Alerta teatral porcina

El primer afectado de la gripe porcina podría ser un niño de cinco años de la localidad mexicana de La Gloria, según afirma en un artículo el diario New York Times. Las autoridades han conseguido identificar a Édgar Hernández, un niño que pertenece a una familia con escasos recursos, como el enfermo número cero afectado por esta enfermedad...

Me ha llamado la atención esta noticia, por tratarse de un niño y por el nombre de la localidad en la que se originó la epidemia, nada menos que... en La Gloria.

Si partimos de la premisa –avalada por la Kabbalah- de que todo cuanto ocurre en 3D (en el mundo físico) ha sido antes incubado en los mundos del espíritu, en lo que Teillard de Chardin llamaba la noosfera, veamos cómo ha podido tramarse la epidemia –me resisto a emplear el término de pandemia- de la gripe porcina. Si leyéramos la noticia entre líneas y con las gafas de interpretar símbolos, diríamos…

Que en la gloria, en el reino divino, en los cuarteles generales de nuestro Yo superior, se ha elaborado un plan para hacernos entender que nuestro niño interior está bajo de defensas, está débil, mal alimentado, sin recursos. Las carencias de este niño interior son como agujeros de termitas por los que se han colado unos virus, transmitidos por la parte “marrana”, más sucia e impura de nuestra psique. Recordemos que hay culturas que vetan la carne de cerdo en sus mesas por considerarlo un animal impuro.

Pero ¿qué es el niño interior? El niño interior simboliza la pureza, la frescura, la ternura, la candidez, la espontaneidad, la sinceridad, la inocencia, la humildad, las ganas de jugar, divertirse, el estar fuera de matrix, del mundo de la programación. Simboliza la imaginación, la alegría, la ausencia de condicionamientos, barreras y creencias, como no sea creer que todo es posible. Los niños también representan los nuevos impulsos de la psique, los que nos llevan a renovarnos, a salir de la rutina. El niño interior es la libertad de soñar y de actuar siguiendo únicamente el impulso del espíritu, el cual a medida que maduramos va quedando limitado, maniatado y encerrado.

¿Qué significa tener un niño interior mal alimentado, débil y sin recursos? Pues significa que el resto del pueblo psíquico, del pueblo formado por todas nuestras tendencias, no le está concediendo a este niño –a la pureza, la inocencia etc..- ninguna atención, no le dedica ningún recurso energético. No lo alimenta energéticamente. Todo aquello sobre lo que posamos nuestra atención, recibe nuestra energía, se alimenta de nosotros y crece. Y lo que está ocurriendo en la sociedad ahora es la inmensa incongruencia de que lo que ahora más capta nuestra atención no es el niño, sino el virus que lo ha invadido.

Este virus debe estar encantado porque entre todos lo estamos engordando hasta límites inimaginables, lo estamos tratando a cuerpo de rey. Le hemos cedido las primeras planas de todos los medios de comunicación mundiales. Debe sentirse como una estrella del rugby después de haber ganado la Super Bawl. Triunfo total urbi et orbe porque además, por si todo eso fuera poco, ha logrado que un número creciente de personas vayan por la calle disfrazadas de enfermeras/os, con una mascarilla tapándoles el rostro.

Es como si todas se estuvieran moviendo en un gigantesco hospital. Un hospital poblado por una sociedad enferma de miedos, de temores. Una sociedad dispuesta a vaciar los estantes de las farmacias con el objetivo ilusorio de bombardear los síntomas en vez de apearse de este tío vivo de locura colectiva, meditar un poco y preguntarse cuál es el origen real del problema.
Recuerdo que un día, hará un par de décadas, consulté a un médico (que además era naturópata) sobre una gripe morrocotuda que agarré. Le pregunté si convenía que tomara alguna medicación, y me contestó lo siguiente: “Si tomas medicamentos, te durará siete días, y si no tomas nada, salvo caldos, zumos e infusiones y mucho reposo, te durará una semana”.

Una sociedad, como decíamos, enferma hasta el punto de no darse cuenta de la fuerza mental que posee y de que si uno llama de forma recurrente al mal tiempo, acabará metido en el ojo de un huracán. Estamos viviendo momentos en los que, debido a una extraordinaria actividad fotónica, nuestros pensamientos han adquirido un inmenso poder cristalizador, como nunca antes lo han tenido. Nunca el ser humano ha sido tan poderoso porque nunca su cerebro ha estado tan desarrollado. Y que utilice este poder para co-crear una pandemia, es algo realmente grotesco. Y todo ello independientemente del hecho de que sea o no cierto que existe tal pandemia, lo cual mucha gente duda.

Quiero decir con esto que pasarnos el día pensando que nos van a robar, equivale a poner un anuncio en la noosfera que diga lo siguiente: “Busco un caco que me ayude a cristalizar mis pensamientos”. De igual modo, tener ocupada nuestra cocotera con la idea de que hay que defenderse y armarse full equip –mascarillas, vacunas, medicamentos, cuarentenas y demás números circenses- contra la gripe, le estamos diciendo al virus: “Ven bonito, acércate, te estoy esperando, te estoy creando un espacio (psíquico) para que penetres en mi”. Y el virus nos contestará: “Allá voy, paso de tus mascarillas porque me estás llamando con tanta insistencia que ya me las arreglaré para traspasar cualquier barrera. En cuanto a tus medicinas, no te preocupes, soy inmune a ellas, no me provocarán ni un rasguño”.

Si levantaran la cabeza los grandes pontífices del teatro del absurdo (Becket, Ionesco, Genêt, Camus..) no les haría falta estrujarse demasiado las neuronas para buscar argumentos para sus obras.

Países cerrando sus fronteras, gente atrincherándose en sus casas, escuelas que se cierran, una ministra de un país super desarrollado desaconsejando viajar a unas carreras de coches, un presidente (el mexicano) rogando a la gente que no salga de su casa para el puente de mayo, cabe preguntarse hasta dónde estamos dispuestos a llegar en la glorificación y ensalzamiento de ese virus.

Ya que no es de recibo hablar de un problema sin aportar soluciones, proponemos una estrategia anti virus, que suele funcionar muy bien en aquellas personas que están convencidas de su efectividad.

Meditación

Nos situamos debajo de un rayo de Sol, imaginamos que el Sol penetra en nosotros a través de nuestra coronilla (chakra 7).

Imaginamos que a medida que van penetrando en nuestro cuerpo, sus rayos se transforman en estrellitas de 6 puntas diminutas, del tamaño de una célula. Imaginamos que todo nuestro cuerpo queda invadido de estrellitas de 6 puntas, desde la cabeza hasta los pies, todas nuestras células se han transformado en estrellitas.

Ahora imaginamos que esas estrellitas traen un mensaje en su interior, la palabra AMOR, y que al derramarse por nuestro organismo lo están llenando de amor. Sentimos cómo goza nuestro cuerpo con esta maravillosa sensación.

Ahora imaginamos que nosotros somos celulitas de un inmenso cuerpo formado por todos los países del planeta. Incluso podemos dibujarlo. Nos colocamos mentalmente en este cuerpo, somos una celulita amorosa de este gran cuerpo. Pero resulta que el amor es contagioso, imaginamos que vamos contagiando con nuestra fuerza amorosa todas las células circundantes, y que éstas a su vez contagian a las que tienen al lado y al final imaginamos que ese inmenso cuerpo planetario se ha llenado de millones y millones de estrellitas de 6 puntas con el mensaje AMOR en su interior.

Soleika Llop
www.abriendoconciencia.blogspot.com

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Soleika!
Gracias por tu reflexión, me uno a ella en esta tarde festiva y soleada. Me entrego enseguida a meditar, el sol luce aún y la tramontana le da al ambiente una hermosa transparencia. Qué gozada!
Montse.

manuel ignacio dijo...

Hola, Suleika, tu análisis simbólico es genial, yo hago análisis simbólico de todo, también, muy a tu estilo, me gustaría compartir contigo lo que he escrito, por ejemplo el análisis simbólico de la caida de las torres gemelas y la guerra que desde allí se declaró, y también el problema que tienen los argentinos con el sol de su bandera y de los horarios, que son muy locos, el análisis simbólico de Frankestein que creo es símbolo de la clonación humana, y por fin, "Los Símbolos concretos" que estoy terminando, pero que está todo en mi sitio de internet www.solastrochart.com, espero algún comentario tuyo!
MANUEL IGNACIO QUILES SIBANTOS

ARIAL dijo...

Bon día SOLEIKA. Tus palabras sobre como recibir este virus, unas vez mas muy acertadas. Para confirmarlo Yo he trabajado en KALIGAT el Centro mas duro de Madre Teresa de Calcuta India. Alli atendemos los terminales, los mas pobres y los mas enfermos, los que pueden contaminarte algunos con solo la mirada. Traen todas las enfermedades y estamos, lavándolos, alimentandolos, y cuidándolos. Todos somos voluntarios hay jovenes y viejos de todo el mundo, como las ONG. Cuando entras en la sala de hombres, la de mejeres se ocupan las mujeres, si aguantas el primer soplo de aire, pocos lo aguantan puedes quedarte, muchos no pueden. Cuando me preguntan si estoy vacunado de algo, digo que de nada. Y así sigo, nadie te obliga a nada, por suerte!. Por eso estan allí. Por regla general cuando termino, regreso a España. Ya en el avión me noto algo de fiebre. Mis hijos me dicen; Papa en cuarentena no te queremos ver. Que bien me dejan tranquilo unos días que me aislo solo en mi casa. En ayuno completo y solo bebo agua caliente. Por la mañanas hago siempre el Surya Yoga que nos enseño el Maestro OMRAAM MIKHAËL AIVANHOV y siempre cada mañana tengo el libro de los Genios de tu padre, ya sabes que soy ARIAL. La fiebre suele subir y subir, llega hasta los 41/42 grados, sudas mucho y mucho más. Pero contemplas el espectáculo desde afuera y llega un momento que de repente tu fiebre baja de 42º a 36º en cuestion de una hora. Todo ha pasado,a penas a durado tres días, podrías incluso vestirte y salir hacer tu vida ordinaria. Yo acostumbro esperar un día, pues te encuentras algo cansado. Por la mañana siguiente, un vaso de agua caliente como cada mañana y desayuno lijero un buen café y ya está. Y voy a por los 70 años y no se lo que es estar resfriado, tener gripes o cosas de estas raras. Tu ya me concoes SOLEIKA y sabes que digo la verdad, como sabes que quiero mucho a tu Padre, los dos tuvimos el mismo Maestro. Que suerte verdad?.
Antonio Cochs - Reus

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