Uy uy uy que viene el lobo…

Hace unos días publiqué un ejercicio de Alquimia Genética que ponía sobre el tapete el tema del miedo. Al releerlo, me he dado cuenta de que es como una metáfora de lo que está pasando en estos momentos en la sociedad. El “lobo feroz” es el que nos hace temer por nuestra economía, por los recortes de la asistencia sanitaria, por la censura en Internet, por la falta de trabajo, por la inseguridad ciudadana y un largo etc. de temas y asuntos.

Juan, el protagonista de la historia, militó durante un par de años en las filas de una secta peligrosa. Dicho de otro modo, estuvo sometido al “dictat” y a las órdenes de un gurú que decidía lo que él tenía que leer, hacer, decir o pensar. Juan se sintió tremendamente manipulado pero ¿por qué? Pues porque creó un vacío de voluntad, y como el universo aborrece el vacío, las circunstancias se encargaron de rellenarlo, con la voluntad de otra persona: el jefe de la secta. Precisemos que en esta historia no hay ni malos ni buenos, ni víctimas ni verdugos, sólo dos seres cuyas almas pactaron que uno tenía que enseñarle al otro por la vía de las experiencias, del “al revés te lo digo para que me entiendas”.

Por lo que he podido observar, el camino más seguro para que una persona sea captada por una secta es el de las carencias emocionales, sobre todo de tipo familiar, uno no se siente lo suficientemente querido o apoyado por sus gentes y busca ese apoyo y ese amor en otra “familia”, la que está constituida por los miembros de la secta. Aunque no siempre es así, hay casos de personas que viven este tipo de experiencia debido a sus necesidades kármicas.

Pero a lo que iba, todo ello es una perfecta metáfora de lo que está ocurriendo ahora a nivel colectivo. Los seres humanos en general han estado sometidos a una tremenda amnesia, y a un total y absoluto desconocimiento de quiénes son y de dónde se encuentra su familia de origen. Y me refiero tanto a su familia celular -¿cuántas personas son conscientes de que en su psique mora un gran pueblo con el que pueden dialogar?- como a su clan original, el de los inicios de la Creación. Y debido a ese olvido, y a la fuerte carencia e inseguridad que ha creado, el ser humano ha ido abandonando su don más preciado, el regalo que recibió de los dioses, de su divinidad interior: la voluntad.

Y ocurrió que ésta empezó a ser mediatizada, manipulada por poderes fácticos, no hace falta nombrarlos, todo el mundo sabe a lo que me refiero. Pero no se trata aquí de demonizarlos sino de entender la estrategia que han seguido, es exactamente la que Juan nos describe en el extraordinario diálogo que mantiene con las fuerzas oscuras de su psique.

Al principio del diálogo, hay un guirigay que se asemeja al de las tertulias radiofónicas o de los programas del cuore, todos quieren hablar a la vez y nadie le interesa las razones del vecino. Luego, un miembro del pueblo celular consigue hacer oír su voz y dice: “Los lobos quieren que vayamos con ellos, nos quieren acorralar, meter en un cercado para que no salgamos”. Eso es precisamente lo que los conspiranóicos les reprochan a los Illuminati, al escaso grupo de familias que manejan el poder económico a nivel mundial. Los lobos, que son los miedos, el rencor, el odio, dicen:

“Te escapas, nosotros queremos dominarlo todo. Te estás haciendo independiente... Estás cogiendo fuerza y no lo podemos permitir. Queremos seguir controlando y dominando”. Los poderes de la sombra quieren seguir dominando el cotarro en la psique de Juan, pero también en la sociedad. Pero lo que están logrando estos sufridos instructores de la sombra es que el ser humano empiece a reaccionar, a independizarse, a reivindicar sus derechos, a salir de la manipulación y a empoderarse.

Mientras tanto, la parte más sabia de la psique (representada por el arcángel Miguel) se está riendo, porque sabe que se trata de un juego, de una estrategia sabiamente concebida. Los lobos intentan sacar su última baza, amenazan: “¿Cómo vas a vivir sin esa sin esa carga de energía que te aporta el miedo, sin ese odio que tú tapas pero que en el fondo sabes que existe, que te ayuda a estar en contra de todo el mundo, porque crees que eres el ser más desgraciado de la tierra? No vas a saber vivir sin ese victimismo que te ha sacado de tantas circunstancias. Nosotros estamos aquí para que sigas viviendo, sin nosotros estás perdido, porque no sabes vivir, no estás acostumbrado”.

Extrapolando, ¿cómo vamos a poder vivir sin ese tremendo temor milenarista? Uy uy uy que viene el lobo del 2012 que amenaza con derrumbar todas nuestras seguridades, con destruir el mundo que conocemos, el mundo del olvido, de la inopia, de la total inconsciencia.

El arcángel, la fuerza sabia de la psique, coge las riendas y dice “ahora es el momento de ser contundente, de armarse de valor”. Es decir, ahora es el momento de coger el toro por los cuernos y de liberarnos de todas las sujeciones, ataduras, fronteras, demarcaciones y limitaciones. Es el momento de unirnos, porque la unión hace la fuerza, y de dejarnos guiar por nuestro niño interior. Él representa la pureza, la frescura, la ternura, la candidez, la espontaneidad, la sinceridad, la inocencia, la humildad, las ganas de jugar, divertirse, el estar fuera de matrix, del mundo de la programación. Simboliza la imaginación, la alegría, la ausencia de condicionamientos, barreras y creencias, como no sea creer que todo es posible.

Los niños también representan los nuevos impulsos de la psique, los que nos llevan a renovarnos, a salir de la rutina. El niño interior es la libertad de soñar y de actuar siguiendo únicamente el impulso del espíritu. Los niños no viven en el pasado ni en el futuro sino en el ahora, están libres de temores y de imágenes mentales.
Y de repente Juan, ese Juan que somos todos, una vez que ha plantado cara a sus lobos, empieza a crecer, empieza a tomar conciencia de su grandeza, de su poderío y ¿qué ocurre? Pues que los lobos retroceden, comprenden que ya no tienen nada que hacer.

Ahora es cuando se presenta el mayor reto: vivir desde la independencia, desde la libertad. ¿Y eso ¿cómo se come? Tal vez pensemos, como Julia Roberts en Pretty Woman, ¿Cón qué cubiertos tengo que agarrar ese manjar? Aaaaaah, socorro, que alguien me ayude, nadie me ha enseñado a hacerlo. Pero igual que ella, nos apañaremos con salero, gracia y grandes dosis de sentido del humor. Como dice Juan “Juntos lo conseguiremos”. Ese ha de ser nuestro lema a partir de ahora.
Y luego viene el mejor consejo de todos: “Llena con esta nueva energía los vacíos dejados por los lobos, de manera que no haya ningún hueco ni recodo donde puedan instalarse de nuevo”.

Dicho de otro modo, en cuanto logramos despedir los temores, es preciso mantener un estado de optimismo, alegría, esperanza y confianza en que cualquier futuro ha de ser mejor. En que la humanidad se dirige con paso firme hacia la Edad de Oro, hagamos pues caso omiso de los dolores del parto, imaginemos que ese nuevo nacimiento, el de nuestro acceso a la quinta dimensión, es placentero y feliz.
Cuando Juan viaja en el tiempo (éste es uno de los ejercicios que se realizan en el marco de la Alquimia Genética) para ver el momento en que mejor ha utilizado su energía, se ve a si mismo defendiendo con pasión y fuerza sus ideas, su libertad, se ve como alguien capaz de revolucionar el tejido social y de sacudir a los tibios, a los durmientes, a los aletargados, en su propio mundo celular, y por extensión, en su entorno.

Ese es su porvenir, pero ese es también el futuro de nuestra sociedad.
Todos los ejercicios de Alquimia Genética son hermosos, porque son una expresión del alma, pero éste se lleva la palma, es realmente magistral. A buen entendedor….que quien tenga oídos, oiga.

Soleika Llop

2 comentarios:

Rachel dijo...

Los peores lobos...los de dentro. Deseando expulsarslos y llenar el vacío con esa energía de la que hablas, y dejar fluír a esa niña que no tiene miedo ni vive influenciada por ningún tipo de programa! Redescubrir el poder de la voluntad, mi voluntad, nuestra voluntad! Creer que puedo...estoy en ello. no es fácil desprogramar mi pc...jejeje! pero tus palabras ayudan!

Un abrazo!

Sibila dijo...

Desde mi punto de vista, los conceptos elaborados de la familia, el miedo, la voluntad (yo prefiero atribuir la libertad) la sombra, los arcángeles y los niños, son básicos para no romper el hilo atencional de tu elocuente discurso, Solëika. Nos ayudan a centrarnos mejor y a entender adecuadamente el fabuloso escenario de este maravilloso y modélico ejercicio.
En todo este orden de cosas, el interesante y reiterativo artículo, es una invitación a ser capaz de decidirse y de avecinarse a lo nuevo, a salir del patético y ordinario cliché cultural que todos escuchamos en la actualidad y que reza: "total para qué, haga lo que se haga, todo va a seguir igual". Pues, que yo sepa, Juan sí lo consiguió y tan solamente hay que decirle dos cosas al repecto:
1. ¡Enhorabuena!
2. Ser capaz de imitarlo y de romper el cordón umbilical con todos aquellos grupos de iguales o redes sociales (también grupos más amplios de apoyo social) o bandas u organizaciones o familias o binomios, etc. que nos hagan sentirnos culpables hagamos lo que hagamos.
Comparto todo tu planteamiento en su totalidad, Solëika.
Muchas gracias.

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