La Función Paterna (2ª parte)

Sigo traduciendo y resumiendo el libro de Nina Canault “Comment paye-t-on les fautes de ses ancêtres” -Cómo paga uno las faltas de sus ancestros- en lo concerniente a la función paterna. No comparto algunas de las ideas de este libro pero pienso que es interesante ponerlas en el tapete. No creo que exista ningún “canibalismo familiar”, porque esto equivale a decir que la conciencia familiar puede anular nuestra personalidad, hacernos enfermar o dejarnos en “stand by” hasta que se resuelva el conflicto. Me inclino a pensar que lo que ocurre es que heredamos patrones psicológicos que constituyen para nosotros un reto, algo que tenemos que aprender a torear, a superar y a transmutar. Uno no encarna por casualidad en un entorno familiar determinado sino porque su alma así lo dispuso, mucho antes de ser concebido. Y lo hizo en función de las experiencias que necesitaba para su crecimiento...

Que muchas psicosis estén relacionadas con la carencia paterna, con haberse forjado una imagen distorsionada o poco edificante del padre, es algo fácilmente verificable. Pero cabe añadir un matiz: el padre físico es el representante del Padre, es decir del Yo Superior. La falta de contacto, de comunicación con esta parte divina de nuestro ser, o el no tener ninguna conciencia de su existencia es lo que puede provocar grandes estragos en la psique humana. Sobre todo cuando dicha inconsciencia o incomunicación son recurrentes, o sea cuando uno la ha practicado en varias vidas.

Volveremos a abordar este importante tema en ulteriores artículos. De momento, veamos qué nos cuenta el libro de N. Canault sobre la función paterna.

9.- Todos los secretos, todo aquello que los padres no han sabido expresar y han encriptado se transmite desde su inconsciente al de sus hijos, es lo que se llama una transmisión inter generacional inconsciente. No todos los terapeutas admiten esta transmisión. Existen numerosas manifestaciones de lo que podríamos llamar una lealtad invisible familiar: una enfermedad, un accidente, un episodio psicótico. Todas ellas representan duelos que no fueron hechos, traumas que no fueron digeridos, conflictos que no fueron verbalizados o metabolizados.

20.- En algunas culturas se habla de la “enfermedad de los ancestros”, refiriéndose a áreas de la psique humana en la que moran los fantasmas familiares, todo aquello que no se ha dicho. Parece que los niños psicóticos tienen por misión reparar el pasado genealógico de su familia. Son incomparables exploradores del inconsciente transgeneracional.

21.- Mientras un trauma no ha sido asumido, siempre permanece vivo en la psique. Un trauma mental es un acontecimiento que no ha podido ser digerido por nuestra estructura psíquica. Algo que no ha sido expresado en palabras, debido al temor o a la vergüenza que ha producido. A veces se encierran estos acontecimientos traumáticos en un envoltorio de mentiras y esto se transmite del inconsciente de los padres al de los hijos y engendra lo que en términos psicoanalíticos se denomina un “fantasma”. Una historia transmitida con falsedades a las próximas generaciones puede causar auténticos destrozos en el inconsciente familiar. Podríamos poner como ejemplo el caso de Jean Michel, un adolescente de 19 años, autista de nacimiento, que nunca quiso mirar a nadie a los ojos, ni siquiera a su madre. La madre de J.Michel me contó que dos bisabuelos del niño se habían suicidado al volver de la guerra de 1914. Estos dos hombres llevaban el mismo apellido, sin tener lazo familiar alguno, se casaron con dos mujeres que eran hermanas, una de ellas era la bisabuela de J.Michel. Al volver de la guerra, se encontraron con que las dos hermanas habían iniciado una relación sexual incestuosa, para hacerse compañía la una a la otra. Sus maridos no pudieron resistirlo y se colgaron, sin embargo esta circunstancia nunca trascendió y a la familia se le dijo que la culpa del suicidio la tenían las atrocidades que los dos hombres habían vivido durante la guerra. La mentira se fue transmitiendo a los hijos y a los nietos, de tal manera que las dos mujeres fueron consideradas como unas santas por haber sabido criar solas a sus hijos. El pastel se descubrió a raíz de un sueño que tuvo el hermano menor de J.Michel. Soñó con dos brujas, él le contó su sueño al psicoanalista de J.Michel, éste investigó y acabó destapando toda la historia: que aquellas mujeres, que llevaban además el mismo apellido (el de sus maridos) acabaron haciendo vida de matrimonio, ya no necesitaban a ningún hombre.

23.- En la siguiente generación, dos de las hijas de los hombres que se suicidaron, se quitaron la vida, decepcionadas porque sus maridos respectivos las abandonaron, revive el fantasma de los abuelos. Otra de las hijas es la madre de J.Michel, el niño autista. El autismo, en este caso, sería el resultado de un incesto genealógico. Las dos abuelas transmitieron la creencia que, para ser madre, se puede prescindir de los hombres y esto niega el papel del padre en la construcción mental del hijo.

24.- Los psicóticos tienen por misión enseñarnos aquello que desconocemos acerca de nuestras transmisiones mentales y espirituales. Los niños psicótico cuentan cosas que nadie entiende pero cuando uno los escucha se da cuenta de que están explorando el pasado familiar que ha hecho de ellos lo que son. Es como si pasaran la mayor parte de su tiempo explorando el inconsciente de su madre, buscando sus amores perdidos o las abuelas o bisabuelas cuyo duelo nunca se hizo. Y en este universo-fantasma, el único personaje al que nunca encuentran, es su propio padre.

25.- Esto no significa que sus madres no quieran a su marido, al revés, los padres de niños psicóticos son a menudo hombre fieles, pero ellos tienen generalmente muy poco que decir acerca de la educación de sus hijos: sólo deciden las mujeres. Deciden sobre cuándo les apetece tener un hijo, deciden sobre la educación y sobre todo lo que concierne al niño porque a menudo consideran que los hombres viven en otro planeta. Ellas asumen solas la críanza de sus hijos, para ellas el hombre no existe. Los autistas denuncian, a través de su existencia, silencios henchidos de mentiras. Ellos asumen, sin que nadie se dé cuenta en su familia, lo que los demás no pueden pensar ni decir. A través de su mutismo, protegen a sus padres de verdades demasiado dolorosas. La psicosis sería pues, desde este ángulo, una prueba de que existe lo que yo llamo (habla Didier Dumas) el canibalismo familiar.

26.- Me pregunto –dice Nina Canault- cómo puede ser que un ancestro que nunca hemos conocido, sea capaz de ejercer una influencia sobre nuestra vida. ¿Cómo puede marcar el destino de sus descendientes como si esperara que estos se encargaran de decir o realizar lo que él no pudo hacer en vida?. El fantasma –contesta Didier Dumas- es una ausencia de representación, un agujero en las palabras, algo que no se ha dicho y que tenía que ver generalmente con la sexualidad o con la muerte. Esta falta de palabras es la expresión de un trauma que se produjo en la psique de algún ancestro. El trauma es un ataque directo a la integridad del ser que se transmite de inconsciente a inconsciente. Aquello que no fue verbalizado es recogido por el niño, es como un inquilino que puede irrumpir de repente a través de un trastorno psíquico o de una somatización.

31.- Podemos leer en El Éxodo (20,5-6) que las faltas de los padres serán transmitidas a tres o cuatro generaciones. Dice Ezequiel (18,2) “Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos tienen la dentera”, es decir que los padres comieron uva sin madurar y esto perjudicó la dentadura de los hijos. Jeremías (31,29) también atribuye al padre la responsabilidad sobre los males espirituales que padece su descendencia.

39.- Considerar que las transmisiones de inconsciente a inconsciente pueden existir equivale a
reconocer la existencia de la telepatía.

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