, los niños van detrás de mí.

En el fondo veo unos cofres, como si fueran un tesoro

-¿Qué son estos cofres?

-Tus tesoros escondidos, tapados por tus emociones

-¿Por mis emociones?

-Esas que pones y quitas a tu antojo. Las que tú alimentas, las que tu controlas.

-¿pero yo no controlo mis emociones?

-Tu disciplina mental es una faena, y no deja paso a que salga tu verdadero Yo, y vivirlo y sentirlo como tal.

Llegamos al fondo, los niños divertidos por ir abriendo los tesoros. Al abrir el primero, todo son piedras preciosas, de distintos colores y formas. Brillan tanto que casi deslumbran.

-¿Qué son?

-Todos los dones que tú tienes y que has ido acumulando a lo largo de tu existencia.

-¿Cuáles son?

-La virtud, la confianza, la esperanza, la paciencia, la humildad.

Abrimos otro cofre, está lleno de monedas de oro.

-¿Qué son?

-Tu abundancia, tu Fe

Las manos me empiezan a quemar. Al lado hay un cofre pequeñito, lo cojo con cuidado. Al abrirlo una luz cegadora sale del cofre, es una bola de energía. Me quedo atónita.

-¿Qué es?

-Es tu esencia divina, tu esencia de Dios, el amor de Dios en ti, porque tú formas parte de Él y Él forma parte de ti.

Lloro de emoción

-Todo esto es demasiado para mí.

-Pero es tuyo, eres lo que eres, a pesar de ti. Es tu esencia, tu motor, tu alma.

Me acerco la bola al corazón, es ese momento me desintegro en millones de pedacitos, formo parte de las estrellas, del universo entero, siento otras energías que no son las mías, pero formo parte también de ellas. Oigo un tintineo a mi alrededor, no sé lo que es pero estoy muy bien, no es un estar, es un sentir. Vuelvo al lago.

-Esto es lo que eres, amor y paz. Amor incondicional, que es lo que debes sentir hacia ti misma.

Subimos a la superficie. Al verme reflejada en el lago, veo a una joven con el pelo largo y ondulado, con una túnica azul. Me he convertido en otra mujer. Mi corazón late, esta vigoroso, rosado, blandito, ya no hay hielo en él. Me quedo allí un buen rato, sintiéndome a mí misma, en ese nuevo nacimiento de amor, paz y dulzura. Abrazo a todos lo de mi pueblo, dándoles las gracias por ayudarme a redescubrirme otra vez.

Cueva Shungit

Ya hay una copa preparada y bebo, regenerando aún más todas mis células

-No dejes que ninguna de ellas vuelva a quedarse sin energía.

- Gracias.



Cueva Diamantina

También hay una copa grande de cristal, bebo

La alegría recorre mi cuerpo

-Ahora ya tienes dentro esa alegría, sácala, compártela con todos, trasmítela.



Casa del jefe de la Capa 4

Un camino con arboles muy altos. El viento hace que suenen, parecen cantos. La casa está en un acantilado, es básicamente toda de cristal, rectangular, grande. Dentro de la casa hay muchas plantas, sobre todo tropicales, casi no hay mueble. El día está nublado, hay luz pero no es radiante. Entro. El jefe me espera detrás de una mesa de despacho, también trasparente, con papeles encima de la mesa.

-¿Qué son esos papeles?

-Tus compromisos

-¿Mis compromisos?

-A todo aquello que tienes que ayudar, o relacionarte para aprender.

De repente aparecen mis hermanas en la casa.

-¿Qué hacen aquí?

-Tú las has llamado

-¿Yo?

Miro al jefe

-Hace mucho que estáis juntas, han venido para unir vuestros corazones, en uno solo. Aprovéchalo.

Es como si se me fundiera algo por dentro, las peleas, las discusiones, los malos entendidos. En el momento en que nos abrazamos, empieza a entrar más gente en la casa. Todos son conocidos, aunque sus caras no.

-¿Quiénes son?

-Gente a la que has ayudado, los que te han ayudado, y a los que tienes que ayudar. Esto es tu compromiso.

Las nubes han desaparecido y entra el sol a raudales.

Viajo cuánticamente al momento en que mejor he desarrollado los potenciales de esa área. Veo muchos hombres, pocas mujeres, todos con túnica blancas. Un hombre en el centro. Está hablando de la Hermandad

-¿Quién eres?

-El que va reuniendo a todas las personas para formar una Hermandad.

-¿Para qué?

-Para poder ir juntos a una nueva tierra.

-¿Qué tierra es esa?

-La de la paz

-¿Dónde está?

-En cada uno de nosotros.

-¿Cómo lo haces?

-Les enseño a abrir sus corazones, y a creer en ellos mismos. Al descubrirse, todos lo comprenden.

-¿Vamos muy lejos?

-Donde nos lleve el corazón, para poder sentir un solo latido

Me uno a ellos.

Al hacer la trasfusión del genoma sutil de este personaje al mío, parece que me están trepanando la cabeza.

Vuelvo con los de mi pueblo celular, les cuento lo que he visto. El lago está precioso, de un azul intenso, pero transparente. Hacemos una hoguera para celebrarlo. Después de la fiesta, llevamos los tesoros al pueblo. Gracias.



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