De nuevo…los ángeles

En estos días me ha pasado algo curioso, Radio Nacional decidió emitir durante el verano programas antiguos, lo cual es una práctica común. Y sacaron una entrevista -del programa “Espacio en Blanco”- que Miguel Blanco me hizo hace por lo menos (no recuerdo exactamente) doce años sobre el libro “Los ángeles al alcance de todos”, cuya autoría comparto con mi padre.

Es la entrevista más larga que me han hecho nunca por radio. Pero no precisaron que se trataba de algo antiguo y pregrabado, y me empezaron a llover e-mails felicitándome –lo cual agradezco de corazón- y preguntándome por este tema. Al principio no entendía nada, porque hace mucho que no hablo con Miguel Blanco, pero luego un amigo me aclaró que la entrevista estaba colgada en la Web de Radio Nacional.

Me gustaría precisar que hoy, desde los conocimientos que he ido adquiriendo en esta última década, matizaría algunas de las cosas que dije, por ejemplo no hablaría de culpa –ésta es una palabra que no debería figurar en el diccionario de la nueva era- sino de responsabilidad. Y diría de los ángeles de la Cábala que son ante todo 72 estados de conciencia. 72 teclas de nuestro piano divino con las que el alma compone infinitas melodías.

A veces me resisto un poco a hablar de ángeles porque llevo muchos años haciéndolo y ahora prefiero centrar más mis esfuerzos en mi labor terapéutica, pero como sea que siguen despertando tanto interés, vuelvo al ruedo, contestando a varias preguntas que me han planteado algunos lectores.

Los 72 ángeles se reparten el Zodíaco a razón de cinco grados cada uno, 72 x 5= 360, los 360 grados de la rueda astral. Cuando nacemos, disponemos de una lista de 27 ángeles que activan nuestros planetas, los nodos lunares, el Ascendente y el Medio Cielo. Cada uno de estos cuerpos celestiales dispone de dos ángeles, uno actúa a nivel físico, es el primero que aparece en la lista y el otro a nivel emotivo, es el segundo. El Sol dispone además de un ángel Mental, un total de 27 ángeles. El ángel Físico es el que rige los 5 grados en que se encuentra el planeta, el emotivo es el que rige el grado mismo.

Todos los programas angélicos de un tema astral conforman la “carrera” que uno ha elegido cursar en la presente vida. Representan la energía de la que disponemos al nacer, es como el dinero que se le entrega a cada jugador cuando inicia una partida de monopoly. Y esa energía es información, son programas que están en nuestro disco duro y que podemos activar en cualquier momento.

Un ángel es una parte de nuestro ser, somos nosotros en un plano de conciencia muy implosionado. Cuanto más lo energetizamos y activamos, más fuerza le estamos dando y más posibilidades tenemos de que se manifiesten en nuestra vida sus virtudes. En ese sentido, el ángel es como una hucha en que la podemos acumular monedas, si son poquitas, nos dan para comprarnos una bolsa de pipas, pero si son muchas, nos ofrecen posibilidades mucho más interesantes.

Un ángel puede activarse de dos maneras: desde la cabeza o desde el corazón, aunque lo ideal es hacerlo de ambas formas. Desde la mente, se activa observando su programa y meditando sobre él, y el corazón lo movemos con las plegarias. Unas plegarias que han de ser leídas entre líneas porque tienen múltiples interpretaciones, igual que los exhortos (ya que cada ángel tiene una plegaria y un exhorto).

Si pudiera (y tuviera tiempo de) volver a reescribir el libro, diría por ejemplo que no hace falta preocuparse demasiado por los horarios de ventanilla. En efecto, según decía mi padre, los ángeles que no pertenecen a nuestra lista, tienen unos horarios. Esto es válido en un principio, cuando nos iniciamos en el tema angélico. Pero cuando ya hemos establecido contacto muchas veces, cuando ya hemos construido una sólida ruta neuronal, la sola mención del nombre de un ángel, o incluso el simple hecho de pensar en él, hace que su energía acuda a la llamada de inmediato.

Algo parecido ocurre cuando somos nuevos en un barrio, es necesario tomar contacto muchas veces con la gente. En cuanto nos conocen, los comerciantes nos fían si un día nos olvidamos de traer la cartera o si no tenemos cambio, la panadera nos guarda el pan, el interventor del banco nos atiende por teléfono ahorrándonos las colas etc…

Para comunicar con un ángel, es preferible hablar su idioma, que es el del amor. Su plegaria es como su número de teléfono, al pronunciarla, provocamos una vibración, algo resuena en nuestro interior, su energía viaja desde el núcleo hasta la superficie, hasta nuestra consciencia.
Hasta aquí de momento, si veo que el tema suscita el interés de los lectores, seguiré con él en ulteriores artículos.

Soleika Llop

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermoso Soleika, Gracias!!
Aleyla

Anónimo dijo...

Querida Soleika acabo de ponerme en ctc contigo gracias a q escuché espacio en blanco,como creo en la causalidad aqui estoy,te seguiré porq asi me lo indica mi instinto es hermoso lo q escribes y me gustaria tener más informacion .gracias por ser. un abrazo raternal

Anónimo dijo...

Muy bonito articulo...besos desde China...ya sabes...

Anónimo dijo...

Estupendo artículo, Solëika. (!!)
Y no lo digo porque sí, sino porque he leído tu libro y me lo he trabajado y así entiendo mejor lo que escribes. Me gustaría apostillar varias cosas, a saber.
1. Es ¡Genial! esa "re-consideración" de prescindir de ese dichoso sentimiento de culpa que no deja avanzar al ser humano (aprendí esto en un magnífico libro donde también se veía el concepto de "karma" como necesidad y no como deuda -algo parecido a lo de la culpa-). Te felicito, ya que, el concepto de "culpa" es un lastre pesado como el plomo que no lleva a nada (!!). Creo que es verdad, que hay que ser responsables... pero para nada debemos sentirnos culpables hayamos hecho lo que hayamos hecho.... ¡Y por Dios, dejemos de una vez de juzgar a los demás y lo que es peor: a nosotros mismos!.
2. Tienes razón, son estados de conciencia muy implosionados (yo diría muy concentrados o evolucionados) que si enfocamos nuestra vida diaria (trascender nuestros actos cotidianos) hacia ellos, ellos nos devuelven la "pelota" y además aumentando la intensidad proporcionalmente.
3. ¿Sabe qué?. "Creo que son nuestro futuro" (es un insight que he tenido ahora mismo) y eso se explicaría por la existencia del Tiempo Psicológico.
Nada más. Felicidades también por tu libro: ¡me encantó...hablas hasta de física cuántica, vamos... muy con los tiempos!.
Nada más. Gracias Solëika.

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