Crónicas Andinas 2009

Parte 2

Sigo con las crónicas de mi segundo viaje a Perú. Publico a continuación un texto escrito por unos miembros de nuestro grupo, que relatan nuestra primera experiencia en Ica.

“Al llegar a Ica, bajamos del autobús en una parada equivocada, ya que Rosa, nuestra anfitriona peruana, nos esperaba en la siguiente parada; de repente nos encontrábamos delante de un gran hotel con un amplio patio y una gran verja que cerraba el recinto con un guarda de seguridad...

Pedimos al recepcionista del hotel que llamara un taxi grande que nos llevara a nuestro destino para, desde allí, conectar con Rosa. Al cabo de unos cinco minutos vemos acercarse un mini taxi muy cutre; al tenerlo cerca, observamos que era imposible que cupiéramos los cuatro con nuestras respectivas maletas. El taxista peruano nos propuso hacer dos viajes, a lo cual accedimos ya que la distancia a cubrir era apenas de 1km. Entonces, dos de nosotros nos marchamos y dos se quedaron a esperar a que el taxi cutre volviera.

La sorpresa fue, que segundos después, llego un hermoso y amplio taxi a recogernos, tuvimos que rechazarlo, disculpándonos por nuestra equivocación.

A la mañana siguiente durante el desayuno, entendimos el mensaje de la noche anterior: la verja simbolizaba la protección de nuestro templo-cuerpo, el guarda de seguridad, una protección angélica, el mini taxi entrante un aviso y una prueba, el reflejo de nuestra vulnerabilidad… El mini taxi nos engañó, ya que al preguntarle si era el transporte que habíamos pedido, nos dijo que sí. Nos avisaron pues de que anduviéramos con cuatro ojos, de que no bajáramos la guardia, a nivel energético sobre todo, durante nuestra estancia en Perú.

En efecto, pudimos comprobar unos días más tarde, durante los Talleres, que a veces no todas las fuerzas estaban a nuestro favor, se oían ruidos raros, puertas que se abrían y cerraban solas. Es como si hubiera presencias extrañas e invisibles –pertenecientes a la conciencia colectiva iqueña- , que tal vez no deseaban que se trastocaran demasiado sus costumbres con los mensajes que se dieron durante los Talleres. Entendimos que convenía realizar un ritual de protección energética antes de empezar cualquier charla, éste fue el mensaje que quiso transmitirnos la anécdota de los taxis".