De una noticia publicada en la prensa sobre una hierba - la stevia- que puede ayudar a mejorar las condiciones de vida de los diabéticos me sugirió una reflexión sobre el azúcar y su simbolismo. Recordé que Thorwald Dethlefsen la mencionó en su libro La Enfermedad como Camino, éstas fueron sus palabras:
“Por los alimentos y comidas que prefiere cada cual, pueden descubrirse muchas cosas (dime lo que comes y te diré quién eres.) Si a una persona le apetece o no algo determinado, ello expresa una preferencia o una aversión y nos da un indicio sobre su personalidad. El hambre se mueve por el afán de posesión, deseo de absorción, por una cierta codicia. Comer es satisfacer el deseo por medio de la ingestión, integración y asimilación.
El que tiene hambre de cariño y no puede saciarla, manifiesta ese afán en el aspecto corporal en forma de hambre de golosinas y alimentos azucarados. Queda patente el doble significado que se atribuye a lo dulce cuando de una chica guapa decimos que es un bombón y que está para comérsela. El amor y lo dulce tienen una estrecha relación. El deseo de golosinas en los niños es claro indicio de que no se sienten lo bastante amados. Los padres suelen protestar por semejante imputación diciendo que ellos harían cualquier cosa por sus hijos. Pero hacer cualquier cosa no es forzosamente lo mismo que amar. El que come caramelos anhela amor y seguridad. También hay padres que atiborran de golosinas a sus hijos, con lo que indican que no están dispuestos a ofrecerles amor, por lo que tratan de compensarles de otro modo.
El páncreas forma parte del aparato digestivo y tiene dos funciones principales: la exocrina, que consiste en la producción de los jugos gástricos esenciales, de carácter eminentemente agresivo, y la endocrina. Mediante la función endocrina, el páncreas produce la insulina. La insulina trabaja permitiéndole a la glucosa alojarse en las células para que éstas la utilicen como combustible, manteniendo a su vez los niveles de glucosa en la sangre dentro de lo normal (70 a 110 mg./dl.) El déficit de producción de insulina da lugar a una afección muy frecuente: la diabetes (azúcar en la sangre.) La palabra diabetes se deriva del verbo griego diabainain, que significa echar o pasar a través. En un principio, en Alemania, se llamó a esta enfermedad zuckerharnrhur, es decir, diarrea del azúcar. Si recordamos lo que hemos dicho al principio de este capítulo, podríamos traducir diarrea de azúcar por diarrea del amor. El diabético (por falta de insulina), no puede asimilar el azúcar contenido en los alimentos, éste se escapa de su cuerpo a través de la orina.
Sólo sustituyendo la palabra azúcar por la palabra amor habremos expuesto con claridad el problema del diabético. Las cosas dulces no son sino sucedáneos de otras dulzuras. Detrás del deseo el diabético de saborear cosas dulces y su incapacidad para asimilar el azúcar y almacenarlo en las propias células, está el afán no reconocido de la realización amorosa, unido a la incapacidad de aceptar el amor, de abrirse a él. El diabético – y esto es significativo-tiene que alimentarse de sucedáneos: sucedáneos para satisfacer unos deseos auténticos. La diabetes produce la hiperacidulación o avinagramiento de todo el cuerpo, y los ácidos son símbolos de agresividad. Nos encontramos pues con la polaridad de amor y agresividad, de azúcar y ácido (en la Mitología Venus y Marte.) El cuerpo nos enseña: el que no ama se agría o, formulado más claramente: el que no sabe disfrutar, se hace insoportable.
La producción de ácidos en el cuerpo, de la que se ocupa el estómago, es una función masculina. Los ácidos atacan, corroen, descomponen: son inequívocamente agresivos. Una persona que sufre un disgusto dirá: “estoy amargada”. Si no consigue vencer ese furor conscientemente o transmutarlo en agresión y se traga el mal humor, o traga bilis, su agresividad y su amargura se somatizan (pasan al cuerpo) bajo la forma de ácidos estomacales. Los ácidos acarrean problemas estomacales a quienes carecen de la capacidad para enfrentarse conscientemente con su mal humor y su agresividad o para resolver de modo respetable conflictos y problemas.
Sólo puede recibir amor el que es capaz de darlo, el diabético da amor sólo en forma de azúcar en la orina, el que no se deja impregnar no retiene el azúcar. El diabético quiere amor (cosas dulces) pero no se atreve a buscarlo activamente (“A mi lo dulce no me conviene”.) Pero lo desea (“Qué más quisiera pero no puedo”.) No puede recibir puesto que no aprendió a dar y por lo tanto no retiene el amor en el cuerpo, no asimila el azúcar y tiene que expulsarlo.”
Reflexión:
De todo ello se deduce que los remedios caseros y naturales, las hierbas, o los tratamientos demedicina energética o de medicina alopática pueden aliviar los síntomas de la diabetes o incluso hacerlos desaparecer momentáneamente pero para asegurarse una completa curación es recomendable reflexionar sobre nuestra capacidad para dar y recibir amor. A veces el bloqueo se sitúa en el apartado de “dar” pero otras muchas en el apartado de “recibir”. Así tenemos personas que pueden llegar a ser muy amorosas con los demás pero que a la hora de recibir amor (de sí mismas o de otros seres), de dejarse abrazar, agasajar o mimar, se retraen, se bloquean, como si creyeran que no se lo merecen.
Es preciso tener en cuenta que para saber dar amor primero hay que saber amarse y valorarse a uno mismo, tal vez el primer paso para superar una diabetes podría ser ¿averiguar cuál es nuestro potencial, saber de qué somos capaces, elaborar una lista de nuestras virtudes.
Es relativamente fácil repertoriar las virtudes aparentes (si somos apuestos, trabajadores, tenaces, amables etc..) sin embargo, para poder evaluar nuestros potenciales ocultos, es preciso recurrir a la meditación profunda o bien al estudio astrocabalístico de la carta natal, o a ambas cosas.
Cuando uno aprende a amarse y valorarse y a rellenar sus propias carencias, deja de sentir una necesidad acuciante de recibir amor y halagos de los demás. Si uno sabe hallar en su interior la casita de golosinas de Hansel y Gretel, deja de necesitar consumirlas en el exterior. Si sabemos amarnos y valorarnos, seremos capaces de amar y valorar a los demás, y por lo tanto de retener el azúcar en nuestro organismo.
Saber retener lo dulce es saber reconocer al ser crístico que hay en el otro, es ser capaz de apreciar su belleza, su personalidad angélica, aunque las apariencias nos den el mensaje contrario, es saber reconocer su luz aunque ésta se encuentra agazapada debajo espesa de una capa de sombra.
Todo ello no impide que tomar infusiones de stevia resulte muy saludable, siempre será un coadyuvante en el proceso de curación de la diabetes.
Sugerimos a continuación una meditación para conectar con el Yo Superior y averiguar cuáles son nuestros potenciales:
Relajación
Siéntate, con la espalda muy recta pero de forma cómoda y sin cruzar las piernas. Fíjate que tu ropa esté suelta, sin sujeciones. Cierras los ojos para evitar distracciones
Antes de empezar la meditación, vas a realizar nueve respiraciones profundas, entrando el aire por la nariz y exhalando por la boca. Primero, cuando inspires, llenarás de aire tu vientre, luego llenarás el tórax y cuando saques el aire, lo harás al revés, primero vaciarás el tórax y luego el vientre. Con cada inspiración, imaginas que inspiras futuro y con cada exhalación, que exhalas pasado, conflictos y problemas. Esta es la respiración yóguica
Le das la orden mental a tu cerebro de que rebaje la actividad eléctrica de sus ondas a 5 ciclos por segundo, de esta forma te mantendrás consciente pero en un estado de mayor relajación
Imaginas (aunque no lo veas, da lo mismo, simplemente lo imaginas) que se forma una nube de color verde encima de tu coronilla. Imaginas que tu chakra 7, que está situado en la coronilla, tiene la forma de un tubo de luz muy abierto y que el haz de luz verde penetra en él. En cuanto penetra en tu cerebro, notas como todas tus neuronas y tu sistema nervioso se calman, se relajan y se armonizan. Sientes que tu cabeza pesa mucho, tanto que casi ni la sientes.
La luz verde va bajando por tus músculos faciales, y estos reciben la orden de relajarse, de calmarse y tranquilizarse.
Ahora la luz verde va bajando por tu mandíbula, en la que suele almacenarse mucha tensión, y va relajando, calmando y armonizando cada músculo, cada nervio, cada hueso, a medida que te vas adentrando en tu interior. Sientes que tu mandíbula está totalmente suelta.
La luz verde pasa por tu garganta y suaviza su interior, relaja todas sus células
Ahora la luz verde ingresa en tu médula espinal y recorre toda tu espalda, relajándola, calmando todas sus células, hasta tal punto que ya no notas tu espalda.
La luz verde ingresa ahora en tu brazo izquierdo, va alcanzando tu codo relajando, calmando y armonizando todos sus músculos, todas sus células, cada una de sus fibras, la luz llega a la mano izquierda. Ya no notas tu brazo izquierdo.
Ahora la luz verde ingresa en tu brazo derecho relajando cada una de sus células, tejidos y músculos, llega a tu mano derecha, que se vuelve completamente verde.
La luz verde fluye ahora por tu pecho, ingresa en tus pulmones, relajándolos, calmándolos y armonizándolos, tus pulmones resplandecen con esta hermosa luz.
La luz verde ingresa ahora en tu corazón, aliviándolo y liberando la maravillosa energía que está almacenada en él. Y tu corazón bombea luz verde a través de cada una de las venas de tu cuerpo de manera que llega hasta el último rincón y te ayuda a sentirte apacible, con una gran calma interior.
La luz verde ingresa ahora en tu estómago y en tu abdomen, llenando todos los órganos abdominales y aliviándolos, ingresa en tu hígado, tu bazo, tu páncreas, tu vesícula, tus intestinos, y todos estos órganos reciben la orden de relajarse y calmarse.
La luz verde ingresa ahora en tus órganos sexuales, en tus riñones, en tus suprarrenales y esos órganos se relajan, se tranquilizan, se calman
Ahora la luz verde baja por tu pierna izquierda, pasa por tu rodilla y llega hasta tu pie izquierdo, relajando, calmando y armonizando cada músculo, cada tejido y cada célula y luego pasa por tu pierna derecha, alcanzando tu pie derecho, sientes como ambos pesan mucho, tanto que casi ni los notas. Esa luz verde va eliminando cualquier tensión y regenerando cada tejido, cada célula, cada órgano.
Ahora imaginas que la luz verde rodea completamente tu cuerpo, como si éste estuviera en una burbuja de color verde. Esto te servirá de protección energética durante toda la meditación.
Inducción
En este maravilloso estado de paz y relajación en el que te encuentras, te trasladas mentalmente al pie del Monte Saint Michel, imaginas que este monte está yermo, sin construcciones, salvo un templo en lo alto del Monte, dedicado al Arcángel Miguel
Imaginas que empiezas a escalar el Monte y a medida que vas subiendo te desprendes poco a poco de todas tus ropas, joyas, zapatos, todo lo que llevas encima. Imaginas que te desprendes también de una capa de energía gris hecha de preocupaciones cotidianas.
Ahora imaginas que cubres tu desnudez con un precioso manto blanco, tejido con hilos de luz. Penetras en el templo y te encuentras en una sala redonda con muchas ventanas por las que penetra el Sol a raudales. Las paredes y techos están cubiertos de amatistas (piedras de color violeta), imaginas que te dejas impregnar por esta energía violeta transmutadora y que penetra en tu cuerpo y lo recorre desde la coronilla hasta los pies
En medio de la sala hay una mesa redonda como la del rey Arturo, pero con un orificio muy grande en su parte central, y una pequeña hendidura para poder penetrar en ese centro, en el cual hay un sillón muy cómodo. Imaginas que te instalas en ese sillón y no te vas a mover de él durante toda la meditación.
Meditación
Invocas a unos seres de luz que te van a ayudar en esta meditación (en voz alta si es posible y si no mentalmente.) “Invoco a Jesús el Cristo, a la Madre María, al Arcángel Miguel, al Arcángel Metatrón, a Omraam Mikhael Aivanhov, a Saint Germain, a Akenatón, a los cuatro elementos, Fuego, Agua, Aire y Tierra a las cuatro direcciones, Norte, Sur, Este y Oeste, a todos los guías espirituales de la gran Hermandad Blanca y a todos tus ángeles custodios. Imaginas que delante del sillón virtual en el que te has instalado se levanta una gran pantalla de plasma en la cual se proyecta una película. En esta película, que visualizas o imaginas desde tu sillón virtual, se proyecta la imagen de una ciudad de cristal, rodeada de una gran muralla con 12 puertas, guardadas por 12 ángeles. Pavimentada con adoquines de oro, sus muros están cubiertos de piedras preciosas. Es una ciudad cuyas puertas siempre están abiertas y en la que el Sol nunca se pone
Imaginas que en esta ciudad hay un hermoso palacio de cristal, penetras en él. Penetras en una sala redonda. Al fondo de la sala imaginas que hay un trono de oro macizo rodeado de incrustaciones de piedras preciosas. Sentado en este trono hay un ser de luz inmenso, es tu Yo Superior. Se levanta, está muy contento de verte, a lo mejor llevaba mucho tiempo esperándote. Te da un inmenso, profundo e intenso abrazo. No reprimas la emoción que estás sintiendo porque te ayudará a penetrar aún más hondo en tu interior. Es posible que tu alma llevara siglos esperando vivir conscientemente esta experiencia. Te abandonas completamente a esta sensación sublime de vuelta a casa. Te sientes como el hijo pródigo que regresa al hogar tras haber bregado por infinidad de caminos, tras haber sufrido, tras haber creído –pura ilusión virtual- que estabas solo/a y desasistido/a, separado/a del hogar. Le formulas a tu Yo Superior la pregunta siguiente: ¿Cuáles son tus potencialidades, de qué eres capaz, cuáles son tus poderes y mayores virtudes?
Apuntas la respuesta, teniendo en cuenta que tu Yo Superior es parte de ti y que, por lo tanto, sus poderes y virtudes son los tuyos. Cuantas más veces realices esta meditación, mayores surcos crearás en este nuevo camino neuronal que te lleva a conectar con tu esencia. Con la repetición, llegará un momento en que puedas conectar con él de forma directa e inmediata sin necesidad de respiraciones ni inducciones ni más rodeos. Pero ten cuenta que el desarrollo de la vía intuitiva es como un músculo, necesita un entrenamiento.
Les das las gracias a todos los seres de luz que te han asistido y te despides de ellos pidiéndoles que te protejan y te ayuden a conectar más a menudo con tu Yo Superior.
Vas a cerrar tus chakras: imaginas que en la coronilla (chakra 7) tienes una rosa que va poco a poco cerrando sus pétalos hasta transformarse en un capullito y luego en un punto de luz. Haces lo mismo con el chakra 6, entrecejo, con el chakra 5, garganta, con el 4, corazón, con el 3, plexo solar, con el 2, debajo del ombligo y con el 1, en la pelvis.
Ahora imaginas que te levantas del sillón, sales de aquella sala, sales del templo, vuelves a bajar aquella montañita, a medida que vas bajando te vas desprendiendo de tu vestido de luz y vas recuperando tu ropa, lo que no recuperas es aquella capa gris de preocupación porque ha quedado totalmente diluida. Vas bajando, ya estás de nuevo con tu ropa de calle, has llegado abajo, a tierra firme y desde allí te trasladas al lugar en el que estás realizando esta meditación, encontrándote profundamente bien.
Abriendo Conciencia, Charlas, Reflexiones, Meditaciones, material creativo de alto voltaje
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Sobran los comentarios, estas imágenes ponen la piel de gallina. Da que pensar.. Que lo disfruten.
11 comentarios:
El escrito sobre la Reflexión sobre el azucar.......... está muy bonito, gracias.
Cordial saludo
Gracias por sus noticias son muy interesantes Liliana
Gracias! sus reflexiones son muy acertadas y la meditación incluida es hermosa!!
Muy interesante este articulo, ademas muy completo pues expone el problema y las alternativas de solución.
ME ENCANTÓ, GRACIAS!, ME HA HECHO REFLEXIONAR EN LO QUE SIENTO EN ESTE MOMENTO.
ME ENCANTO EL TEMA PARA REFLEXIONAR Y COMPARTIR ABRIENDO CONCIENCA SOBRE EL AZUCAR.......EXCELENTE.....
CORDIAL SALUDO...
NELSSY
Interesante articulo, ayuda a comprender cosas
Gracias
Ruth
GRACIAS! por la información y los mensajes , los voy a circular .
El envío y la lectura de este artículo es un regalo muy enriquecedor para mí, mil gracias por él, me llegó en un momento clave, será herramienta para el trabajo que este fin de semana confirmé que debo hacer conmigo.
Estoy de acuerdo con quien dijo que divulgará este material, haré lo mismo. Felicidades,
María Cristina Almonacid M.
Muchas gracias, esta buenísimo el articulo y el link
Leí el texto sobre el azucar y me llamo la atención por la relación de afecto que se hace. Gracias por lo informado, espero interiorizarlo y asirme a él. Pilar
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