Meditación de la Nueva Luna de Abril

Esta es la meditación que di ayer en el Centro Aureas de Barcelona. El día de la charla de Nueva Luna a veces no coincide con el día en que cae la Nueva Luna porque depende de las disponibilidades del Centro. Suelo publicar la meditación una vez he dado la charla, no antes...

Relajación-Inducción (están en el blog, en el apartado “Análisis de Nuevas Lunas”, artículo “Genérico Lunas”)

Imaginamos que por encima del diamante al que nos hemos ligado (en la sinergia grupal) aparece un torbellino de luz. Ese torbellino nos envuelve completamente, una vez en su interior empezamos a girar muy deprisa, tanto que nuestras partículas se atomizan, nos volvemos pura energía. El torbellino es como un cono de luz que se introduce en la Tierra debajo del Monte Shasta (California) y se dirige hacia la ciudad de Telos, donde moran nuestros hermanos lemurianos.

Imaginamos que aterrizamos en un paisaje con una vegetación lujuriante, con flores gigantes que exhalan fragancias embriagadoras y que forman una sinfonía de colores difícil de describir con palabras. La sensación es de pasear por un Arco Iris.

Un hombre de gran belleza nos da la bienvenida en su territorio, es Adama, el líder espiritual de Telos, su sumo sacerdote. Adama está rodeado de niños, imaginamos que nos cogen de las manos y nos llevan hacia su escuela, nos la quieren enseñar. Está situada debajo de una inmensa cúpula redonda de cristal, pero no es un cristal rígido sino que más bien se parece a la consistencia de una burbuja de jabón, brilla y se mueve de la misma manera. Esa escuela no tiene puertas, uno simplemente atraviesa las paredes para entrar.

Hay muchos ambientes diferentes, en apariencia no hay paredes entre ellos, visto desde lejos es como si todos los niños trabajaran en el mismo ambiente. Sin embargo, hay separaciones invisibles que son como paredes energéticas que separan una clase de otra pero que pueden desaparecer en cuanto les interesa hacer una actividad común.

Hay una clase en la que enseñan a los niños a acelerar el crecimiento de una flor con sus pensamientos y se divierten al ver quien la crea más grande y más hermosa y luego se esconden dentro porque las hacen crecer tanto que caben en su interior. Aprenden a hablar con cada flor para saber cuál es su función. Cada niño, por turnos, adopta la personalidad de una flor y cuenta a los demás cómo se siente, cuál es su función, lo que más necesita cada flor, para qué sirve su esencia. Allí no hace falta destilarlas sino que adoptando la personalidad de cada flor uno recibe sus beneficios.

Ahora vamos a imaginar que imitamos a estos niños y que cada uno de nosotros se transforma en una rosa. Hemos penetrado en Telos en nuestro cuerpo de luz, cuyas partículas se diseminaron, así que imaginamos que esas partículas se vuelven a juntar para formar una hermosa rosa. Sentimos su fina textura, su delicadeza, su fragancia, su belleza, su ligereza, su porte etéreo, sentimos que somos esa rosa.

Ahora imaginamos que estamos en nuestro lugar habitual de trabajo o en nuestro hogar y que vamos dejando por donde pasamos esa fragancia, esa delicadeza, esa belleza. Imaginamos que si alguien se acerca lo suficiente a nosotros como para rozar nuestros pétalos, también se transforma en una rosa, imaginamos que lo hacemos con todos nuestros familiares. (Podemos hacerlo con nuestros compañeros de trabajo o amigos).

Ahora nos situamos de nuevo mentalmente en la cúpula, imaginamos que todas las paredes electromagnéticas se levantan porque todos van a realizar un trabajo en común. Imaginamos que todos los lemurianos presentes forman un gran círculo y nosotros estamos entre ellos. En el centro del círculo se proyecta una imagen holográfica de la Tierra.

Todos proyectamos juntos sobre la tierra nuestra conciencia de rosa, con su belleza, su delizadeza, su suavidad, su fragancia. Imaginamos que bajo la influencia de estos pensamientos, la Tierra empieza a girar hacia la derecha, deprisa, muy deprisa, cada vez más deprisa, tan deprisa que alcanza velocidades supralumínicas, sus partículas se atomizan en el ambiente, luego se vuelven a juntar formando una hermosa rosa de color carmín.

Imaginamos ahora que todos los ángeles, arcángeles y maestros de luz de la 5ª, 6ª y 7ª dimensión se emocionan al ver que la Tierra se ha transformado en una hermosa rosa, se emocionan tanto que dejan caer unas lágrimas que se transformarán en una lluvia fecundante y benefactora para todos los rincones de la Tierra que padecen sequía. Imaginamos que nuestro país recibe de inmediato los efectos de esta lluvia y que todos los pantanos se vuelven a llenar para suplir todas nuestras necesidades.

Ahora, nos despedimos de nuestros hermanos de Telos, agradeciéndoles su acogida. Salimos de la cúpula, aparece de nuevo el torbellino de luz que nos traerá al Monte Shasta, una vez allí imaginamos que nuestras partículas vuelven a juntarse, recobramos nuestra figura humana y desde allí nos trasladamos al Monte Saint Michel.

Reabsorbemos el cordón de luz que nos ligaba al diamante, deshacemos la pirámide de luz, salimos del Templo, bajamos aquella montañita, volvemos a recuperar nuestras ropas (que habíamos cambiado por un vestido de luz) y desde el Mont Saint Michel nos trasladamos al lugar en que hemos hecho esta meditación. Damos las gracias a todos los seres de luz que nos han asistido y cerramos nuestros chakras.

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