Meditación de la Nueva Luna de Noviembre 2010

Para esta meditación, me inspiré en la técnica de Heliosis, impartida por Daniel Lumera en sus seminarios, pero adaptándola al programa de esta lunación.

Me gustaría aprovechar la ocasión para añadir un breve comentario al post anterior, que versaba sobre la consagración del Templo de la Sagrada Familia de Barcelona. Es referente a una anécdota que ha dado mucho que hablar y ha suscitado reacciones muy airadas, sobre todo por parte de los colectivos feministas, me refiero a la aparición de cuatro religiosas vestidas de negro, que destacaban mucho sobre el blanco inmaculado del resto de obispos y sacerdotes, y que se dedicaron a limpiar el altar. Más allá de lo aparente, podríamos hacer otra lectura: quien tiene que limpiar la psique de todos los rastrojos y de todo el chapapote creado por la mente y las emociones humanas es precisamente el Yo femenino, y lo hace a menudo en la oscuridad (hábitos negros), es decir fuera del campo de la conciencia...

En las Terapias de Alquimia Genética, uno de los primeros pasos consiste en invocar a la Gran Dama Lunar para que limpie los registros kármicos de la persona. Esta es una forma simbólica de liberar al interesado/a de todas las tensiones, al menos el tiempo que dura la terapia, después dependerá de él/ella seguir profundizando en esta limpieza. En la cara oculta de la Luna se encuentran los archivos kármicos de los seres humanos, por tanto las tareas de limpieza corresponden al Yo femenino, que ha de despejar los canales de percepción para que la voz del Yo divino pueda hacerse oír. Ahí queda eso, como tema para reflexión.

Conectando con la morada de Sealiah

Relajación

- Realizas tres respiraciones lentas y profundas, entrando el aire por la nariz y exhalando por la boca, llenando primero de aire tu abdomen y luego el tórax. Al inspirar, cuando entres el aire, imagina que el Sol está entrando por tus fosas nasales y sube hasta la glándula pineal (coronilla), al espirar, imagina que la bola luminosa del Sol recorre todos tus chakras hasta la pelvis, lo haces 3 veces.

- Luego realiza 3 respiraciones entrando por la nariz, introduciendo de nuevo el Sol hasta la pineal, reteniendo el aire todo lo que puedas, mientras retienes el aire, dejas que el Sol inunde tu cabeza.

- Le das la orden a tu mente de rebajar la actividad eléctrica de sus ondas a 4 ciclos por segundo, de esta forma entrarás en un estado de profunda relajación.

- Imaginas que tu mente es un animal (todos menos un halcón), imaginas que tu intuición es un halcón. Imaginas que el animal de la mente empieza a reducirse, se hace muy pequeño, tanto que puede subirse a lomos del halcón, les pides a ambos que se hagan muy amigos y le dices al halcón que se vaya volando muy lejos del lugar en el que te encuentras, para descubrirle nuevos territorios al animal de la mente.

- Imagina que por encima de tu chakra 7, en la parte superior de tu cabeza, se está formando una espiral de luz azul índigo que penetra en tu cabeza inundando todo tu cuerpo armonizándolo, relajándolo completamente.

- Imaginas que ese rayo azul envuelve todo tu cuerpo como si estuvieras en una burbuja de ese color.

Inducción

- En ese estado de profunda relajación en el que te encuentras, imaginas que te trasladas al Monte Saint Michel, te encuentras al pie de este Monte, imaginas que es todo hierba, sin construcciones, salvo un templo en la cima, dedicado al Arcángel Miguel.

- Imaginas que empiezas a escalar el Monte, lentamente y a cada paso que das, te vas desprendiendo poco a poco de todas tus vestiduras, joyas, calzado, todo lo que llevas encima. Te desprendes asimismo de una capa de energía gris compuesta de tensiones y preocupaciones de la vida diaria.

- Vas ascendiendo, subiendo, subiendo, tu cuerpo se queda completamente desnudo y cubres tu desnudez con un precioso manto blanco, tejido con hilos de luz. Alcanzas la cima del Monte, las puertas del templo se abren ante ti y te invitan a penetrar en él.

- Entras y te sitúas en una sala redonda con muchas ventanas por las que penetra el Sol a raudales. Las paredes y techos están cubiertos de amatistas incrustadas que despiden poderosos haces de luz de color violeta que penetran por tu cabeza, recorren todo tu cuerpo, impregnándolo de energía violeta transmutadora.

- Invocas la presencia de unos maestros que te van a ayudar en esta meditación. Invocas a Jesús el Cristo, a la Madre María, al Arcángel Miguel, al Arcángel Metatrón y a los 72 Ángeles de la Cábala.

Sinergia grupal

- (En caso de que la meditación se haga con un grupo) Imaginas que en el centro de la sala del Mont Saint Michel en la que te encuentras hay un inmenso diamante del tamaño de una cabeza humana. Imaginas que sacas un hilo dorado de tu corazón y lo enrollas alrededor del diamante, de esta forma unes tus energías a las de todas las personas del grupo.

Conexión

-Al hacer las respiraciones, has hecho entrar el Sol en tu glándula pineal, ahora imaginas que todo tu cuerpo se comprime, se repliega y se sitúa en tu coronilla, como si fuera un acordeón, es como si ahora todo tu cuerpo estuviera en el interior de ese Sol que estaba en tu glándula pineal.

- Imaginas que ese Sol es una nave redonda que sale disparada hacia el espacio, te ves viajando entre las estrellas, en tu nave solar. Es como si ese pequeño Sol, o sea esa nave en la que te encuentras, fuera un apéndice de la nave nodriza, que es el gran Sol que ves despuntar cada mañana por el Este.

- La nave aterriza en la superficie solar, invocas a Sealiah y le pides que te lleve a su morada. Te fijas en todos los detalles de esa morada y le pides a Sealiah que te haga visitar una estancia de esta morada que tenga especial relevancia para ti. Puede que te enseñe algo o que te regale alguna cosa, te abandonas a la experiencia y dejas que se deslice suavemente la información hacia tu conciencia. Luego le pides que te diga si hay una parte de tu psique a la que has relegado y “humillado”.

- Si el ángel te regala algún objeto, le preguntas cuál será su utilidad para ti.

- Das las gracias a todos los seres de luz que te han ayudado en esta meditación. Cierras tus chacras, sales de aquella sala, del templo, bajas aquella montañita, a medida que vas bajando, te vas desprendiendo de la túnica de luz y recuperando tu ropa. Llegas abajo, a tierra firme, estás al pie del Mont Saint Michel, desde allí imaginas que creas unas raíces etéricas que parten desde tus pies hasta el centro de la Tierra, de esta manera te anclamos. Ahora te trasladas al lugar en el que estás realizando esta meditación, encontrándote profundamente bien.

Soleika Llop

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo sólo sé que a lo largo de mi vida cotidiana, todas las atribuciones diarias (que le dan sentido a mi vida) que hago a ese "algo" más que está ahí las 24 horas del día las hago -en su mayoría- en su vertiente femenina.
Atribuyo a esa Fuerza de vida de muchas maneras, pero ahora a raíz de esta invitación de Solëika, acabo de percatarme de que casi siempre lo hago en femenino.
¡Cuántos nombres le he dado... y qué lindos para mi Gran Dama Lunar que me inspira en mi mejores momentos creativos!
Y con la TAG de Solëika, sin saberlo ni pretenderlo, fue así cómo llegué a "holografiarla".
Nada más.

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