El Sol está que arde…


Parece una perogrullada, pero esto es lo que nos confirman las noticias que nos están llegando de la Nasa el 22 de enero 2010:

“Ha comenzado el ciclo solar número 24, es hasta un 50% más fuerte que el ciclo anterior- el 23- el cual ya marcó un récord puesto que produjo la mayor erupción solar jamás registrada. El Sol alcanzará su punto máximo de intensidad desde finales de 2.011 hasta el 2.012.

Creo que la influencia magnética producida por el Sol nos introducirá en lo que nuestros antepasados antiguos describieron como la transición que nos trae un nuevo estado de Ser. Al igual que la actividad del Sol afecta al campo magnético de la Tierra que tiene un efecto dramático sobre el clima "de la Tierra", es decir, terremotos, inundaciones, volcanes y huracanes, del mismo modo esta oleada de corrientes eléctricas afecta al campo magnético del cuerpo humano. Hay un desarrollo de la medicina moderna poco conocido que se llama estimulación magnética transcraneal y que proporciona evidencia empírica de cómo pueden influir en las emociones humanas los campos magnéticos. Satélites que orbitan la Tierra, han detectado la mayor explosión solar en dos años el pasado miércoles 20 de enero”...

Al hilo de esta noticia, me gustaría compartir un texto de mi padre (Kabaleb) que puede iluminarnos mucho sobre lo que está ocurriendo. Forma parte de unas reflexiones sobre los textos del Apocalipsis de Juan y se refiere a cómo será la humanidad del 6º Día de la Creación (estamos ahora mismo en el 4º). El lector, sin duda, se preguntará “¿Y esto que tiene que ver con lo que está ocurriendo ahora?”. Pues tiene mucha relación porque en cada Día de la Creación (cada Día representa millones de años) se vive una prefiguración de lo que serán los próximos, así como recapitulaciones de lo que fueron los Días anteriores.

Y lo que estamos experimentando con las tormentas solares parece ser una prefiguración o ensayo general de este futuro lejano del 6º Día. Parece que el Sol se está acercando mucho a la Tierra – a nuestra tierra humana, es decir a nuestra realidad- nos está bombardeando literalmente con su energía, la capa de ozono se está debilitando cada vez más, y este fenómeno no sólo es debido a la polución.

"La humanidad que un día crearemos no tendrá que pasar por las duras pruebas que nosotros hemos pasado. Dios alumbrará ese nuevo mundo y ya no necesitaremos intermediarios, los llamados antorchas (los Maestros), ni siquiera el mismo Sol. Será el propio Yo Superior de cada ser quien aporte la luz necesaria al funcionamiento del universo. En el 6º Día de la Creación viviremos todos dentro de la esfera solar, los planetas habrán desaparecido. Nos cuenta la Cosmogonía de los Rosa Cruces (dictada a Max Heindel) que la oleada de vida humana fue distribuida en los distintos planetas, al separarse del Sol, a fin de que pudieran evolucionar en condiciones idóneas al nivel alcanzado dentro del organismo solar. Pero en el 6º Dia volveremos a juntarnos para poner en común nuestras experiencias, puesto que todos tendremos acceso a los registros en los que se archiva la Memoria de la vida de los mundos.”

Parece pues que en este gran ensayo general el cosmos nos está probando, está calibrando nuestra capacidad de soportar la irradiación solar. Y podremos aguantarla en la medida en que sepamos acercarnos a nuestro núcleo ígneo, a los que los alquimistas llaman el Sol oculto. Recordemos lo que decía al respecto el libro “El Misterio de 2012”, resumido en este blog:

Para los egipcios, el símbolo del centro de la galaxia era la gran Diosa Isis en su papel de madre de la creación, ella era la prima materia y el útero secreto de todo lo que es. Representaba la fuente de la gran manifestación de rayos cósmicos, polvo y otros elementos raros que constituyen el material que, según han detectado nuestros científicos, sale del centro de la galaxia. Este centro es tan inmenso que es más de un millón de veces mayor que nuestro Sol. Uno de los grandes secretos del antiguo Egipto es que el centro de la galaxia es el Sol secreto que existe detrás del Sol. En el lenguaje alquímico, recibía el nombre de Sol negro o Sol oculto. Era el Sol secreto del eterno femenino, la “soror mystica”.

Horus es el niño divino hijo de Isis y su consorte, Osiris. O sea que Isis, el centro de nuestra galaxia, dio luz a nuestro radiante Sol. La energía de Horus dentro de nosotros, despertada y vigorizada por Isis, emerge como la voluntad de contemplar el gran trabajo y alcanzar la plena iluminación en esta vida. El mito de Isis, Horus y Osiris fue relanzado por los cristianos a través de la historia mística de la Virgen María y su hijo Jesús.

El área situada en el centro de nuestra galaxia se activa ocasionalmente y explosiona, eso ocurre cada 13.000 años. Esta increíble emisión de luz podría tomar la forma de un gigantesco ojo celestial. El centro de nuestra galaxia es mil veces más brillante que cualquier otra parte del cuerpo galáctico. Sin embargo, debido al polvo y a los residuos esta maravillosa presencia queda oculta a nuestra vista. (Este polvo es, a nivel interno, el chapapote emocional).

Desde una perspectiva esotérica, estas ondas galácticas son emanaciones del divino femenino surgidas del corazón primordial de la creación. Esa poderosa corriente femenina, conocida en la tradición tántrica como Shakti y en la cabalística como Shekinah, es la fuerza nutricia que anima la vida misma, es como una chispa eléctrica que enciende un proyector de cine para que envíe sus rayos de luz que ayudan a crear las cambiantes imágenes de la pantalla.

Lo que se va a abrir en 2012 es lo que los egipcios llaman la “cámara estelar” o asiento de Isis. A otro nivel, es el centro pineal, el ojo de la gnosis (la percepción directa) de la alquimia taoísta. Es el ojo secreto que todo lo ve. Desde la Cábala, esta cámara estelar sería el séfira secreto Da´at. Horus representa el punto en el que ocurre la aceleración interna haciendo que el impulso hacia la iluminación total en esta vida eclipse a todos los demás deseos. A través de la apertura de la cámara estelar de Isis, el impulso hacia la plena integración, representado por Horus (yo crístico), se realiza la aspiración de reunirse con la fuente suprema”.

De todo ello se deduce que quien utilice los potentes rayos solares para activar su Da´at particular, su cámara estelar, no se verá afectado por dichos rayos. Porque vivirá en el Sol, se transformará en un Sol para los demás, es decir en un factor de elevación de la conciencia.

Soleika Llop
http://abriendoconciencia.blogspot.com

1 comentario:

ana dijo...

súper , súper , interesante!!!
no chupar más energia , sino repartirla , porque somos parte de ella , parte de la luz , .....que bonito!!! Me alivia pensar que todo será más fácil ,más armonioso.

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