Saber diluir el viejo mundo

Es increíble el baile de sincronicidades al que estoy asistiendo, últimamente, las colecciono. Ayer escribí una reflexión en la que comentaba lo siguiente, reproduciendo unas palabras de mi padre sobre el Apocalipsis: “Hemos visto hasta aquí como el viejo mundo se va retirando, o como se va liquidando todo aquello que de él dependía. Notemos que esa muerte supone una incorporación de los valores del viejo mundo (antiguos paradigmas) al nuevo universo que Jesús dio a conocer con el nombre de Reino”...


Pues bien, hoy abro un correo que me mandaron hace tres días y en él un amigo me relata lo siguiente: “Ayer soñé que me encontraba con un viejo amigo ruso y le comenté que había terminado el libro de mi vida, que había pasado gran trabajo en realizarlo, pero que gracias al ímpetu y a los deseos de hacer algo por mí mismo hallé la fuerza para conseguirlo. Que no era muy pretencioso, pero que necesitaba que alguien con su capacidad artística le echara una hojeada. ¡Una ayuda siempre en bienvenida! Él me miró y no dijo nada. Solo agarró mi proyecto en sus manos y se lo guardó en el bolso. Nos despedimos.

No había dado dos pasos y el amigo me llama. Me di media vuelta y el muy h… de p… me mostró mi trabajo hecho pedazos, destrozado completamente. Me entró una rabia indescriptible, los ojos se me inyectaron de odio y la sangre me hirvió. No pude contenerme y salí disparado a su encuentro; él, al ver mi reacción echó a correr como una liebre al tiempo que los gritos de “auxilio” que vociferaba se expandían en el viento como las sirenas de una ambulancia. Zigzageaba algunos árboles con la facilidad de un duende; sin embargo el odio que me empujaba me hizo alcanzarle y descargué sobre él toda mi furia, lo acuchillé.”

Lo que le pasó a este amigo es exactamente lo que comentaba mi padre: que una tendencia suya (el amigo ruso) le ayuda a destruir el libro de su vida, es lo que Juan en el Apocalipsis llama “comerse los rollos”. Sin embargo, sus propias resistencias, su ego personal, se resiste como gato panza arriba. Estos días, una persona que está haciendo ejercicios de Alquimia Genética me comentaba que ahora que está trabajando sobre su Capa 3, le suceden todo tipo de anécdotas y sincronicidades relacionadas con esta Capa. Pues me ha pasado lo mismo: mientras trabajo con una Lección determinada del Apocalipsis de mi padre, me suceden cosas ligadas a esta temática. Para que luego digan que el universo no es un maravilloso engranaje perfectamente orquestado !!!

Soleika Llop

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esas sincronías probablemente estén motivadas por lo más básico existente en el universo: el amor. Yo creo en la ley de la semejanza (lo semejante se atrae). Creo también que esas sincronicidades son un lenguaje místico (paradójico)de nuestra alma o pueblo celular: "allí ocurre todo de modo simultáneo, aquí se registra de modo polar o por ciclos".
La TAG nos permite vivir a nivel de auténticas (!!) sensaciones que esto es así en forma de hologramas vivientes totalmente inocuos.
En las tres dimensiones el "yo" físico al disponer, en base a su naturaleza polar, del "tiempo-espacio" percibe la separación de los acontecimientos.
No se trata tanto de prescindir de una de las formas y quedarse con la otra, sino de ser conscientes a nivel de la vida cotidiana de que ambas ocurren al unísono.
El miedo percibe la separación. En cambio el amor (una actitud positiva y de atención a algo nuevo, piénsese por ejemplo, en la técnica inocua de la TAG), percibe en las sincronías la unidad, vamos... algo así como si nuestro pueblo celular o alma nos estuviese vertiendo su versión "light" de lo ya se ha dado a otros niveles mucho mayores (Unidad).
Este planteamiento de las sincronicidades es lo que tú,Solëika, atribuyes a menudo como "bromas cósmicas". Ser conscientes de esa "conexíon" entre nuestras sincronicidades y algo que nos trasciende (Hermanos Mayores) es empezar a entender o a intuir la mecánica cósmica y que somos elementos integrantes de una personalidad multidimensional.
Y quizá, esa "aproximación" mencionada es lo que Kabaleb atribuye como esa fuerza o impulso latente en nuestro interior (Ego Superior o Dios). Y se manifiesta en lo que pensamos o ponemos atención (plegarias y exhortos) en forma de sincronías o incluso, si llegado el caso: "al revés te lo digo para que me entiendas", planteamiento éste que tú, amiga mía, ilustras de modo muy claro en tu bibliografía sobre Los Ángeles. Nada más.

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