Mis hijas no quieren estudiar



José Luis está preocupado por el futuro de sus dos hijas. Claudia, la mayor, de 17 años, pertenece a la categoría “ni-ni” (ni estudia, ni trabaja). Su padre le pagó los mejores y más exclusivos colegios, pero no hay manera de que hinque los codos, tiene alergia a los estudios. Está tremendamente apegada a su progenitor, gasta ingentes cantidades de dinero en llamadas telefónica para tenerlo siempre localizado. La tarjeta de crédito que él le dio saca humo. Para más inri, la hermana pequeña de Claudia sigue más o menos la misma senda.

José Luis es un abogado muy atareado, trabaja a destajo para poder mantener el ritmo de vida de su prole. Está tan saturado por la situación que se plantea reaccionar a las bravas, se le ocurrieron varias opciones: A) Cortarle el crédito a la niña, B) Dar un puñetazo sobre la mesa y cantarle las cuarenta, C) Ponerla en un internado, D) Girarle la cara de un bofetón etc.


Le propuse una nueva alternativa, consistente en pasar de reaccionar (energía masculina) a responder (actitud femenina), e intentar entablar con su hija un diálogo desde el otro lado de la cortina. Le comento la existencia de un fenómeno llamado “entrelazamiento cuántico” a través del cual su hija recibirá de forma inmediata cualquier mensaje que él le lance desde las ondas, es decir desde la red etérica. Iniciamos una sesión de Alquimia Genética (ya lleva unas cuantas).

- Me viene a la mente el número cuatro.

- Pregunta a los guías qué significa para ti

- Dicen que se trata de la cuarta dimensión (él no tiene la menor idea de lo que esto significa), el 4 está situado sobre un cristal transparente de tonos verdosos, me dicen que tengo que aprender a ver las cosas a través de este filtro

- Mira a través de este cristal y pide que aparezca una proyección holográfica de Claudia

- Ya la veo

- Dile que deseas comunicar con ella de corazón a corazón y que te gustaría que te explicara el por qué de su comportamiento

- Me dice que le gustaría estar más presente en mí. Me viene la visión de varias casitas independientes, cada uno entra en la suya

- Acércate a la casa de Claudia y pregúntale si te deja entrar

- Dice que no me dejará mientras ella no haya entrado en mí, no entiendo nada

- Pregunta que has de hacer para que entre en ti

- Dice que dedicarme un tiempo a mí mismo y buscar las respuestas en mi interior

- Imagina que estás en tu casa, te levantas pronto y le dedicas media hora a la meditación, entras en ti, hacemos una simulación para ver si luego Claudia te deja entrar en su casa

- Ella me dice: “No me fío, ya me lo has dicho otras veces y no lo has hecho

- Estarías dispuesto a firmar contigo mismo un acuerdo en el que figuren los siguientes términos: “Me comprometo a penetrar en mi interior con cierta asiduidad, de manera que mi elenco particular de actores deje de organizar revueltas”.

- Siento que algo tiene que cambiar, firmaré el acuerdo. Claudia está delante de mí, me pone un bolígrafo en la mano para que firme y me dice:”Si no lo firmas, yo haré lo mismo que tú, incumpliré mis promesas, te diré que no tengo tiempo para estudiar, pasaré de todo”. Firmo el compromiso.

- Ella no tiene tiempo para dedicar al estudio, de la misma forma que tú no tienes tiempo para dedicarte a ti mismo, pero ella aceptó ese rol incómodo por amor por ti

- Bien, ahora puedes buscar de nuevo la casa de Claudia

- Veo una gruta muy oscura, hay muchos jóvenes acostados por el suelo, están esperando que alguien les enseñe el camino para salir de la sombra, yo soy el que tiene que ayudarlos

- ¿Qué harán cuando estén fuera, qué saben hacer?

- Traer el mensaje del amor. Veo reflejos azules, al fondo de la cueva hay un camino, aparece una luz, hay que remontar

- Bien, dirígete hacia la luz, ellos te siguen

- Es como si estuviera en una garganta, voy subiendo, llego a la lengua, espero que abra la boca, veo la luz, hay toboganes que salen de la boca, parece como tuberías que bajan y llevan a un mundo completamente diferente con muchos colores, es como si las casas estuvieran muy cerca las unas de las otras, ya no hay separación, veo mucho azul

- Ahora que has hecho tu trabajo, busca la casa de Claudia

- Es como si fuera una tienda de camping muy grande, entro, y Claudia me dice: “Hace tiempo que te estábamos esperando, pero esta vez no me abandones y haz lo que tengas que hacer, y que sepas que no solo yo te espero

- ¿Quién más te espera?

- Todo un pueblo, llega una marea de gente, mi padre, mi abuela, mi madre y una mujer que me dice: Yo soy tu mujer de otra vida, me has hecho sufrir y he utilizado a Claudia para que pudieras despertar la parte positiva que hay en ti y que procures dejar de lado a ese guerrero que también te habita”. La serpiente se va y me dice: “ya no tengo nada más que hacer aquí”. (la serpiente es el animal que José Luis eligió para simbolizar su mente).

A través del mecanismo de la fractalidad ascendente (que describo en mi libro Alquimia Genética), la diosa de José Luis, su Yo femenino, harta de que lo ninguneara, se fractalizó, salió de él y encarnó en su hija, ya lo había hecho anteriormente a través de otras mujeres que pasaron por su vida, pero no se percató de ello. De forma inconsciente, Claudia aceptó ese rol para ayudar a su padre a equilibrar su yin-yang, es una hermosa ilustración de la filosofía del Ho´oponopono. Conviene tener en cuenta que mientras otro ser está actuando para nosotros , retrasa su propia evolución, ya que no puede emplear su energía en cumplir con su propio contrato, pero es ley de vida, todos los hijos lo hacen para sus padres.

Los jóvenes de la cueva son tendencias, potenciales que poseen mucha fuerza y vigor en la psique de José Luis, partes de su ser capaces de traer el mensaje del amor a su realidad. Es muy hermosa la metáfora de la garganta, esos impulsos estaban encerrados en él, en cuanto salgan, su realidad se transformará en un mundo de color en el que las casitas estarán juntas, es decir se establecerá conectividad celular, dejarán de existir compartimentos estancos en su psique, pero al mismo tiempo habrá más comunicación con las personas que le rosdean. Tras este recorrido, en cuanto se acerca a la “casa” de Claudia, se da cuenta que no solo está ella, sino que le espera todo un tropel de nuevos impulsos, que harán que su vida sea mucho más placentera.

El excesivo apego de Claudia a José Luis, que podría ser interpretado como un complejo de Electra, era una forma de expresar la necesidad de su diosa de que se acercara a ella.

Es importante el reencuentro con el padre, que simboliza el Padre, es decir, el Yo Cuántico, o Yo Esencial. Pero para ello tenía que alimentar a su Yo femenino y viajar hacia su interior.


Soleika llop












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