El Destino Crístico del Ser Parte 4

Ésta es la continuación y el final del resumen del brillante libro de Carlos Schabbath en el que analiza el proceso del despertar crístico del ser humano. He elegido las ideas que me han parecido más entendibles y las frases más hermosas. Entre paréntesis, mis comentarios.

190.- …Si, amargura porque doloroso es el trance cuando se descubre el espejo de la divinidad en las profundidades del corazón. Es el tiempo del acoplamiento de la individualidad con la sinfonía de las estrellas, es el momento de regresar a la estancia a la que uno pertenece por rango, naturaleza y vibración. Juan (en el Apocalipsis) nos anuncia tiempos en los que la totalidad tendrá acceso a las obras de cualquier individualidad, en los que se realizará la comunión mística con el espíritu crístico o con la gran alma humana...

191.- En términos simbólicos, esto podría significar que no habrá lugar en el universo donde esconderse de sí mismo. Es el sufrimiento de ser visto por los demás por lo que uno es en lo interno, es el Apocalipsis del alma enfrentada a sí misma y ante la muda mirada del mundo (esto es exactamente lo que está ocurriendo ahora mismo en la sociedad, el escándalo de las filtraciones de Wikileaks es el más claro exponente de este proceso, y sólo es la puntita del iceberg de lo que nos espera, nos dirigimos con paso firme hacia una era de transparencia total. Es imperativo limpiar todas nuestras sombras para que la luz del gran Sol central –Yo divino- pueda fluir sin trabas por nuestro organismo psíquico, condición sine qua non para conseguir que la radiación solar no nos tueste).

Es el fin del tiempo de las máscaras y el regreso de los justos protegidos por una transparente comunión universal. Es el tiempo en que el Dios Padre-Madre (el Alfa) se reencuentra con el Dios Hijo (el Omega) en el ser humano para que sea transformado en un ser crístico y manifestando su mutuo e infinito amor. Sólo así el Cristo profetizado habrá regresado al mundo (al mundo de la psique humana) con todo su esplendor para reinar en él por los siglos de los siglos, como dicen las escrituras. Pero entendamos que esta segunda venida implicaría una transformación masiva e instantánea a nivel planetario, porque predice sin matices la consumación de una cosecha como jamás existió desde la noche de los tiempos. Dichosos los que con su trabajo personal lavan los finos linajes de sus apegos y son inscritos en el Árbol de la nueva vida y por derecho propio, entran glorificados en la Nueva Jerusalén Celestial por las puertas que sólo se abren con las llaves del Amor.

192.- Al leer el apocalipsis, la mayoría de la gente tiene la sensación de estar ante el libro de los tormentos. Pienso que esto está asociado a la resistencia psicológica que se produce cuando pretendemos aceptar una remodelación de la casa interna sin tener asegurados los privilegios de la casa externa. En el fondo de la cuestión subyace el temor a perder los privilegios que aseguran nuestra imagen ante ese mundo cercano que conocemos y en el que nos relacionamos.

(Este temor se hace muy patente en las personas que emprenden una búsqueda interior a través de la Alquimia Genética, algunas abandonan tras la primera sesión al darse cuenta de que, para recuperar su poderío, su magia interior o su felicidad, primero tienen que tomar conciencia de sus apegos y sombras, para luego poder despedirlos. Esta toma de conciencia les obliga a desmontar las estrategias de su ego y no todo el mundo está dispuesto a ello)

Por ello, en general se especula con un caos generalizado a fin de relegar hasta el último instante nuestra voluntad de cambio. En verdad que el que espere a las vicisitudes del Apocalipsis para comer su libro, corre el riesgo de digerir sus apegos diluidos en la oscuridad de los indignos, es decir, en la sombra. Los apegos son luz densificada y atrapada de forma matemática en los campos gravitatorios por descenso de la tasa vibratoria. El término “apego” hace referencia a la innata propensión psicológica del ser humano a aferrarse a un yo ilusorio o ego. Los indignos son los que permanecen inmóviles –reos de lo que han densificado- y pierden la oportunidad del profetizado salto evolutivo.

198.- Lo importante, lo trascendente, no es lo que sucede hoy en el planeta en términos climáticos, sino los tremendos cambios internos que se están produciendo en la psique humana.

203.- El egoísmo, ese es el simbólico pecado del mundo, creerse un ser ajeno a todo lo existente. La analogía más cercana para explicar un comportamiento egoísta la encontramos en el estudio de los melanomas malignos. El cáncer es una neo formación anárquica de células y tejidos. Su desarrollo se presenta generalmente ilimitado, continuo, progresivo, rápido. Las células cancerígenas tienen la propiedad de invadir, destruir y reemplazar progresivamente los órganos y tejidos vecinos, sin reparar en las consecuencias para el organismo en el cual habitan, su comportamiento es básicamente egoísta. En el proceso de la metástasis, se esparcen arrastradas por la sangre a la corriente linfática y anidan en lugares remotos del foco primitivo.

Es obvio que las células malignas son micro seres que han perdido la conexión con su sistema superior y en su ceguera, llegan al suicidio inconsciente destruyendo al sistema que les permite la vida. El ser humano podría tener un comportamiento similar a nivel planetario. Ha de tomar consciencia de que no es posible invadir el sistema que le sustenta y que le dio la vida. Por analogía, de la misma forma que el hombre busca superar dicha enfermedad a través de determinadas radiaciones (radio terapia), la Madre Tierra podría estar preparándose para una terapia de choque mediante una prolongada y controlada emisión de radiación ultravioleta.El incremento de dicha radiación conlleva implícitamente un incremento térmico a nivel planetario.

221.- Platón dijo: “En el cielo aprender es ver, en la Tierra, acordarse”.

225.- Un día le preguntaron a Jung si creía en Dios, éste respondió: “No creo, conozco”.

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