¿Quién teme al lobo feroz?...

En estos últimos días, al meditar sobre el programa del ángel Haamiah (38), me llegaron una serie de ideas que quisiera compartir porque pueden arrojar mucha luz sobre el proceso en  el que toda la humanidad está enfrascada en este año crucial. Dice Kabaleb en su libro “Los Dioses Internos” que este ángel protege contra el rayo. El rayo es manejado por Júpiter para poner fuera de combate a los individuos que, movidos por un comportamiento contrario al orden cósmico, deben ser neutralizados antes de que alcancen su punto de destrucción.

A nivel mental y emocional, el rayo es una inyección súbita de luz capaz de transformarnos, como le ocurrió a Pablo el apóstol, en el camino de Damasco, o de destruir los cuerpos que lo reciben, Haamiah se encarga de evitar esa destrucción modulando la frecuencia de esa luz para que nos llegue de forma asimilable. Por otro lado, también nos induce a contemplar la magia de la creación y a transformar nuestra vida en una obra de arte, es decir en algo bello y armonioso.

Ahora mismo está en la palestra la cuestión de las eyecciones solares y de la gran llamarada de luz que se espera que salga del gran Sol central el 21.12.12, muchas personas hablan de ello con cierto temor, los agoreros del Apocalipsis vociferan como posesos: uy uy uy que viene el lobo. Mientras tanto, la fuerza de nuestra psique llamada Haamiah va canturreando : “¿Quién teme al lobo feroz, lobo feroz?…Yo no soy, no soy”. Así que la forma más eficaz de resguardarse contra cualquier rayo jupiteriano amenazador es asimilar por su lado más luminoso la energía de este ángel y recuperar nuestra magia. Y es también poner grandes dosis de Venus en nuestros cereales del desayuno y decir, emulando a Celia Cruz : “Asssucaaaar” en cuanto despunte cada nuevo día.

Conviene pues invocar a Haamiah para que nos regule los voltios y module la frecuencia de esas paletadas de fuego divino que nos acechan. Pero sin olvidar dirigirnos a él en su idioma, que es del corazón.

Soleika Llop