Redescubriendo los propios talentos

Este es un ejercicio, hecho desde su casa, por una persona que ha emprendido el camino de la Alquimia Genética y a la que le faltaba sólo un pequeño empujoncito para recobrar su maestría, es un trabajo muy hermoso y profundo. Está trabajando una Capa de su ADN relacionada con las iniciativas que ha de tomar ligadas a su padre, su actividad social, su profesión y su vocación. Entre paréntesis, mis comentarios.

Escenario 1: me veo directamente cruzando una especie de tierra pantanosa. Voy con mucho cuidado porque hay zonas de tierras movedizas (o sea que en algo relacionado con los patrones heredados de su padre, aplicados quizás a su área profesional hay tierras movedizas, estructuras poco firmes, inseguridades). Convoco a mi pueblo celular y aparece al otro lado de la zona que estoy atravesando. Me esperan entre contentos y recelosos. Cuando consigo atravesar la zona, me acerco a ellos; son una tribu con personas de diferentes edades...

Pregunto quién es el jefe. Un chico de mediana edad da un paso al frente y se identifica como tal, pero su gesto cabizbajo y huidizo y las miradas veladas del resto de la tribu me hacen pensar que este jefe es una especie de “pantalla” que les interesa tener ahí y así cada uno hace lo que le place. Pregunto entonces por el jefe legítimo (o sea que la fuerza psíquica que estaba dirigiendo hasta ahora todo lo relacionado con esta Capa era una fuerza impostora, que la impulsaba a ir por la vida con la cabeza agachada, aprovechando al mínimo sus posibilidades y su potencial).

Se hace el silencio y aparece el jefe auténtico, es un ser muy luminoso, una especie de sacerdote y mago. Me cuenta que el pueblo (el pueblo psíquico de sus tendencias) le ha relegado, le ha dejado aparte, le han dejado vivir allí pero sin realizar ninguna labor útil (de alguna manera relegó las fuerzas psíquicas que podían ayudarle a orientarse sobre su auténtica misión). Le insisto al pueblo para que acepten al verdadero jefe.

Escenario 2: Después de repetir el nombre de la Capa y de reprogramar, el autentico jefe aparece rodeado por todos los miembros del pueblo que están sentados a su alrededor y son ahora niños (nuevos impulsos de la psique que se manifiestan y además vuelve la inocencia, el no condicionamiento, la espontaneidad etc..). El jefe les dice que lo primero que van a hacer es descubrir sus capacidades o talentos y para ello tendrán que meditar. Conforme lo averigüen lo irán manifestando. El primero en hablar es un chico que dice que su talento es cocinar (o sea saber mezclar los elementos, esto es alquimia), otro dice que su habilidad es la limpieza y renovación energética (estas fuerzas estaban en ella pero las había relegado). Me hace una demostración y siento la energía circular por mi organismo, en especial por mis piernas, las cuales siento muy pesadas normalmente.

Hay un chico que dice que se encargará de las fiestas y celebraciones, de las actividades lúdicas. De pronto veo una chica algo mayor que el resto que se pone canturrear, se levanta e intenta escabullirse. Impido que esto ocurra y le pregunto que le ocurre. Ella confiesa que se siente permanentemente insatisfecha porque acaba aburriéndole todo lo que hace. La abrazo y le pregunto por su talento; ella dice que su talento es imaginar y hacer proyectos y darles nueva vida a los que ya están en marcha. Le digo que eso es muy bueno para el pueblo y que su labor es muy importante (hasta ahora tenía a esta tendencia aburrida e insatisfecha porque no la estaba activando).

El resto de los chicos está en actitud de meditación y hay una especie de llamas sobre sus cabezas. Creo que no debo interrumpir (en este punto la persona dio por acabado el ejercicio, le contesté que esta actitud la había dictado su mente porque le daba cierto temor pensar qué podía hacer con ese fuego. Así que le sugerí que retomara el ejercicio en este mismo punto para saber qué pueden hacer los chicos con esas llamas) lo que están haciendo y que debo dejarlo así. Doy gracias, me despido de los Maestros y vuelvo a mi habitación.

Continuación del ejercicio, retomando desde el punto de las llamas: Me sitúo frente al grupo de chicos que tienen las llamas sobre sus cabezas. Logro contarlos y son siete. Le pregunto al primero acerca de su llama y me dice que es la llama de la renovación. Trae la llama hasta mí para que me meta en su interior, cuando estoy dentro puedo entender mejor lo que dice, la llama es una energía que se renueva constantemente y vivir conectada a ella ayuda a completar ciclos y no quedarme estancada, a no enfermar y a su vez abrir más canales que me irán abriendo nuevos caminos (ahí vemos un extraordinario ejercicio de auto sanación). Me dice que la utilice cada día cada vez que complete una actividad para poder pasar a otra sin llevar lastres y también al final de la jornada.

La segunda llama está sobre la cabeza de una chica ella me dice que sabe jugar, me meto en su llama para entenderlo mejor, me doy cuenta que cualquier actividad, aunque sea pesada o no resulte apetecible se puede realizar de forma lúdica, como un juego y que vivir hacer las cosas de esta manera no significa tomarse las cosas a broma y que vivir de forma responsable es compatible con la diversión.

La tercera llama la porta un chico que está algo inquieto, tiene la necesidad urgente de transmitirme su llama porque corre el riesgo de quemarse si no la asumo, abrazo al chico y su llama que me dice que es el inventor. ¿qué inventas? – nuevas formas de hacer las cosas. Me dice que me limito porque siempre estoy esperando una aprobación externa y no doy rienda suelta a mi creatividad y que ésta es aplicable a todo. Se me enciende la bombilla en ese momento y me doy cuenta que tengo condicionado mi lado creativo porque lo aplico sólo a cosas que están catalogadas como tales, tengo aficiones, bastante abandonadas por cierto, pero no se me había ocurrido aplicar esa inventiva o creatividad a otro tipo de tareas ¡me pongo en marcha hoy mismo!

La cuarta llama la lleva una chica, le pregunto para qué sirve y me dice que para crear belleza. Ahora estamos las dos dentro de la llama y ella me regala una varita mágica que lleva en la mano. Me dice que la puedo utilizar para mí misma y para los demás para crear belleza a mí alrededor, en casa, en el trabajo, en cualquier ámbito. Debo pasar mentalmente la varita alrededor de las personas y en los espacios que quiera llenar de belleza (¡vaya regalos más hermosos los que ha recibido en este ejercicio!).

La quinta llama la lleva un chico que en realidad son dos y uno a la vez, su llama sirve para la reunificación y trabajar con ella sirve para atraer personas afines y aunar mi energía con las de otras personas para conseguir un propósito. Esta llama tiene los colores del arcoíris (el cual simboliza la armonización en el mundo emocional).

El chico que lleva la sexta llama sobre su cabeza me dice que sirve para aprender. Cuando me sumerja en la llama puedo recibir información y enseñanzas, pero después tendré que transmitirlas.

La séptima llama la lleva sobre la cabeza una chica; entro dentro de la llama y la chica aparece con un candelabro de siete brazos y me lo entrega… no me hace falta preguntarle, su llama es la del amor. Siento en ese momento tanto amor que me pongo a llorar. Le pregunto qué hacer con el candelabro y me lleva al sótano del lugar, me dice que ahí han estado encerradas todas las fuerzas que han aparecido y he tenido relegadas. Ahora crearé en la celda un espacio sagrado, con un altar y el candelabro. Ahora aquello será un espacio de transformación y no de encierro. Doy gracias a los Maestros y vuelvo a mi habitación.

Soleika Llop
http://abriendoconciencia.blogspot.com

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