Meditación Nueva Luna de Mayo 2010



Meditación : Poderosa Sabiduría

Relajación

- Realiza tres respiraciones lentas y profundas, entrando el aire por la nariz y exhalando por la boca, llenando primero de aire tu abdomen y luego el tórax. Luego realiza 3 respiraciones provocando una apnea, es decir entrando por la nariz, reteniendo el aire todo lo que puedas y luego lo sacas por la boca muy lentamente. Le das la orden a tu mente de rebajar la actividad eléctrica de sus ondas a 4 ciclos por segundo, de esta forma entrarás en un estado de profunda relajación.

- Imagina que por encima de tu chakra 7, en la parte superior de tu cabeza, se está formando una espiral de luz azul índigo. Ahora observas que por encima de tu cabeza, se abre este chakra 7, tiene la forma de un gran embudo por el que penetra la luz azul de la espiral. Ese rayo azul inunda todo tu cuerpo armonizándolo, relajándolo completamente, aliviando todos tus centros energéticos...

- Imaginas que ese rayo azul envuelve todo tu cuerpo como si estuvieras en una burbuja de ese color. Esa luz azul va eliminando cualquier tensión y regenerando cada tejido, cada célula, cada órgano.

Inducción

- En ese estado de profunda relajación en el que te encuentras, imaginas que te trasladas al Monte Saint Michel, te encuentras al pie de este Monte, imaginas que está yermo, es todo hierba, sin construcciones, salvo un templo en la cima, dedicado al Arcángel Miguel.

- Imaginas que empiezas a escalar el Monte, lentamente y a cada paso que das, te vas desprendiendo poco a poco de todas tus vestiduras, joyas, calzado, todo lo que llevas encima. Te desprendes asimismo de una capa de energía gris compuesta de tensiones y preocupaciones de la vida diaria.

- Vas ascendiendo, subiendo, subiendo, tu cuerpo se queda completamente desnudo y cubres tu desnudez con un precioso manto blanco, tejido con hilos de luz. Alcanzas la cima del Monte, las puertas del templo se abren ante ti y te invitan a penetrar en él.

- Entras y te sitúas en una sala redonda con muchas ventanas por las que penetra el Sol a raudales. Las paredes y techos están cubiertos de amatistas incrustadas que despiden poderosos haces de luz de color violeta que penetran por tu cabeza, recorren todo tu cuerpo, impregnándolo de energía violeta transmutadora.

- Invocas la presencia de unos maestros que te van a ayudar en esta meditación. Invocas a Jesús el Cristo, a la Madre María, al Arcángel Miguel, al Arcángel Metatrón, a los 72 Ángeles de la Cábala.

Sinergia grupal

- (En caso de que la meditación se haga con un grupo) Imaginas que en el centro de la sala del Mont Saint Michel en la que te encuentras hay un inmenso diamante del tamaño de una cabeza humana. Imaginas que sacas un hilo dorado de tu corazón y lo enrollas alrededor del diamante, de esta forma unes tus energías a las de todas las personas del grupo.

Conexión

- Imaginamos que se abre el techo de la sala del Mont Saint Michel en la que nos encontramos, desde el cielo se acerca una gran bola de luz, es Lauviah 11.

- Lo saludamos, le agradecemos su presencia, imaginamos que nos arrodillamos ante él y le decimos: “Ángel Lauviah, en este mes lunar, me pongo humildemente al servicio de tu luz.”

- Imaginamos que en la sala del Mont Saint Michel formamos un círculo cogiéndonos virtualmente de las manos y vamos a entonar juntos el nombre de Lauviah, como si fuera un mantra, con la intención de activar y fortalecer esa parte de nuestra psique llamada Lauviah. Primero en voz baja, luego iremos subiendo el volumen hasta alcanzar el máximo de voz y luego iremos decreciendo poco a poco. Imaginamos que el ángel se sitúa en medio del círculo y hace de director de orquesta, va a dirigir nuestro canto.

- Imaginamos que no sólo las células de nuestras cuerdas vocales entonan el canto, sino todo nuestro mundo celular, todos los personajes que forman nuestro pueblo celular entonan juntos el nombre de Lauviah.

- Ahora imaginamos que todos los barceloneses se contagian y entonan ese mismo canto, y luego toda Cataluña, y toda España, toda Europa. Ese canto se extiende a todos los continentes, la Tierra entera está cantando Lauviah, impregnándose de las poderosas energías de este ángel.

- Le pedimos que nos haga ver el momento de nuestras vidas –si no lo encontramos en el pasado, lo buscamos en el futuro- en que mejor hemos aprovechado sus virtudes, es decir en el que más liberados hemos estado de cualquier tipo de temores y en que más poder hemos dado a nuestra sabiduría y en que con más sabiduría hemos manejado nuestro poder. Si hemos logrado conectar veremos o sentiremos la presencia de un personaje y le preguntamos a qué se dedica, de qué manera ha utilizado esa porción de su ser llamada Lauviah. Tomamos nota de lo que nos dice. Le pedimos que nos haga un regalo.

- Damos las gracias a todos los seres de luz que nos han ayudado en esta meditación. Cerramos nuestros chacras, imaginamos que nos levantamos del sillón, salimos de aquella sala, del templo, volvemos a bajar aquella montañita, a medida que vamos bajando nos vamos desprendiendo de la túnica de luz y recuperando nuestra ropa. Llegamos abajo, a tierra firme, estamos al pie del Mont Saint Michel, desde allí imaginamos que creamos unas raíces etéricas que parten desde nuestros pies hasta el centro de la Tierra, de esta manera nos anclamos. Ahora nos trasladamos al lugar en el que estamos realizando esta meditación, encontrándonos profundamente bien.

Soleika Llop

4 comentarios:

Adriana Alba dijo...

Gracias Soleika, por tan valiosa información, como siempre tus textos irradian Luz!

Abrazos desde Argentina.

Anónimo dijo...

Hola Soleika, no sé si utilizo el canal adecuado, pero quería comentarte el mensaje que tuve ayer en tu meditación. El personaje era yo misma de niña, con unos tres años, correteando y jugando por un jardín. En un momento dado hizo una pila con piedrecitas, y alargando su brazo me dió una piedra, diciéndome que era para que me hiciera compañía. Si pudieras comentarme el significado del mismo, te quedaría muy agradecida.
Un abrazo,
Pilar

Anónimo dijo...

Hola, soy Pilar, antes te he hecho una pregunta y no te he dejado mi correo, que es

p.gomez59@hotmail.com

Gracias y perdona por la omisión

Anónimo dijo...

Siguiendo la meditación, me vi en un campo abierto,todo verde,al fondo un rio atraviesa de izquierda a derecha el paisaje,a ambos lados de rio, arboles, y arbustos,estoy sentada a la orilla dando la merienda a dos niñas,que deben ser mis hijas ellas rebolotean alrrededor mio, felices,me fijo en la fruta que sostiene,manzana y naranja.se pone de pie y se aleja la imagen de mi.Aqui somos dos, la pregunto quien es y me dice."soy tu madre"me da una naranja y al cogerela parece que
tuviera por debajo algo mas.pero ya no tengo claro que podria ser.Gracias anticipadas si decides comentarne el significado.Un abrazo.Maria.

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