Meditación de la Nueva Luna de Noviembre 09

Relajación

Realiza tres respiraciones lentas y profundas, entrando el aire por la nariz y exhalando por la boca, llenando primero de aire tu abdomen y luego el tórax. Luego realiza 3 respiraciones provocando una apnea, es decir entrando por la nariz, reteniendo el aire todo lo que puedas y luego lo sacas por la boca muy lentamente.

Le das la orden a tu mente de rebajar la actividad eléctrica de sus ondas a 4 ciclos por segundo, de esta forma entrarás en un estado de profunda relajación.

Imagina que por encima de tu chakra 7, en la parte superior de tu cabeza, se está formando una espiral de luz azul índigo. Ahora observas que por encima de tu cabeza, se abre este chakra 7, tiene la forma de un gran embudo por el que penetra la luz azul de la espiral. Ese rayo azul inunda todo tu cuerpo armonizándolo, relajándolo completamente, aliviando todos tus centros energéticos. ..

Imaginas que ese rayo azul envuelve todo tu cuerpo como si estuvieras en una burbuja de ese color. Esa luz azul va eliminando cualquier tensión y regenerando cada tejido, cada célula, cada órgano.

Inducción

En ese estado de profunda relajación en el que te encuentras, imaginas que te trasladas al Monte Saint Michel, te encuentras al pie de este Monte, imaginas que está yermo, es todo hierba, sin construcciones, salvo un templo en la cima, dedicado al Arcángel Miguel.

Imaginas que empiezas a escalar el Monte, lentamente y a cada paso que das, te vas desprendiendo poco a poco de todas tus vestiduras, joyas, calzado, todo lo que llevas encima. Te desprendes asimismo de una capa de energía gris compuesta de tensiones y preocupaciones de la vida diaria.

Vas ascendiendo, subiendo, subiendo, tu cuerpo se queda completamente desnudo y cubres tu desnudez con un precioso manto blanco, tejido con hilos de luz. Alcanzas la cima del Monte, las puertas del templo se abren ante ti y te invitan a penetrar en él.

Entras y te sitúas en una sala redonda con muchas ventanas por las que penetra el Sol a raudales. Las paredes y techos están cubiertos de amatistas incrustadas que despiden poderosos haces de luz de color violeta que penetran por tu cabeza, recorren todo tu cuerpo, impregnándolo de energía violeta transmutadora.

Invocas la presencia de unos maestros que te van a ayudar en esta meditación. Invocas a Jesús el Cristo, a la Madre María, al Arcángel Miguel, al Arcángel Metatrón, a Omraam Mikhael Aivanhov, a Saint Germain, a Akenatón, a Nefertiti, a los cuatro elementos, a las cuatro direcciones, Norte, Sur, Este y Oeste, a todos los guías espirituales de la gran Hermandad Blanca y a los 72 Ángeles de la Cábala.

Sinergia grupal

(Esto es para hacer con un grupo) Imaginas que en el centro de la sala del Mont Saint Michel en la que te encuentras hay un inmenso diamante del tamaño de una cabeza humana. Imaginas que sacas un hilo dorado de tu corazón y lo enrollas alrededor del diamante, de esta forma unes tus energías a las de todas las personas del grupo.

Conexión

Imaginas que por encima de este diamante se forma una imagen virtual, como una proyección holográfica, del Árbol Cabalístico, enfocas tu conciencia en la esfera de arriba del todo a la izquierda, la de Binah/Saturno y dentro de esta esfera sitúas tu conciencia en la esferita del centro derecha, la de Hesed, dónde se encuentra Leuviah.

Imaginas que se va formando la imagen de este ángel, por encima del diamante. Lo abrazas y le pides que te lleve a percibir el momento de tus muchas vidas en el que mejor has conectado con tu núcleo divino, con ese Gran Sol Central que pronto (2012) se alineará con el Sol y con la Tierra. Si no encuentras esta vivencia en tu pasado, la buscas en tu futuro.

Una vez percibes a este personaje, le preguntas a qué se dedica y si tiene algún mensaje para ti. Le preguntas también si te quiere regalar algún objeto de poder. Vas a realizar con él una transfusión de energías, imaginando que te traspasa toda la información de su ADN sutil a través de un puente de Arco Iris que sale de su cabeza y que penetra en la tuya. Sientes cómo su energía penetra en el núcleo de cada una de tus células.

Una vez has dejado penetrar en ti esta poderosa energía, imaginas que te subes al punto más alto del planeta, el pico del Everest, y desde allí imaginas que sale de tu corazón, en dirección a tus manos, una preciosa energía dorada, es la energía de Leuviah, la del recuerdo, y la sacas a través de tus manos imaginando que la expandes por toda la Tierra, como si fuera una lluvia de estrellitas que llevan el mensaje de Leuviah, con el siguiente mensaje: “Recuerda quien eres”.

Das las gracias a los maestros, cierras tus chakras y bajas del Mont St. Michel, recuperando tu ropa.

Soleika Llop
http://abriendoconciencia.blogspot.com

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