El hombre y la máquina formando un todo indisoluble


Nacho, un ingeniero peruano, se dedica a reparar grandes maquinarias industriales, esos ingenios de los que a veces depende el funcionamiento de toda una fábrica. Una gran responsabilidad la suya que le llevó  -o eso creía él- en parte a padecer fuertes ataques de ansiedad cuando no lograba encontrar el fallo, o cuando tardaba en hacerlo más de lo que le habría gustado. Se acercó a la Alquimia Genética (AG) como último recurso, con un pesado bagaje de escepticismo a cuestas.

En el transcurso de su cuarta sesión de AG, y después de haber toreado su mente y haberle dado la vuelta al ruedo en la Plaza Mayor, logró conectar con uno de los ángeles que figuran inscritos en su carta astro cabalística, Veuhiah, el nº 1. Él nunca había oído hablar de estos temas, lo suyo eran los clavos, los tornillos, los circuitos integrados, las entrañas de los artefactos más sofisticados, sin embargo logró un breve pero intenso intercambio con su Yo angélico. Éste fue nuestro diálogo (muy abreviado):

- Dime qué sabe hacer la parte de tu ser llamada Vehuiah

- Dar energía, fuerza, es el que transmite los impulsos y conecta la parte física con la espiritual

Pocas veces alguien, desde el total desconocimiento de estos temas, logró definir tan acertadamente la labor de un ángel, me quedé realmente asombrada, porque éste es exactamente, en esencia, el programa de Vehuiah.

- Pregúntale al ángel en qué medida te puede ayudar cuando te encuentras frente a una máquina

- Dice que del mismo modo que conecta mi alma con mi cuerpo, que conecte la máquina con mi mente

- Proyéctate a un momento en que has estado delante de una maquinaria complicada, preguntándote cuál era el fallo, una escena que hayas vivido

- Ya lo tengo. Oigo que el ángel me dice: “¿Eres tonto o qué? ¿Acaso no te das cuenta de que tú ya habías arreglado muchas máquinas de forma intuitiva, porque yo te estaba ayudando a ello?

A Nacho se le iluminó el rostro, me dijo que él no había sido consciente de esta interacción, pero que en este momento estaba recordando que a veces un cliente le llamaba por teléfono y él era capaz de decirle qué le pasaba a la maquinaria sin haberla visto siquiera y luego pensaba “vaya casualidad, he acertado”

- Pues no, no era casualidad, yo me estaba conectando contigo en este momento – le dijo Vehuiah- y la angustia que has sentido fue una estrategia para que tomaras conciencia de toda esta interacción

A partir de este día Nacho puede controlar sus ataques de ansiedad, en cuanto siente el más mínimo síntoma, se conecta con sus guías, se relaja, y en seguida lo supera. Esa era la clave, el estado de relajación, y el poder comunicar con su Yo profundo. Se dio cuenta de que las máquinas eran de alguna manera una prolongación de su ser.  Pero también comprendió que si es capaz de arreglar una complicada maquinaria exterior, de igual modo puede hacerlo en su fuero interno.

Soleika Llop

1 comentario:

Marcos dijo...

Total, que le han inspirado la solución desde un plano adyacente de conciencia y que se puede comprobar a través de la Alquimia Genética.

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