A cargo de Soleika Llop
Lo que se puede conseguir a través de este Taller:
• Sanar culpabilidades y liberar bloqueos emocionales
• Quitarse miedos, lastres, tabúes
• Mejorar la relación con los hijos
• Deshacer viejos patrones
• Mejorar las relaciones con los superiores jerárquicos
• Mejorar profesionalmente
El propósito del Taller
Este Taller del Padre (lo mismo que el de sanación del arquetipo Madre) ha sido concebido para responder a una necesidad: la de limpiar los canales de percepción del chapapote emocional que suele acumularse a lo largo de la infancia, la adolescencia o incluso la edad adulta, en relación con los progenitores.
Crece sin cesar le número de personas que sienten la llamada del espíritu, la sed del fuego interior, el afán de conectar con el cuartel general de su ser.
Existen infinidad de caminos para alcanzar esta codiciada meta. Los hay para todos los gustos, caminos pedregosos, caminos largos, o enrevesados… Pero también existen rutas celestiales, más cortas y hasta atajos. Esas últimas son las que se exploran a través de las meditaciones de sanación de los arquetipos Padre/Madre. Y es que armonizarnos con nuestros dos pilares esenciales puede ser una vía de acceso rápida y segura a nuestro núcleo divino.
Intentar acceder sin resolver esta cuestión, intentar manejar el fuego divino sin seguir determinados pasos y sin haberle echado siquiera un vistazo al Manual de Instrucciones, siempre resulta una empresa arriesgada. En ese sentido, un paso fundamental consiste pues en reconocer el ser crístico, la verdadera esencia de nuestros padres, esa luz que se esconde detrás de la máscara con la que se han manifestado. Este Taller representa un paso importante en esta dirección.
El padre y la madre son los dos principales arquetipos que habitan la psique humana. Son los primeros espejos que la vida nos presenta, en el sentido de que reflejan lo que somos y lo que hemos sido. Tanto las grandes escuelas tradicionales de sabiduría como los más recientes trabajos de investigación sobre las vidas pasadas coinciden en que antes de encarnar elegimos a quienes han de ser nuestros progenitores. Y lo hacemos en función de lo que nos queda por aprender y de las experiencias que nuestro espíritu necesita para su crecimiento y desarrollo.
El Padre representa la voluntad, es la chispa de arranque de cualquier motor. Es a la vez el embajador del Padre Eterno, es decir, el espíritu. Cuando la relación con el padre físico se tambalea, nuestra voluntad desfallece, vamos por la vida sin orientación, como un barco a la deriva, sobre todo a nivel profesional. Sanar la relación con el padre – y por extensión con el Padre- es recuperar la fuerza impulsora que nos permite conquistar la vida.
En este Taller realizaremos los siguientes ejercicios:
• Conectar con el momento en que elegimos a nuestro padre
• Comprender el por qué de nuestra elección
• Percibir el momento en que nuestro padre acepta transmitirnos la vida
• Viajar en el tiempo para recordar escenas hermosas de la relación con el padre
• Percibir la imagen auténtica de nuestro padre
Traer libreta y bolígrafo
Abriendo Conciencia, Charlas, Reflexiones, Meditaciones, material creativo de alto voltaje
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