Otra visión de la realidad



Acabo de trasladarme de piso –me contó esta mañana un amigo suramericano- me ayudó con su furgoneta un chico marroquí que es paleta y con el que coincidí en un par o tres de ocasiones cuando estaba reformando el piso de un familiar. Al preguntarle qué le debía por el transporte, me contestó: “Nada hermano, ya sé que tu economía no anda muy boyante, así que encantado de haberte echado un cable”. Y se trataba de un simple conocido.

Mi amigo optó por saldar la deuda pero se le quedó un calorcito especial en el corazón.

Quizás en otras circunstancias, esta anécdota sería una más del montón pero en el actual contexto de islamofobia en el que estamos inmersos, cobra un significado particular, se merece sus cinco minutos de gloria. Se ha repetido desde numerosos foros, ni todos los españoles son etarras, ni todos los musulmanes yihadistas. Es tan de sentido común que parece hasta ridículo mencionarlo, sin embargo es tan necesario que esa idea arraigue en la conciencia colectiva.

Todos los seres humanos son celulitas de un gran cuerpo, si una parte de ese organismo contrae una enfermedad y se vuelve maligna, tal vez lo que esté pidiendo a gritos es que le mandemos mucho amor, que le prestemos más atención, que intentemos captar el mensaje que nos está transmitiendo. Temerla, humillarla, ridiculizarla o vilipendiarla no parece ser la mejor solución. Porque con ello, lo único que se consigue es multiplicar el poder del área patógena, y que el daño se extienda a otras zonas.

Los próceres de Matrix están hablando de cerrar, restringir, amordazar, controlar, limitar las libertades. Pero cabe preguntarse qué pasaría si hiciéramos todo lo contrario, si abriéramos de par en par la parte más noble de nuestro ser, el motor de nuestro vehículo y utilizáramos su fuerza para mandar energía positiva a las células enfermas..

Ahí dejo eso como reflexión, consciente de las polémicas que estos comentarios pueden suscitar pero, como apuntamos en las previsiones sobre el 2015, Pilates cotiza a la baja, los tibios no tienen muy buena prensa. Ha llegado el momento de comunicar, definirse, mojarse, posicionarse.

Espero que nadie interprete mis palabras en el sentido de una justificación de la violencia, la cual nunca, bajo ninguna circunstancia ni latitud, puede ser una respuesta válida, pero prefiero no entrar en su juego, ni en el juego del miedo y mantenerme lo más alejada posible de las puertas del averno.

Y como caridad bien entendida empieza por uno mismo, ya que en este momento los bronquios me están molestando, voy a imaginar que los demás órganos les mandan una delegación, como si fueran personajes, para aportarles un rayo de luz verde desde sus corazones.

Soleika Llop

2 comentarios:

BUENAS NOTICIAS dijo...

Totalmente de acuerdo, Soleika. Voto por esos rayos de luz verde ;-)
Besos y abrazos a montones.

Anónimo dijo...

Así se habla hermana, eres grandeeeeee!!! Bravo!!
Besitos de Luz y Amor

Milena

Entradas populares