3. Experiencias del Taller 3 de Alquimia Genética (continuación)

"No merezco la abundancia"..... " Si yo tomo mucho, otros se quedarán sin nada".... "La prosperidad sólo se puede conseguir con grandes esfuerzos, trabajando muy duro" "Antes pasaría un camello por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos"...

Estos han sido, a lo largo de los Talleres nº 3, los patrones limitadores más recurrentes, los que más a menudo bloquean la prosperidad. Cuatro personas distintas relataron las mismas visiones (en el transcurso de la meditación del Taller 3): la de un cofre lleno de riquezas que, por mucho que uno las cogiera, nunca se acababan, es como si se fueran renovando a medida que se utilizan.

Y en efecto, esto es precisamente lo que ocurre, el universo tiene riquezas y luz para todos en cantidades astronómicas. La única condición que nos pone es que después compartamos esas riquezas y esa luz con quienes las necesitan. Ya que la luz que se guarda en conserva acaba inflando nuestro ego, creando lo que Jung denominaba una "inflación de sentido".

Recuerdo, a propósito de este tema, una Terapia de Alquimia Genética, en la que la paciente (en estado de relajación profunda) me contó que se encontraba en una playa en la que el Sol calentaba pero no quemaba.

Entonces, aprovechando que había conectado con su Yo Superior, le sugerí que le preguntara en qué condiciones el Sol puede quemar y esa fue su contestación: "Si tú no estás bien, el Sol te quema, pero si coges lo que necesitas, el resto va a la Tierra. Sois canales, sólo tenéis que quedaros con lo que necesitáis, de esta forma el Sol nunca os perjudicará".

Ahí tenemos un tema que se presta a una reflexión muy profunda. Cuando atesoramos el fuego divino, la luz solar o luz de la conciencia, en vez de "calentarnos" y reconfortarnos, nos quema. Se transforma en incendios, en cánceres de piel, en foto sensibilidad (alergia al Sol) etc... El Yo Superior de esta persona le aconseja que coja lo que necesita y deje que el resto fluya hacia la tierra.

Cuando una persona saca información de su inconsciente, el lenguaje suele ser metafórico, mítico. Por lo tanto hemos de entender "tierra" en el sentido de su tierra humana, de su realidad concreta. Se trataría pues de ser un canal de luz y permitir que esa luz se transforme en actos portadores de conciencia, que se concretice.

Otro de los efectos que he podido observar en las personas que atesoran la luz y que no la sacan hacia fuera es que a menudo están muy sobradas de kilos. Esto suele ocurrir a quienes coleccionan cursos, talleres y seminarios como quien amontona cromos, pero sin que ello incida lo más mínimo en su vida o sin utilizar el conocimiento a niveles prácticos, para transmitirlo a los demás.

Soleika Llop

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