La energía del núcleo en plena efervescencia

El gobierno de Corea del Norte anunció el pasado lunes la ejecución de un ensayo nuclear subterráneo. Las consecuencias desastrosas para el ecosistema, no sólo de la zona, sino de todo el planeta son evidentes, organizaciones como Greenpeace ya se encargan de airearlas. Como sea que éste es el espacio de la conciencia, veamos qué podemos sacar, desde este ángulo, de esta terrible noticia.

Al meditar sobre todo ello, me vino lo siguiente: Este estallido indica que en aquellas latitudes una masa crítica de personas necesitaba liberar una gran carga de energía y como nadie les ha enseñado a hacerlo de forma constructiva, desde su interior, han acabado haciéndolo desde fuera, pero perjudicando todo el entorno...

Esto está muy en consonancia con los aspectos planetarios que se están produciendo: la conjunción de Júpiter con Neptuno, comentada en el análisis de la Nueva Luna y en un artículo posterior. Es decir, la parte neptuniana de nuestra psique, la que nos impele a acercarnos a nuestro núcleo divino, está recibiendo un formidable impulso expansivo y multiplicador, que le viene de la parte jupiteriana.

O sea, de la fuerza psíquica que nos motiva para lanzarnos hacia las grandes aventuras humanas, hacia el descubrimiento de territorios (psíquicos) inexplorados.

¿Qué puede ocurrir si, haciendo caso omiso de esta llamada del núcleo, desaprovechamos esta carga energética? Pues por ejemplo que nos transformemos en auténticas bombas humanas, susceptibles de provocar estallidos en el entorno. Y ello es debido a que esta energía busca una salida hacia la periferia de nuestro ser.

¿Y qué puede pasar cuando este proceso es vivido por una masa crítica de personas en un lugar determinado del planeta? Pues que se creen las condiciones idóneas para que el estallido nuclear (de la energía del núcleo) se produzca en 3D, en la realidad palpable. Dicha deflagración puede tomar la forma de una erupción volcánica o de un ensayo nuclear, pongamos por caso.

Por otra parte, siempre me gusta analizar cualquier evento importante desde el ángulo del gran cuerpo planetario que formamos entre todos los seres humanos. Podríamos decir pues que en un enclave geo-biológico de ese gran organismo (o de esa gran psique), resulta que un ser/tendencia/personaje celular decide dar pruebas de su poderío en plan histriónico, un personaje que se perfuma con Ô de Testosterone. Hagamos un inciso para decir que lo preocupante es que este “aroma” no sólo lo usan los hombres sino también muchas mujeres.

Este mandatario (el presidente de Corea del Norte) representaría a todos los seres humanos que necesitan demostrar su fuerza y poderío con una pirueta exterior, con un “tour de force”, con la fuerza marciana transformada en un disfraz bélico, o en una actitud bélica, porque son incapaces de conectar con su poderío interior. Todas aquellas personas que recurren a las amenazas, a la prepotencia, a los improperios, a la descalificación, las que demonizan al contrincante, al enemigo, al “sparring partner”, al gobierno, a la oposición, o a quien se oponga a su particular visión de las cosas, todas ellas son las que han armado el brazo del dirigente coreano. Ellas han prestado un parte de su energía para el estallido de ésta bomba nuclear.

Este razonamiento se apoya en el principio, defendido por la Física Cuántica, de que todo en el universo está conectado porque, según parece, su estructura es holográfica. Esto significa que todo cuanto haga cualquier celulita del gran cuerpo cósmico, está afectando a este último, de los pies a la cabeza.

Parece que urge un cambio de perfume por parte de algunos sectores de la sociedad.

Soleika Llop
http://abriendoconciencia.blogspot.com

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