¡ Toy viva!

Lo digo por si alguien lo dudaba je je. Llevo días sin publicar nada nuevo debido a que estoy con una sobredosis de trabajo y no sé dónde hallar las horas, las intento estirar, como si fueran de goma pero no se dejan, vuelven a su posición inicial.

De todas formas, no perdéis nada por esperar porque en cuanto arranque de nuevo os vais a lamer los dedos (los del espíritu me refiero). Estoy preparando pequeños resúmenes de casos que me están viniendo, de personas hermosas que no saben que lo son y que sólo por esto se han creado un teatro del absurdo, se han subido a un tío vivo de patologías, físicas y mentales, que las han dejado muy mareadas...

Y mi trabajo consiste en hacerles tomar conciencia (a través de las terapias de Alquimia Genética) de su belleza interior, de su poderío, de su fuerza, de su capacidad para amar y ser amadas, de su derecho a ser felices, a elegir el camino de la gracia, y a dejar de transitar por la senda del dolor.

Devolverle la sonrisa (eso que nunca quiero perder) a una persona y a unas células enfermas, cansadas o hastiadas, es algo realmente gratificante. Penetrar en el mundo celular es una aventura extraordinaria, que se parece a un juego de rol, tiene sus escenarios, sus personajes. Maleantes, tullidos, cojos, se codean con princesas, príncipes, reyes, usurpadores, caballeros, niños, ángeles, soldados, gnomos, hadas o animales míticos.

Cada uno de ellos simboliza una tendencia, un patrón, una forma de enfrentarse a la vida. Resulta muy divertido, a la vez que terapéutico, interactuar con estos personajes, dejar que expresen sus quejas, sus reivindicaciones, sus anhelos. Darles la oportunidad de compartir con nosotros su intimidad, sus aficiones, sus juegos, sus momentos de ocio o sus penas.

La Terapia de Alquimia Genética cuenta con tres herramientas básicas, la primera es la imaginación, cuando nos subimos a sus lomos, podemos traspasar todas las fronteras, como Atreyu, el caballo mítico de la Historia Interminable. Podemos viajar entre dimensiones, conectar con nuestros guías y maestros, con la sede de nuestra creatividad.Podemos revertir procesos que parecían irreversibles y sanar las peores patologías.

La segunda herramienta es la fe. Creamos lo que creemos. Si estamos convencidos de que es posible curarnos, nos curamos. Esta es la alquimia.

Y la tercera, la más importante, es el amor, un amor sin límites, que envuelve y arropa al paciente para que él, a su vez, pueda transmitirlo a su mundo celular y sanarlo. Y podemos añadir a este instrumental un gran sentido del humor, alegría, afán de sacarle punta a cada situación o persona.

De ello se deduce que no hacen falta grandes inversiones para poder practicar la Terapia de Alquimia Genética, todo este instrumental es de serie, viene instalado en nuestro disco duro cuando nacemos. Es el que utilizó el Maestro para sanar, él no necesitaba escáneres, computadoras, aparatos de rayos X, bombas de cobalto ni ninguno de estos artilugios sin los cuales la medicina moderna estaría perdida.

Le bastaba con su vibración, que era capaz de pulverizar cualquier germen, microbio, virus, físico, emocional, mental o espiritual a varios kilómetros de distancia. Dicen que su aura era tan potente que podía notarse a cuarenta kilómetros. Los habitantes del bajo mundo, esos que causan las enfermedades, huían despavoridos ante su gigantesca presencia, no podían resistir la fuerza de su amor.

Y la mejor noticia de todas es que él no se fue sino que dejó su semilla en nuestros corazones y por lo tanto, si nos lo proponemos, podemos realizar los mismos prodigios que Él. ¿Quién se apunta? Los que se apunten a la movida crística quedan invitados al sarao mikhaélico del día 16 de Noviembre en Gerona, a las 20 h. Encontraréis la información en el apartado convocatorias del blog.

A buen entendedor....

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