Le pregunté por la relación con su padre, me dijo que bien, ningún problema. Entonces le dije que el padre físico es el embajador plenipotenciario del Padre Eterno, es decir del Yo nuclear, y admitió que por allí podría encontrarse el fallo, reconoció que lo había tenido bastante abandonado durante mucho tiempo. En cuanto conectó con su Cristo interior, se le calmó de repente la molestia del ojo.
Cuando convocamos a una delegación de su pueblo celular, aparecen campesinos que están hartos de tanta rutina, sus células se quejan de que tienen que crear diversas molestias, que son las que le han impulsado a acercarse a la Alquimia Genética (A.G.). Cuando, al finalizar la sesión, volvemos al primer escenario, los campesinos están endomingados, sus células pueden descansar porque ella ha tomado conciencia. Al acercarse a su niña interior, es decir a su inocencia y pureza, a su espontaneidad, se acerca a su madre (con la que tiene a veces relaciones tensas), esto le permite entrar en un agujero de gusano y viajar a otra dimensión de su ser.
Aterriza en una iglesia vacía, así estaba su fe (en sí misma, en la vida), muy poco elaborada, rudimentaria. Pero situándose en este punto de fe incipiente, recibe dos rayos de luz, uno viene de la izquierda, del camino de la lucha, del mundo de las formas, y otro viene de la derecha, del camino de la gracia, del amor, ambos se unen y forman la figura de un ángel, que es su propio Yo angélico, es ella misma en una dimensión mucho más implosionada.
En una meditación que había realizado anteriormente en su casa, a modo de ejercicio de A.G. ella ya había visto una pirámide, pero se asustó, no se atrevió a ir más lejos. Se asustó de su propio poder. Ahora, de nuevo, vuelve la imagen de la pirámide, y desde allí, realiza un bellísimo encuentro con su Cristo interior, el cual le hace una importante iniciación. Luego la pone en práctica, a partir de ahora, Sabina estará capacitada para dar abrazos desde su corazón crístico, ella es terapeuta, así que sus terapias serán mucho más efectivas. Ese corazón le permite fusionarse totalmente con su madre. Espero que los lectores lo disfruten tanto como yo.
- Escenario 1
- Camino de tierra, un árbol alto, verde, campos con flores amarillas, es de día, una casa de ladrillo rojo.
- Pueblo celular
- Perecen campesinos, ropa de trabajo, pantalones crudos, parte de arriba oscura, serios de tanta rutina y tanto trabajo, como que no tienen esperanza, mayoría de hombres. Veo una mujer gordita, con cofia, parece una cocinera de antes, delantal, la parte de arriba oscura, lo veo todo en blanco y negro, sin colores (así está viendo la vida), solo destacan ellos dos pero hay más gente
- Entra en la casa, dime quién te espera
- En el porche veo una figura masculina, sostiene en brazos un bebé, echa las manos, como que me reconoce, quiere que le coja, dice que me acerque, es como si fuera yo a esa edad
- Cógelo, mímalo
- Me hace llorar, sonríe, me siento muy afortunada por tenerla, está como jugando con algo, como un collar de bolas, parece un rosario
- ¿Para qué te va a servir?
- Para que me conecte con mi madre (le gustan los rosarios)
-Cógelo, a ver qué sientes
- Es como si estuviera atravesando las nubes, viajando (un cambio dimensional), ahora veo una sala, como si fuera una iglesia antigua sin bancos, solo la estructura
- ¿Para qué te traen aquí?
- Dice que vaya al altar, es como si allí se concentraran dos haces de luz, uno viene de la izquierda, el otro de la derecha
- ¿Efecto?
- Es como si se hubiera formado un ángel con las alas extendidas, es como una pirámide mal definida
- Esa es la pirámide que viste en tu meditación
- Estoy muy cerca de ellas, las alas me abrazan, siento emoción, dice que no me preocupe, que no estoy sola
- ¿Mensaje?
- Que entre en la luz, es uno de mis guías, dice que no me va a hacer daño, siento como que me diluyo en esa luz, pierdo mi forma humana, me cuesta un poco diluir la cabeza
- Ábrete a la experiencia
- Estoy en medio de unas nubes, me dan la bienvenida, de alegran de que esté allí, parece el cielo, me parece que quien me está dando la bienvenida es como el sagrado corazón, es Jesús, lo único que quiero es correr hacia sus brazos, le he echado mucho de menos, qué emoción. Dice que lo estoy haciendo muy bien pero que tengo que haceros caso a los que me estáis ayudando, le pido que me impregne de su fe, me ha puesto las manos en las sienes.
-Dile que te cure de todas tus molestias
- Asiente con la cabeza, me ha dado un beso en la frente, siento como un cosquilleo ahí
- Pregunta qué vas a poder hacer a partir de ahora
- Ayudar, ha extendido la mano derecha, indica algo que hay detrás, el infinito. Ahora noto que en el ojo derecho se me ha quitado la molestia que tenía.
- Pídele que ponga su mano en ese hígado que te molesta
- Me pone ahí la mano izquierda y la derecha en la frente, noto como si yo creciera y como si se hubiera reabsorbido toda la sombra y todo volviera a su lugar
- ¿Quiere hacerte algún regalo?
- Un corazón que bombea, con un adorno, como un trenzado de raso, late
- ¿Qué has de hacer con él?
- Lo he de meter en mí
- Introdúcelo en tu timo
- Se lleva las manos al pecho como queriendo agradecer, inclina la cabeza y apoya las manos en su pecho en señal de oración. Veo que el corazón ha ocupado todo mi cuerpo, me he convertido en ese corazón.
- Trae a alguna persona que en algún momento te haya pedido ayuda, pide permiso a su alma para transmitirle la fuerza de tu corazón crístico, pero sin ninguna intención
- Ya, me da su permiso
- Abrázala
- Al principio estaba en plan irónico, pero luego ha apoyado la cabeza en mi hombro y llora
- Le entregas esa energía a su alma, sin intención alguna
- Ahora sonríe
- ¿Se encuentra mejor?
- Si, dice que se lo hice pasar mal, que la hice llorar y eso no le gustó
- Dile que eso formaba parte de su guión y del tuyo pero que ahora deseas reparar
- Dice que ahora es feliz
- Puedes traer a otra persona y hacer lo mismo
- Traigo a mi madre, se ha diluido conmigo, parece que se ha unido a este corazón, ya no existimos ni ella ni yo, es una fusión total, ahora me siento con mucha fuerza
- Vuelve al escenario 1 y dime qué percibes
- El campesino me sonríe, está más relajado, me estrecha la mano, lo veo más pulcro, mejor vestido, como de domingos, ya no está de faena, aunque sin lujos. La mujer también está más contenta, su trabajo ya no es trabajo, le gusta lo que hace y además ahora lleva un traje de chaqueta en plan diva, y sin cofia, en plan “Hola chicas, aquí estoy”.
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