El cáncer, creando un nuevo egregor

Para muchas personas que padecen esta dolencia –de forma directa o indirecta, a través de un familiar o un conocido- este término –cáncer- suena a plaga que hay que combatir. ¡Cuántas veces hemos leído en la prensa que fulano de tal estuvo luchando con valentía contra la cruel enfermedad...hasta que fue vencido por ella! La noción de lucha sugiere la existencia de buenos y malos, de verdugos y víctimas, de enemigos. Todo ello pertenece a un territorio psíquico que se llama dualidad, pero que también podríamos llamar Matrix porque es como una programación mental que nos ha sido colocada.

Cuando el interesado recibe el diagnóstico, por parte de la medicina alopática, se vincula automáticamente a un potentísimo y virulento egregor –masa o cúmulo de energía mental- que ha sido alimentado por los pensamientos de todas las personas que han padecido esta enfermedad y por los de sus familiares y amigos, y gente de su entorno más inmediato...

Un egregor que es lo más parecido a un pozo de alquitrán en el que conviven el miedo a la muerte y al dolor, la desesperación, el desánimo, la sensación de derrota, de enfrentarse a un enemigo feroz con fama de implacable ante el cual uno a menudo claudica y finalmente, el convencimiento de que la única salida pasa por las vías ortodoxas.

Un egregor que ejerce sobre el paciente una tremenda atracción gravitatoria, lo envuelve, lo atrapa, de manera que en muchos casos éste último se transforma en una marioneta sin voluntad y sin criterio, cuyos hilos son manejados por sus familiares o sus terapeutas. Y es que el alquitrán deja muy poca libertad de movimiento. Lo más aconsejable sería pues no pronunciar el nombre de esta dolencia, no pensar en ello y auto convencerse de que uno no está enfermo, sino “avisado”. Esto no significa que se le deba esconder el diagnóstico al paciente, porque esta noticia es lo que pondrá (o debería poner) en marcha su búsqueda personal.

Existen pacientes de cáncer que bordean el mencionado pozo sin caer dentro, son los que han desarrollado una voluntad férrea o una conciencia que les permite estar fuera de Matrix, del mundo de las programaciones preestablecidas. Son personas que buscan terapeutas u oncólogos alternativos y que saben que toda enfermedad no es más que un aviso, una señal que el espíritu transmite a la conciencia para informarle de que algo no anda bien. La estrategia a seguir en este caso es tirar del hilo hasta que se encuentre el origen del trastorno y desactivar esta carga psíquica.

Imaginemos por un momento que en una central nuclear se produce una avería grave que amenaza su correcto funcionamiento y que el equipo técnico, en vez de intentar buscar dónde se inició el problema, decide bombardear la central, bajo el lema de “muerto el perro, muerta la rabia”. Esta no parece la solución más adecuada, sin embargo es, sorprendentemente, la que cuenta con más adeptos, en referencia al cáncer (y otras enfermedades).

Si consideramos que la enfermedad –cualquiera de ellas- es un piloto que se enciende en el tablero de nuestro vehículo para indicar que se ha producido un fallo en el sistema, es lógico pensar que si uno busca la avería y la subsana, el piloto se apagará. Mucho menos lógico sería responder dándole un martillazo al piloto luminoso para que no moleste, y sin embargo es lo que se hace en muchos casos.

Lo que se logra entonces es que a veces la “avería” se amplíe y vaya afectando otros sectores del vehículo. Es lo que ocurre en casos de cánceres recurrentes, que una vez han sido desalojados de una zona del cuerpo con métodos invasivos, brotan en otra zona. El organismo vuelve a mandar a la conciencia el mismo mensaje, pero subiendo un poco más el volumen, porque supone que el interesado está un poco sordo.

Cuando antiguamente queríamos reutilizar una cinta de cassette, bastaba con volver a grabar por encima de lo que habíamos grabado anteriormente. De igual modo, para contrarrestar los efectos del egregor oscuro que se ha construido en torno a una enfermedad cualquiera, es preciso crear un egregor paralelo, con una nueva programación.

Una programación que conciba la patología no sólo como un aviso o un piloto que se enciende, sino también como un aliado o incluso como un regalo divino. Porque brinda la oportunidad a la persona de tomarse un respiro para investigar, reflexionar, meditar, para visitar territorios de su psique cuya existencia ni siquiera sospechaba y de plantearse las consabidas preguntas: ¿Quién soy, de dónde vengo y adónde voy?

Una nueva programación que considere que cualquier desarreglo en el cuerpo o en la psique está manejado por unas fuerzas, por entidades con las que se puede pactar. Jung las designó con el nombre de “complejos autónomos”, el doctor Javier Merino (autor de numerosos artículos sobre oncología) les llama “elementales cancerosos” o “bacilos psíquicos del bajo astral”. Son cargas psíquicas que pueden ser desactivadas, dando paso a una total remisión de la enfermedad.

La clave para lograrlo es la toma de conciencia, es transmitirle al mundo celular un simple “oído, cocina”, como hacen los cocineros para hacer saber al camarero que se han enterado del pedido. La clave es decirle al espíritu que hemos captado el mensaje y actuar en consecuencia. Porque una cosa es decir “oído, cocina” y otra distinta es ponerse a elaborar el plato.

Este nuevo egregor o nueva programación sería pues un espacio en el que convivan la fe, la esperanza, la sabiduría, la conciencia, el amor. Cuando una masa critica –crística- de personas haya activado dicho egregor, éste se consolidará, tomará cuerpo en la psique colectiva y acabará pulverizando el egregor oscuro.

Los mejores artesanos de esta nueva construcción psíquica son sin duda las personas que han padecido un cáncer (aunque esto es extensible a cualquier patología) y que, tras haber abierto su conciencia y captado el mensaje, se han puesto manos a la obra, han ido al origen de su dolencia y se han sanado. Estas personas han abierto un nuevo camino neuronal el cual, a través de la resonancia mórfica, ayudará a todos los que vengan detrás a transitar por esta misma senda. Es lógico, en un camino forestal salvaje, cuando alguien desbroza las zarzas, facilita el tránsito de los que vienen detrás.

Desde este ángulo, sanarse a través de la toma de conciencia y de un profundo trabajo interior no es sólo un asunto personal, sino que implica a toda la colectividad, puede ser considerado como un servicio a la sociedad. Concibiendo el cáncer –o cualquier otra dolencia- ya no como una lucha, sino como una oportunidad para crecer y para participar en el crecimiento de los demás.

Esta es la nueva conciencia. Quienes la adopten desde una postura de paciente, ayudarán, a través de la mencionada resonancia mórfica, a que todos los demás pacientes penetren en este nuevo campo. Pero quienes lo hagan desde una posición de terapeuta ortodoxo, de oncólogo, de experto reconocido, estará abriendo una nueva ruta neuronal (o ensanchando la que ya está abierta) para todos sus colegas de profesión, lo cual tendrá una repercusión aún mayor, ya que de un solo terapeuta dependen muchos pacientes.

Cuando un número suficiente de pacientes y de especialistas hayan penetrado en esta nueva conciencia, el antiguo egregor de miedo y dolor quedará desactivado y dejará de ejercer sobre las personas su tremenda atracción gravitatoria. Entonces, lo más probable es que esta dolencia desaparezca.

Soleika Llop

Para leer mas de lo que son los egregores clic aquí

28 comentarios:

Anónimo dijo...

Juan Carlos Buenos dias
Muchas gracias por este artículo tan interesante.

Anónimo dijo...

Gracias por el artículo acerca del cáncer y por todos los artículos que me haz enviado.

Anónimo dijo...

Mil gracias. Estaré atenta a los próximos boletines.

Anónimo dijo...

Buenos días, muy amables por la información recibida, el artículo es muy interesante. Gracias.

Anónimo dijo...

GRACIAS !

Anónimo dijo...

GRACIAS MIL POR TAN IMPORTANTE ARTICULO.

Maria Del Mar Ospina B dijo...

Soleika Para ti Muchas gracias,
para los lectores
Les recomiendo este libro
La enfermedad como camino
Thorwald Dethlefsen yRuiger Dahlke
Maria Del Mar Ospina B
madema13@gmail.com

Anónimo dijo...

Gracias, muy interesante. Como dice Vriost "Es importante lo que la vida nos hace, pero es más importante lo que decidamos hacer ante lo que nos ocurre".
Saludos

Anónimo dijo...

Gracias ,pues mi madre ha sufrido 5 años de éste mal.

Anónimo dijo...

Excelente artículo aunque discrepo con el final. El cambio del egregor no hará desaparecer la enfermedad porque no es su causa, sin embargo, quizás ayude a su pronta curación y la erradicación de la quimioterapia como "solución".

Anónimo dijo...

Hola señores,
Todos los artículos, boletines e informaciónque ustedes me envían, son muy útiles y desde luego que los leo atentamente, quiero expresarles mis agradecimientos y desearles muchos éxitos con todo lo que emprendan

Anónimo dijo...

gracias por el artículo acerca del cáncer y por todos los artículos que me haz enviado.

Unknown dijo...

Alguna vez, tuve que viajar, compartiendo con unos desconocidos los cuales resultaron ser una pareja de esposos, campesinos del interior de los llanos de Colombia, ella era una enferma de cancer, tenia un aspecto enfermizo, pero escuchandoles su conversacion y apreciando su actitud, note que ella tenia una actidud diferente a los citadinos, en cuanto a que por tener seguramente mas informacion tenemos el panico a esta enfermedad. Se veian una pareja amorosa, el, atendia con amor y mucho afecto a su pareja. Se veian con una paz. Me impacto lo que percibi. Igual unas tias mias han padecido y superado esta enfermedad. Tu articulo es excelente, muchas gracias

Anónimo dijo...

MIL GRACIAS POR QUERER COMPARTIR ESTA SABIDURÍA CON OTROS DIOS LE BENDECIRA. SIEMPRE ESTOY ATENTA A LAS INFORMACIONES QUE NOS ENVIAN

Anónimo dijo...

Mil gracias muy interesante el articulo

Anónimo dijo...

Mil gracias agradezco mantener comunicacion con Uds.
saludos

Myriam Liliana dijo...

Excelente artículo, mil gracias.

Anónimo dijo...

Excelente el boletin , muchas gracias.

Anónimo dijo...

Mil gracias lindo articulo

Anónimo dijo...

AGRADEZCO EL ENVIO DE TAN INTERESANTE ARTICULO.

Anónimo dijo...

Me encantó el artículo. Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Al respecto de lo q habla Soleika LLop tengo muchas reflexiones nacidas de mi experiencia en La liga contra el cancer donde trabajo como voluntaria ofreciendo sesiones de Reiki y soporte Psoicologico a los pacientes durante su tratamiento de quimioterapia.

Anónimo dijo...

Muchas gracias

Anónimo dijo...

Muchas gracias por sus artículos que benefician a muchas personas. En el caso del cáncer, una enfermedad muy agresiva, la actitud de los enfermos es generar compasión o rebeldía y son dos cosas inaceptables en cualquier caso. Se necesita del tipo de ayuda que ustedes brindan y que no aceptan los escépticos.
Gracias

Anónimo dijo...

Mil gracias por esta clase de artículos que sin lugar a dudas nos ayudan a ver y a actuar en forma muy distinta frente a situaciones tan particulares con ésta del cáncer. De igual forma los comparto con mis seres queridos. Saludos

Laudenis Prado dijo...

Juan Carlos, un millón de gracias por éste y todos los artículos que compartes con todo tu universo, siempre he pensado desde que tuve la oportunidad de conocerte que eres una persona muy sabia y generosa. Con respecto al artículo de Soleika,te digo que comparto muchas cosas ya que estoy trabajando full con la Energía y Terapia floral y he visto resultados realmente sorprendentes cuando los pacientes logran transformar sus pensamientos. Hasta pronto Laudenis.

Unknown dijo...

Excelente Artículo. Vale la pena estudiar mucho más las causas emocionales, que a mi juicio son la verdadera razón de la existencia del cáncer. Mario García

Anónimo dijo...

Excelente artículo. Espero seguir recibiendo material de esa naturaleza.
Iván Junco

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