Seguimos con la Roma Mítica…

Me gustaría retomar el post en el que hablé de la Roma mítica para completarlo y para insistir –en aras de evitar herir susceptibilidades- que no me estoy refiriendo a la ciudad de Roma, sino a lo que Roma simboliza en la psique humana, como arquetipo. Los romanos fueron los que detuvieron al Cristo, encarnando la parte de la psique que no deja pasar el amor. La roma mítica es en ese sentido la que entorpece el desarrollo y manifestación de la sensibilidad, la dulzura, la capacidad de comprensión, de sanación, de realizar prodigios, de redimir al género humano.

Roma es la fuerza psíquica que nos lleva a plantear mil y una preguntas, a parlotear sin ton ni son, a creer en las películas de buenos y malos, a tragarnos los rollos macabeos y conspiranóicos sobre Iluminatis, a ir por la vida con una coraza puesta y con el sable desenvainado por si aparece el enemigo por alguna esquina. Es la fuerza que nos induce a creer que todo el mundo es culpable hasta que demuestra su inocencia. Es el anticristo. Ahí es donde se necesita una removida que sacuda los cimientos de esa forma de ser, de sentir y de pensar. Y si no realizamos por dentro esas sacudidas, ocurrirán por fuera, eso es lo que ya está pasando.

Podemos poner un símil que permita entender mejor este razonamiento: la Israel mítica no es la misma que la nación que conocemos con este nombre. Veamos lo que dice sobre esta cuestión Kabaleb, en su Interpretación del Génesis, Lección 32; entre paréntesis, mis comentarios:

“Quedóse Jacob solo y hasta rayar la aurora estuvo luchando con él un hombre, el cual…le dijo a Jacob: Déjame ya que me vaya, que sale la aurora. Pero Jacob respondió: No te dejaré ir si no me bendices. Él le preguntó: ¿Cuál es tu nombre? ¡Él respondió: Jacob! Él le dijo: En adelante no te llamarás ya Jacob, sino Israel, pues has luchado con Dios y con hombres y has vencido. Rogóle Jacob: Dame a conocer, por favor, tu nombre.. (Génesis XXXII, 24-32).

Los traductores de la Biblia, no habiendo comprendido que la lucha de Jacob es interna, convierten su adversario en un hombre, pero se trata de una entidad espiritual, una de esas entidades que sólo son activas durante la noche y que la aurora dispersa (un bajo astral). Veamos el significado de esta lucha: Jacob ha experimentado la necesidad de fusionarse con su hermano Esau; la de volver a la casa del Padre (que significa volver al contacto con el Yo divino), y no se puede ir al Padre sin haber realizado la perfecta unificación de las fuerzas internas.

Esa lucha en plena noche describe el enfrentamiento de las dos naturalezas humanas, la que representa la luz y la fuerza crística, simbolizada por Jacob, y la luciférica, simbolizada por su hermano Esau, el cual representa la división, la sombra, el uso incorrecto o desperdicio de la luz. (Esa lucha ha sido escenificada en la película Thor, que está ahora mismo en cartelera, en la que también se enfrentan dos hermanos. Es asimismo la historia de Caín y Abel, del Cristo y la religión de raza). Por otra parte, todas las batallas que libramos por la conquista de algo, tienen lugar antes en nuestra naturaleza interna, y es ahí donde las ganarnos o las perdemos, de modo que cuando la victoria o la derrota se materializa en el mundo físico, ya está ganada o perdida por anticipado en nuestro mundo interno.

Al ver su lucha perdida, la entidad que ataca a Jacob le pide que le deje ir porque se acerca la aurora (los bajos astrales tienen mucha más fuerza de noche, por ello es preferible meditar por la mañana), pero Jacob le pide que le bendiga antes. Esta bendición hay que interpretarla en el sentido de obtener de su adversario la garantía de que no volverá a la carga (ese pacto es el que realizamos en la Terapia de Alquimia Genética cuando llevamos a cabo una negociación cuántica con los bajos astrales), reivindicando derechos que antes eran suyos y que Jacob le arrebató. La entidad le dio a Jacob otro nombre: Israel, formado por las letras hebraicas Yod-Schin-Reish-Aleph-Lamed.

Todos venimos al mundo con un nombre sagrado, además del profano que todos conocemos. En la composición de las letras del nombre sagrado está la clave de nuestra personalidad espiritual. Si ésta se ve modificada por nuestra acción en el mundo, nuestro nombre sagrado también se modifica. La mayor parte de los seres no utilizan jamás su nombre espiritual porque no tienen relación alguna con los habitantes de los mundos sutiles y, por consiguiente, no figuran en sus registros. Otras personas, aún teniendo un nombre sagrado, lo ignoran, porque no son conscientes del trabajo que realizan por las noches en esas esferas sutiles.

El nombre de Israel ha sido monopolizado por un grupo humano que dice ser el sucesor físico de los patriarcas, pero, siendo esos patriarcas fuerzas espirituales y no físicas, no pudieron dejar una descendencia física, sino meramente espiritual. Tienen derecho al nombre de Israel, y son los auténticos israelitas míticos, aquellos que, perteneciendo a cualquier raza física, han luchado con el ángel del Dios de la izquierda (es decir, con su propia sombra) y lo han vencido. Siendo Jacob una prefiguración de Cristo y siendo Cristo el representante de Hochmah/Urano, el universalizador, sólo son israelitas los espíritus universales que han vencido los límites y exclusiones impuestas por las razas, los clanes, las naciones, los particularismos.

Los adictos a las nacionalidades, a las lenguas, a las razas, no pueden, en verdad, llevar el nombre de Israel. Ahora, en ese Tercer Milenio, la nación formada por los auténticos israelitas, se encontrará y se reagrupará. El reino de Israel se acerca, pero no se tratara de que una nación física se eleve y sojuzgue las otras, sino al contrario, será el reino en el que los últimos serán por fin los primeros. Si interpretamos el nombre de Israel desde la Cábala, vemos que empieza con un Yod, que es un Aleph en su segundo ciclo, regido por Hochmah, en el que la Voluntad se subordina al Amor. Ese Yod ejerce funciones de Padre y engendra en el Schin, que es un Ghimel en su tercer ciclo, que es cuando la Inteligencia Activa y Penetrante del Ghimel se ha convertido en creadora; es el florecimiento de la Inteligencia y es el punto de unión del Dios de la izquierda (del rigor) y del Dios de la derecha (de la gracia).

El Schin realiza aquí funciones de madre. El hijo es el Reisch, cuyo valor es 200 y que representa un Beith en tercera fase, aquella en que el Amor Cristico se exterioriza. (En el análisis de cualquier nombre con letras hebraicas, Kabaleb considera que la primera letra es el padre /semilla, la segunda la madre/tierra en la que arraiga la semilla y la tercera letra el hijo/resultado/fruto que ha de dar dicha semilla).

La raíz Schin-Reisch (s-r) ofrece la imagen de un gobierno liberal, fácil, indulgente, productor por dentro, poderoso, robusto, temible, dominador por fuera, que extiende su imperio, dirigiéndolo según leyes justas, luminosas, modeladas de acuerdo con las leyes inmutables del orden y de la armonía universal.
Israel representa pues el reino de la Justicia, el reino del Amor; el que nos conducirá a la edificación de la Nueva Jerusalén, la ciudadela anímica, en la que todo será justo y perfecto."

(Soy consciente de que esas referencias a la Cábala son un tanto adustas pero he creído conveniente mencionarlas porque explican desde una lógica inapelable el razonamiento de Kabaleb. Y aunque en un primer momento cueste entenderlas, tenemos la opción de dejarlas penetrar, cual semilla, en nuestra psique, si la regamos, algún día florecerá y nos aportará la comprensión).

Soleika Llop

2 comentarios:

maría dijo...

Gracias por este testimonio valioso. UN saludo con un abrazo

JOIEL dijo...

Impresionante....cuando mas leo de cábala,mejor la interiorizo,y mas me apasiona,sin duda en un futuro no muy lejano,me gustaria meterme con ella a fondo,tal y como te comente el otro dia,ademas como tantas veces las sincronicidades,ja,ja,ja,me ha venido muy bien empezar a leerlo esta tarde,para soltar un atasco,o cortocircuito que tenia hoy de toda la caña que le he metido estos dias a mis 7 amigos angelicos,(otra cosa mas que he aprendido)y a traves de su lectura,he conseguido aposentar en mi interior,un concepto,que llevaba todo el dia buscando,sin encontrar,y al hacerlo ha sido como si se hubiera abierto la puerta para aposentar toda esa luz que no sabia canalizar,y los contadores de energia han vuelto a su posicion normal.Muchas gracias por tu sabiduria como siempre y un fuerte abrazo.Felipe.

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