El Destino Crístico del Ser Parte 3

Ésta es la continuación del resumen del brillante libro de Carlos Schabbath en el que analiza el proceso del despertar crístico del ser humano. Entre paréntesis, mis comentarios.

177.- El universo corpuscular es descriptivo (Yo masculino) y el ondulatorio (yo femenino), sensitivo, una dualidad que se complementa en la indisoluble unidad partícula-onda. No hay ninguna posibilidad de ascensión sin la comunión entre ambos universos...

178.- En una cena en casa de Jung, éste le preguntó a Einstein si sus innovadoras teorías en la física moderna, concernientes a la relatividad del espacio exterior, se podrían aplicar igualmente al reino de la psique, es decir, al espacio interior. Einstein pensó que era posible. Sin saberlo, el genial físico se convirtió en la comadrona de uno de los más intrigantes conceptos de la psicología moderna: la Teoría de la Sincronicidad. (Y de paso ensanchó una ruta neuronal a través de la cual la humanidad pudo empezar a comprender algo que la filosofía hermética llevaba milenios diciéndonos: “Como arriba es abajo”).

184.- La materialidad es sólo el nivel de resistencia energética que cada campo presenta en relación a la penetrabilidad con otros campos. La percepción sensible de cada campo está asociada al índice de resistencia a ser penetrado –índice de refracción- y es precisamente ese contacto de sensibilidad energético lo que la mente codifica por asociación, acumulación y experiencia, a una imagen-forma dentro de un escenario específico heredado probablemente en cada especie (esto significa que el mundo de las formas sólo se crea a partir de la no asimilación de la luz, esta idea ha sido expuesta a menudo por Kabaleb en sus obras. Para que exista una forma, o, como diría Carlos, una realidad tangible, es necesaria la participación de unas entidades de la sombra, que son las que se encargan de densificar la luz y transformarla en anécdotas, en hechos).

No obstante, cada campo tiene su propio escenario de realidad. En ese contexto, la realidad empírica es el estrato de campos-partiendo del más exterior- que han logrado configurar el nivel consciente de sensibilidad. Los campos más interiores configuran los estratos del inconsciente y del subconsciente. Para acceder a un estrato consciente más amplio es necesario penetrar proporcionalmente hacia los campos del inconsciente y superarlos (es evidente, a medida que vamos “descargando” programas divinos, que vamos trayendo hacia 3D los contenidos inconscientes, las ventanas de la percepción consciente se hacen más grandes, el espectro visible se amplía).

El universo es la culminación escénica que hace la mente de todas las interacciones existentes entre el complejo energético humano y la realidad exterior que pretende penetrarla. Por ello, podría decirse que no existe una realidad con apariencia física sin una resistencia sensible entre campos de diferente nivel energético. La mente sólo interpreta resistencias dándoles forma en un escenario útil para su supervivencia. Dios es el único ente metafísico que carece de escenario porque el escenario es Él.

189.- El ser que ha culminado el proceso de individuación es aquel cuya naturaleza humana no refleja sombra frente a la luz que emana su naturaleza divina. Es simbólicamente la fusión nuclear entre el Jesús humano y el Cristo divino culminando el niño divino (Jesucristo) en el que cohabitan el ser humano hecho Dios y Dios hecho hombre en sublime comunión.

190.- Aquí nacen simbólicamente las dos familias de almas del mundo. Son los dos universos que se presentan ante las dos naturalezas del mismo ser. La naturaleza humana estudia, analiza y se relaciona en base a los conocimientos adquiridos en el universo exterior y la naturaleza divina vive, siente y ama en base a las sensaciones del universo interior. Ese es el libro que el ángel de Dios le hace digerir a San Juan en el Apocalipsis. Escrito por dentro y por fuera. Con la imagen que uno tiene de sí mismo y la sombra que proyecta: “Toma y cómelo, amargará tus entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel”. Tomé el libro de la mano del ángel y lo comí y era en mi boca dulce como la miel más habiéndolo comido, quedaron mis entrañas en amargura.

Entonces me dijeron: es preciso que de nuevo profetices a los pueblos y naciones..(Apoc. X,10). (Este libro es el de nuestra historia humana y tragarlo equivale a integrar esa historia para luego poder contarla, para poder compartir con otras personas el fruto, la esencia que nos ha quedado de todo lo vivido. Ese trago amargo es el que a menudo viven las personas que se exploran a través de la Alquimia Genética porque al ego le resulta siempre amargo tener que desmontar la paradita, tener que desmontar sus estrategias ante la irrupción de la luz divina.
Pero luego el resultado es el de una extraordinaria ampliación del espectro de la conciencia.

Al releer estos escritos de Carlos, recordé unas reflexiones de mi padre –Kabaleb- y encontré un comentario sobre el Capítulo X del Apocalipsis de Juan, lo transcribo a continuación porque no tiene desperdicio y porque le será de gran utilidad a quienes estén experimentando con la Alquimia Genética:

“ Juan –el apóstol- es ese estado del ser en el que hemos tomado conciencia de la organización cósmica y hemos decidido voluntariamente servir al Yo divino, pensando, hablando, escribiendo sobre las leyes eternas para ayudar a los pueblos, las naciones, tanto los internos como los externos, a encontrar el camino. Nuestras profecías inspiradas, nuestra revelación –Apocalipsis significa revelación- recibida de las reglas del arte real tiene que servirnos en primer lugar a nosotros mismos, predicando en dirección a nuestros pueblos internos, ya que si no conseguimos ser obedecidos por ellos, difícilmente obedecerán los pueblos y naciones que se mueven en el exterior”

-Kabaleb Lección X, 22 de la Interpretación del Apocalipsis.

Ojalá que el lector sepa captar la inmensa luz contenida en estas palabras de Kabaleb, él se está refiriendo al principio de coherencia, nos dice que si queremos lograr que nuestra vida exterior sea armoniosa y feliz, primero esa armonía ha de reinar en nuestro pueblo celular y que, en definitiva, todo lo que queremos lograr por fuera primero lo tenemos que conseguir por dentro). continuará..

Soleika Llop
http://abriendoconciencia.blogspot.com

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