Genérico Nuevas Lunas

En este apartado encontraréis la explicación de lo que significa el término “Nueva Luna” y hallaréis también la parte genérica de las meditaciones, la que siempre es la misma: la relación y la inducción.

¿Qué es la Nueva Luna?

El fenómeno de Nueva Luna se produce cuando el Sol y la Luna se juntan en un mismo grado y minuto del Zodíaco, y esto ocurre cada 28 días. La Luna es como un laboratorio en el cual se combinan las pulsiones, es como un disparadero, un campo de tiro desde el cual unos proyectiles cósmicos son dirigidos a la Tierra...

Gracias al estudio de los programas angélicos relacionados con el grado en que cae cada lunación, podemos conocer el tipo de carga que llevan esos proyectiles energéticos. En ese sentido, los planetas pueden ser considerados como un gran cuerpo y los programas angélicos serían como el alma que anima a este cuerpo.

Las energías cósmicas, al pasar por nuestro cuerpo físico, se transforman en actos. La Luna es pues como una base científica desde la que la vida es inoculada al hombre. Por un lado la Luna dispara la vitalidad planetaria hacia la Tierra pero también es la plataforma que proyecta hacia arriba (Yo divino) los frutos de nuestras experiencias.

En la Luna Nueva, la Luna está oscura y desaparece completamente de nuestro a vista. El cambio gradual de Luna Nueva a llena ha dado origen a las ideas alquimistas de albificación o conversión de lo negro en blanco, transmutación del plomo en oro o resurrección. La oscuridad de la Luna nueva es vista como un punto de partida para la transmutación y representa la mítica unión de opuestos o dualidad creadora que da comienzo a un nuevo ciclo.

Si trabajamos todos los meses sobre el grado lunar y sus contenidos (programas angélicos), nos transformamos en el Árbol de 12 frutos mencionado en el Apocalipsis ( XXII, 1-5), el que “lleva la salud a las naciones”, es decir a nuestros pueblos de tendencias, a toda nuestra psique. Y si nuestra psique está sana y en perfecto orden, así será también nuestra realidad material, todo en nuestra vida estará perfectamente sincronizado.

Sintonizar con las energías angélicas del mes lunar

Sintonizar a nivel mental (observando los programas, meditando sobre ellos y procurando aplicarlos a nuestra vida) y emocional (a través de las plegarias) con las energías angélicas de cada lunación, equivale a remar con el viento a favor, todo resulta más fácil porque estamos utilizando el carburante energético que el cosmos pone a nuestra disposición en cada momento. Si somos constantes, si lo hacemos todos los meses, al elevar nuestra vibración, nos vamos deslizando poco a poco hacia el área de las sincronicidades, de la sincrorealidad, en la cual la vida responde a todas nuestras necesidades de forma mágica y sorpresiva.

Relajación

Realiza tres respiraciones lentas y profundas, entrando el aire por la nariz y exhalando por la boca, llenando primero de aire tu abdomen y luego el tórax

Con una última respiración profunda, le das la orden a tu mente de rebajar la actividad eléctrica de sus ondas a 5 ciclos por segundo, de esta forma entrarás en un estado de profunda relajación.

Imagina que por encima de tu chakra 7, en la parte superior de tu cabeza, se está formando una espiral de luz azul índigo. Ahora observas que por encima de tu cabeza, se abre este chakra 7, tiene la forma de un gran embudo por el que penetra la luz azul de la espiral.

El rayo azul inunda todo tu cuerpo armonizándolo, relajándolo completamente, aliviando todos tus centros energéticos.

El rayo azul envuelve todo tu cuerpo como si estuvieras en una burbuja de ese color, que te protege energéticamente.

La luz azul va eliminando cualquier tensión y regenerando cada tejido, cada célula, cada órgano.

Inducción

En ese estado de profunda relajación en el que te encuentras, imaginas que te trasladas al Monte Saint Michel, te encuentras al pie de este Monte, imaginas que está yermo, es todo hierba, sin construcciones, salvo un templo en la cima, dedicado al Arcángel Miguel.

Imaginas que empiezas a escalar el Monte, lentamente y a cada paso que das, te vas desprendiendo poco a poco de todas tus vestiduras, joyas, calzado, todo lo que llevas encima. Te desprendes asimismo de una capa de energía gris compuesta de tensiones y preocupaciones de la vida diaria.

Vas ascendiendo, subiendo, subiendo, tu cuerpo se queda completamente desnudo y cubres tu desnudez con un precioso manto blanco, tejido con hilos de luz. Alcanzas la cima del Monte, las puertas del templo se abren ante ti y te invitan a penetrar en él. Entras y te sitúas en una sala redonda con muchas ventanas por las que penetra el Sol a raudales. Las paredes y techos están cubiertos de amatistas incrustadas que despiden poderosos haces de luz de color violeta que penetran por tu cabeza, recorren todo tu cuerpo, impregnándolo de energía violeta transmutadota

En el centro de la sala en la que te encuentras hay una gran mesa redonda como la de los caballeros del rey Arturo. Esa mesa tiene un gran hueco en su centro, y una pequeña hendidura que te conduce a él. En ese hueco encontrarás un cómodo sillón, te instalas en él.

Invocas la presencia de unos maestros que te van a ayudar en esta meditación. Invocas a Jesús el Cristo, a la Madre María, al Arcángel Miguel, al Arcángel Metatrón, a Omraam Mikhael Aivanhov, a Saint Germain, a Akenatón, a Nefertiti, a los cuatro elementos, a las cuatro direcciones, Norte, Sur, Este y Oeste, a todos los guías espirituales de la gran Hermandad Blanca.

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