Meditación 11-11-11

Celebrando el 11.11.11

Publico a continuación el contenido del encuentro que he convocado el 11.11.11 en el Bosc de la Roca, con la participación de 87 personas.

Charla introductoria:

Nos hemos reunido de nuevo para abrir el Portal de la undécima etapa de ese viaje por las doce estancias que separan el 2000 del 2012, y que simbolizan de algún modo las doce Capas del ADN sutil, doce partes de nuestro ser que han ido poco a poco despertando y reactivándose... (sigue)

Los Portales son cilindros de luz que se activan en un determinado momento. Permiten el ingreso de nuevas informaciones a la Tierra. Estas informaciones llegan en forma de códigos de luz o Q-bits provenientes del Sol Central de la Galaxia. 11:11 es una clave vibracional precodificada e inserta en nuestros bancos de memoria antes de nuestro primer descenso a la materia, como parte de la preparación para nuestro ciclo de encarnaciones . Está inserta en las fibras de nuestro ADN sutil y protegida por un mecanismo de tiempo con órdenes selladas, se abre en el momento adecuado. Desde entonces, desde que bajamos por primera vez a la materia, la clave 11.11 ha permanecido inactiva en nosotros, esperando el momento para activarse. Ese momento ha llegado, traspasar este Portal nos brinda la oportunidad de penetrar en una nueva espiral de conciencia, es un paso hacia la reunificación de la humanidad, el retorno del Cristo a la Tierra,a nuestra tierra humana, a nuestra realidad, me refiero. El 11 es el número maestro que simboliza la maestría y el crecimiento espiritual de toda la humanidad.

Haremos una conexión con la Lemuria, independientemente del hecho de que hayamos estado o no allí, porque Lemuria simboliza la sensibilidad femenina, el arte, la delicadeza, la capacidad de autosanarse, de viajar cuánticamente en nuestro ADN profundo. Para los lemurianos la guerra y la violencia no pueden ser una opción válida para solucionar conflictos.

Recuperaremos de este modo lo que nos pertenece por derecho propio: el recuerdo de quiénes somos y para qué hemos venido, así como las capacidades que nos son inherentes. Pero una cosa es recuperar una información y otra saber utilizarla. Para las personas que están despiertas, la recuperación de esos recuerdos y capacidades puede representar una bendición. Muchos llevan años anhelándolo. Sin embargo, los que aún continúan anclados en la vieja energía pueden verse inmersos de repente en un profundo caos interior. Le vendrán recuerdos a los que no encuentran ningún sentido, percepciones que no comprenden y que, además, les asustan. Será necesario que, tras esa fecha, las personas que trabajan al servicio de la Luz aúnen sus esfuerzos para ayudarlos a integrar el proceso. Por lo tanto los que asistimos a la apertura de este Portal contraemos una responsabilidad: la de ayudar a los demás a penetrar en esa energía. No es cuestión de decir “Qué bien, hemos pasado un buen rato y ahora cada uno a sus quehaceres diarios“, sino de sentirnos como soles que van repartiendo sus rayos por doquier. Cuanto más elevada sea la propia vibración durante ese día más armónica resultará la entrada de la luz y su anclaje en cada uno de nosotros. Deberemos alimentarnos con moderación, y realizar algún ejercicio físico que nos ayude a activar el flujo sanguíneo, ya que los códigos de luz serán transportados a través de la sangre, desde el corazón al resto de nuestro organismo.

Dicen los canalizadores que la activación se estará produciendo durante todo el día, pero no percibiremos completamente sus efectos hasta el día siguiente, después de haber dormido un mínimo de seis horas. A partir de la mañana del 12 de noviembre muchas personas sentirán el profundo deseo de dar un giro completo a sus vidas, otros emprenderán su camino con fuerzas renovadas y otros sentirán una gran confusión interna. Los efectos variarán en función del grado de evolución de cada uno y de las resistencias que esté oponiendo al proceso de cambio que todos estamos experimentando. El objetivo de esta activación es acabar con las limitaciones que, desde el interior de nosotros mismos, nos están impidiendo evolucionar o despertar. No se trata de una injerencia en el libre albedrío de los seres humanos. Se trata de recuperar nuestra maestría.

Deciros también que la Nueva Jerusalén es un estado del ser en el que uno es consciente de sus propios procesos y en que el Yo personal se pone a las ódenes del Yo divino. Nos situaremos durante la meditación en una cueva de Shungit, un mineral muy especial cuyos efectos suelen ser muy terapéuticos.

Meditación 11.11.11

- Vas a crear mentalmente un paraguas de perlas de cuarzo alrededor del territorio en el que te encuentres, como si fueran perlas engarzadas pero de cuarzo y con la forma de un paraguas. Eso te servirá de protección energética y dará más fuerza a toda la meditación.

- Para entrar en calor y crear una vibración especial, te propongo realizar un ejercicio de percusión con tus manos, aplaudiendo. Al principio sonará tal vez un poco caótico pero poco a poco te irás acompasando y creando un ritmo, con una intención específica: la de realizar una llamada a nuestro hogar primigenio, ese lugar del que partió nuestro ADN original. Normalmente cuando aplaudimos, estamos felicitando, celebrando o bien otorgando nuestra aprobación a algo o a alguien. Así que te propongo que aplaudas:

* En primer lugar al entorno en el que te encuentras.

* A las energías del 11.11.11

* A la ascensión de la Tierra a la 5ª dimensión

* A nuestra entrada en la edad de Oro, en la Nueva Jerusalén celestial

- Imagina que formas parte de una inmensa piña en la que te abrazas con todas la gente que quieres, a la que aprecias, todos para sentir la energía del UNO y dejamos que nuestros cuerpos se balanceen, siguiendo nuestra respiración, con la idea de lograr un latido único.

- Das la orden a tu mente de rebajar la actividad eléctrica de sus ondas a 4 ciclos por segundo

Inducción

- En ese estado de profunda relajación en el que te encuentras, imagina que te trasladas al Monte Saint Michel, y que lo escalas en dirección al templo situado en la cima, dedicado al Arcángel Miguel.

- A medida que escalas te desprendes de tus ropas y de todo lo que llevamos encima. Te desprendes asimismo de una capa de energía gris compuesta de tensiones de la vida diaria.

- Tu cuerpo se queda completamente desnudo y lo cubres con un precioso manto blanco, tejido con hilos de luz. Alcanzas la cima del Monte, penetras en el templo.

- Entras en una sala redonda cuyos techos están cubiertos de amatistas incrustadas que despiden poderosos haces de luz de color violeta, imaginas que recibes una ducha de energía violeta que penetra por tu coronilla y recorre todo tu cuerpo, impregnándolo de energía violeta transmutadora.

- Invocas la presencia de unos maestros que nos van a ayudar en esta meditación. Llamas a Jesús el Cristo, a la Madre María, al Arcángel Miguel, al Arcángel Metatrón y a los 72 Ángeles de la Cábala con e mantra Iowaaa Yavesh Ralesh. Invocas a las fuerzas de los cuatro elementos, Fuego, Agua, Aire y Tierra y a las de los cuatro puntos cardinales Norte, Sur, Este y Oeste. Te conectas asimismo con todos los grupos del planeta que en este día organicen meditaciones colectivas.

Sinergia grupal

- (En caso de que la meditación se haga con un grupo) Imagina que en el centro de la sala del Mont Saint Michel en la que te encuentras hay un inmenso diamante del tamaño de una cabeza humana. Sacas un hilo dorado de tu corazón y lo enrollas alrededor del diamante, de esta forma unimos nuestras energías.

Conexión

- Imagina que te encontras delante de una montaña muy alta de la que cae una gran cascada, te situas debajo de esa cascada imaginando que el agua penetra por tu cabeza por el chakra corona y riega todo tu cuerpo, drenando todas sus impurezas. Sientes físicamente el impacto de ese gran chorro de agua.

- Imaginas que nos trasladamos al pico más alto del Himalaya, el monte Everest (reposo eterno). Nos impregnamos del silencio de ese lugar, respiramos a pleno pulmón su aire puro, sentimos esa sensación de estar por encima de cualquier contingencia humana, muy lejos de cualquier preocupación. En este pico, vemos que hay una pequeña planicie, y una grieta en el suelo, nos introducimos por ella y nos deslizamos por un túnel de luz, como si bajáramos en los brazos de un ángel, vamos bajando muy deprisa hacia el interior de la montaña y luego hacia el interior de la Tierra. Al final aterrizamos en una cueva que está totalmente cubierta de shungit, un mineral de color negro con unas propiedades terapéuticas muy especiales, el techo y las paredes de la cueva son de Shungit, nos impregnamos de esa poderosa energía que limpia y regenera nuestros cuerpos sutiles. Invocamos al espíritu de la Shungit y le pedimos que inyecte su poderosa energía en el núcleo de una de nuestrás células madre, para que lo difunda a todo nuestro mundo celular.

- Imaginas que en esta cueva hay una puerta, la abres, y te descubre otra cueva colindante, que está totalmente cubierta, techo y paredes, de poderosos diamantes que despiden fuertes destellos de luz. Te situas en medio de esa cueva y dejas que tu cuerpo se impregne de esa poderosa vibración. Invocas al espíritu del diamante y le pides que inyecte su poderosa energía en el núcleo de una de tus células madre para que la difunda al resto de tu mundo celular.

- Desde esta vibración, imagina que una inmensa nave nodriza rodeada de 12 naves más pequeñas, como formando un Sol, están todas enganchadas a la nave central, esa nave se posa en la explanada que se encuentra delante del invernadero en el que nos encontramos (o del lugar en el que cada persona realiza la meditación, si es desde su casa, puede imaginar que la nave aterriza en un patio o en un jardín cercano). Esa gran nave procede de nuestro verdadero Hogar, del lugar en que se creó nuestro ADN primigenio, mucho antes de nuestro primer descenso a la materia.

- Se abre una puerta en la nave y sale un nutrido grupo de seres de luz, (tantos como asistentes a esta meditación, es decir uno para cada persona. Constituyen una delegación del Hogar, cada uno de nosotros lo recibe con entusiasmo y emoción, dándole un profundo abrazo, un abrazo que hace vibrar todo nuestro mundo celular. Como si recibiéramos a un pariente querido del que nos hemos alejado hace mucho tiempo, sentimos esa honda emoción del reencuentro porque ese ser lleva impregnada en él la energía del Hogar.

- Imagina que ese ser te lleva de la mano hacia su nave, penetras en ella y descubres una sala muy amplia con sillones blancos y mullidos. Te instalas en uno de esos sillones. Los seres que nos rodean son altos y delgados, su vibración es tan potente que parecen como siluetas de luz que se deslizan por la nave. Se disponen a instalar en tu “disco duro“ un programa: el del regreso al Hogar.

- Imagina que, en el interior de esta nave, te rodea un grupo de 24 seres de luz cantando un Om, forman un círculo, cada uno de ellos está como inmerso en un cuarzo gigante, es como si cada uno de esos seres fuera el espíritu del cuarzo. Vas a acompañarles cantando 12 OMS todos juntos (físicamente), de este modo conectas mejor con su vibración . Cada uno de ellos proyecta unas potentísimas ondas de energía, como rayos de luz sutiles que van a parar a nuestros cuerpos, los atraviesan y los energetizan, inscribiendo en nosotros los códigos del regreso al Hogar.

- Notas una potente vibración, la nave empieza a girar muy deprisa hacia la derecha, deprisa, cada vez más deprisa, tan rápido que se descompone molecularmente, se atomiza, transformándose en millones de partículas de luz. Lo mismo les ha pasado a tu cuerpo, que se ha atomizado, ahora eres como puntitos de luz viajando por el cosmos, te llega una tremenda sensación de ligereza, de libertad absoluta, en ese estado nada te molesta, nada te duele, ni te incordia, eres luz viajando por el universo. Disfrutas de esa sensación de libertad, probablemente nunca te habías sentido tan libre.

- Ahora llega el momento culminante de esta meditación, imagina que tus partículas de luz empiezan a juntarse para formar cuatro unos, es decir la figura del 11.11. Se activan los archivos de tu maestría, del despertar de tu Cristo interior.

- Desde esta intensa vibración, alcanzas la dimensión en la que se ubica nuestro Hogar primigenio. Imagina que te encuentras en un lugar paradisíaco, rodeado de flores, de color, de luz. Te embarga una inmensa felicidad por ese reencuentro, tan anhelado por tu alma. Unos seres muy altos te dan la bienvenida y te invitan a dirigirte hacia un inmenso palacio de cristal. Entras en el palacio, te llevan a una sala en la que hay una mesa redonda muy amplia, te sientas. Tienes delante un monitor, una pantalla, en ella se proyecta una imagen en la que estas desarrollando tu principal habilidad, la que practicaste en la Lemuria, aquello que sabes hacer con suma maestría, te metes en ese personaje y observas cómo desarrolla su labor, intentando captar todos los detalles posibles. Si se trata de un artista que pinta, observa con qué habilidad mezcla los colores, cómo capta las armonías del universo, cómo se inspira para pintar su lienzo. Te fijas también en las personas que te rodean en ese idílico lugar, los miras a los ojos porque a lo mejor reconoces algún compañero/a de ruta. Durante unos segundos observas esas escenas.

- Imagina que tus partículas de luz vuelven a componerse, que vuelves a tener tu aspecto normal; te situas delante de ese otro Yo e imaginas que entre su cabeza y la tuya se forma un puente de Arco Iris. Te dispones a realizar una transfusión de ADN sutil a través de la genética de ondas. Pides que sus átomos sutiles y todos los Q-bits de información de su código genético sutil sean trasladados, como si fuera una transfusión, a tu genoma sutil actual. Siemtes como va penetrando en tu ser esta nueva energía bajo la forma de un rayo de luz que entra por tu coronilla y penetra en el núcleo de cada uno de tus átomos, impregnándolos con esta información que has recuperado. Ahora sientes que te has transformado en ese ser. Imagina que su imagen ha quedado inscrita en el núcleo de cada célula.

- Das las gracias a los seres de luz que nos han asistido, sales del palacio de cristal, vuelves a la nave que te va a traer de vuelta, la nave arranca y te devuelve a ese lugar.

- Ahora vas a imaginar que, henchidos por esa felicidad, por esa emoción, te transformas en “naves nodrizas“ que van a transportar y difundir por toda la superficie terrestre esa misma información. Imaginas pues que eres como el centro de un Sol que va repartiendo rayos de felicidad y del sentimiento de regreso al Hogar, e irradias hacia la madre tierra los rayos de tu Sol interior.

- Imaginas que la Tierra experimenta un tremendo incremento térmico capaz de quemar muchos rastrojos, muchas impurezas, larvas mentales y emocionales. Imaginas que, impregnándose de esa poderosa energía, la Tierra se transforma ella misma en un Sol que a su vez irradia su luz y sus rayos hacia todo el sistema solar y hacia todo el sistema galáctico.

- Imagina que todos los planetas habitados de la galaxia te responden mandando a la Tierra una lluvia de estrellitas de mil colores, y puedes percibir cómo se forma en el cielo un extraordinario castillo de fuegos multicolores. Imagina que recoges algunos, como si fueran confetis sutiles, y te llenas los bolsillos con ellos.

- Das las gracias a todos los seres de luz que te han asistido, cierras tus chakras, imaginando que una rosa, en cada uno de ellos, cierra sus pétalos y se convierte en un punto de luz. Reabsorbes el hilo de luz que te ligaba al diamante, deshaces la pirámide energética, sales del templo y bajas la montañita quitándote la túnica de luz y recuperando tu ropa. Alcanzas el suelo del Monte St Michel, creas unas raíces etéricas que van desde tus pies hasta el centro de la Tierra y una vez bien anclados al suelo, vuelves a la sala en la que te encuentras, sintiendo un profundo bienestar.

Soleika Llop

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Intensa y completa. Gracias

Anónimo dijo...

Me ha emocionado. Gracias

Anónimo dijo...

Todo lo que se removió dentro de mí, así como los cambios que se produzcan en mi vida desde hoy en lo adelante te lo deberé eternamente. Muchas gracias por pensar en mí. Un besote. Ernesto.
P.D. Ya tengo internet... Muak!!!

Anónimo dijo...

Hola me llamo Noelia y le comento que me ha encantado mucho su blog y esta entrada esta genial le felicito por su Blog. Por otro lado me gustaría incluirlo en mi Directorio Blogspot donde desearía mucho contar con su sitio. A cambio, agradecería mucho un pequeño link hacia mi web de sueños la cual estoy intentando levantar poquito a poco y como usted sabrá es difícil pero se le coge mucho cariño a cada proyecto jiji. ¿Qué le parecería?

Mi correo es a noelia-quiroz@hotmail.com
Un beso! y Suerte con su BloG!
Noelia Quiroz

Anónimo dijo...

Preciosa!! y muy efectiva
Mil gracias!!

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