El torrente uraniano

Siento la irrefrenable necesidad de compartir una historia preciosa que he vivido en esta lunación pisciana (glu glu). Hace exactamente tres días empecé a oír unos ruidos extraños en mi despacho, eran muy repetitivos, no sabía de dónde venían, llegué a pensar que había algún duende con ganas de juerga por los alrededores. Al fijarme más, se resolvió el misterio, se trataba de un persistente goteo que venía del techo, justo por encima de la mesa en la que tengo mi impresora y mi ordenador...

Tuve que apartar la mesa y poner un cazo debajo porque, aunque sólo caían gotas, éstas eran muy consistentes. Subí a ver a mi vecino de arriba para preguntarle si tenía algún escape y me dijo que no, que él supiera. Acordamos que, a la espera del fontanero (que siempre se hace esperar), él cerraría la llave del agua para evitar más derrames. Pero se confundió y en vez de cerrar la llave general de su contador, situada en los sótanos del edificio, se limitó a cerrar la llave de paso de su casa. Y el agua siguió cayendo, con una fuerza creciente. Así estuvimos dos días.

Yo ya imaginaba que esta anécdota encerraba algún mensaje para mi, al fin y al cabo la cascada estaba en mi despacho, pero no tuve tiempo de entrar en meditación para averiguar de qué se trataba, y el agua arreciando. Hay momentos en los que uno se bloquea debido a un exceso de inputs, docenas de e-mails solicitando respuestas a las más variadas preguntas, otros tantos pidiéndome que le eche un vistazo a su carta astral como si se tratara de abrir la ventana, levantar la vista y mirar las estrellas, sin darse cuenta de que eso exige un trabajo y un tiempo. Redactar las conclusiones de las terapias y revisar los ejercicios que me mandan para ver cómo evoluciona cada psiconauta.

Sin olvidar de atender a la familia, las compras, la comida y todo lo demás, era demasiado, y encima la vida me pedía que me parara a reflexionar sobre un escape de agua. Mis emociones (el agua interior) ahora mismo están bastante calmadas, por no decir en stand by, no entendía por qué tenían que salir por la pared de mi despacho.

Así que llamé a mi preclara amiga Maribel y le conté lo que me pasaba, ella me contestó algo que era casi de Perogrullo, pero en lo que yo, en este momento, no había caído, me dijo lo siguiente: “¿No te das cuenta de que, a raíz del escape, has tenido que desplazar tu mesa de despacho, tu ordenador, tu impresora? Esto te está diciendo que algo tienes que cambiar en tu forma de trabajar”. Hace ya algún tiempo que siento la necesidad de un cambio, que mis guías me están diciendo que tengo que dedicar más horas y más energía a trabajos que impacten en colectivos, en grandes grupos de personas. Ya he movido algunos grupos importantes, no sería la primera vez, pero no acababa de definir por dónde iban los tiros.

Se me ocurrió invocar a mi padre (Kabaleb) para que me inspirara, cogí su libro “Cómo Descubrir al Maestro Interno “ y le pedí una respuesta, lo abrí al azar y caí en la Lección 41, párrafo 10, esas fueron las perlas sincrónicas que encontré:

“En la puerta del Phe (una etapa del recorrido por las 22 letras del código hebráico), el hombre recibe la palabra creadora, en la que se encuentran unidas la voluntad creadora de Kether y la fertilidad de Hochmah. Ahí el hombre recibe pues la prerrogativa de conjurar a los Serafines (de Kether) y a los Querubines (de Hochmah), fuerzas que trabajan con la voluntad creadora y el amor que da vida a todas las cosas, para que actúen a sus órdenes.

Esto nos permite comprender lo que significan las palabras de Cristo (Evangelio de Juan XVII,1-3): “Padre, la hora ha venido, glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te glorifique. Tú le has dado poder sobre toda carne a fin de que, lo que tú le has dado, él les dé; vida eterna..”. Lo que Cristo le pide al Padre para nosotros es el poder para ejercer un mando sobre todo lo cristalizado, lo materializado, lo que se ha convertido en situación estática. El hombre que ha alcanzado este punto en su camino podrá transformar todas las cosas con la fuerza de su razón, expresada mediante la palabra. Es decir, su palabra, en la que estarán presentes Serafines y Querubines, generará, en quienes la escuchen, nuevas semillas. Las cuales llevarán consigo, por así decirlo, su propia tierra, en las que arraigar y florecer. Se trata de la tierra divina facilitada por los Querubines. Y como en las alturas, las jerarquías espirituales no necesitan tiempo para elaborar sus frutos, esta transformación será instantánea, súbita y sorprendente.

Entonces veremos cómo se opera en nosotros una transformación maravillosa, veremos cómo nuestra carne abandona su dependencia del mundo material y pasa a ser regulada por Kether-Hochmah. Veremos cómo nos alejamos de Binah (Saturno, el karma) y de sus conglomerados, cómo los desórdenes internos desaparecen y cómo atravesamos el gran torrente de Hochmah, que derrama sobre nosotros las aguas de la eterna juventud. Al otro lado de esa cascada divina, penetramos en los dominios del Padre, en la eterna vida, y ya no perderemos la conciencia de esa vida, habremos vencido a la muerte.

Todas esas maravillas, que primero han de suceder en nuestro interior, las derramaremos un día sobre los demás y ellos a su vez, al escuchar nuestra palabra, revivirán, se rejuvenecerán, recobrarán la salud y encontrarán en ellos mismos la manera de salir de las situaciones estacionarias en que se encuentran, para penetrar en la eterna vida.”

Quedé maravillada al comprobar cómo coincidían las palabras de mi padre con lo que me estaba ocurriendo, parecía de chiste, que si el gran torrente de Hochmah, que si las aguas de la eterna juventud, que si la cascada divina. Considerando además que siempre que mi padre hablaba de las aguas de Hochmah/Urano, insistía en que caían desde arriba, igual que el agua del escape de mi casa.

Y para rizar el rizo, estamos en la lunación de Piscis, un signo de Agua y para más retintín aún, hoy, día 13 de marzo- Urano ha formado una conjunción con el Sol, activando un ángel –Damabiah- que habla de ser para los demás un manantial de luz y sabiduría. Todo encaja.
Pero no se vayan, aún hay más, pocos minutos después de haber leído este escrito de mi padre, me llama mi hermano Tristán para añadir una vuelta de tuerca al asunto.

Me cuenta que ha abierto un nuevo blog en el que invita a la gente a mandarle deseos, él los recogerá y rezará por ellos (quien quiera saber más que lo lea en su blog) entonces le digo que siento que tengo que mover ficha e introducir cambios en mi trabajo. Y me sugiere una idea genial: la de publicar en mi blog meditaciones y proponer a los lectores que se apunten a hacerlas conmigo en un día y hora determinados, para que todos nos conectemos al mismo tiempo.

A partir de ahí empecé a tejer todo un entramado, por ejemplo, las personas que realicen las meditaciones podrían mandarme unas líneas explicando los resultados que han obtenido, repito, una líneas, no los manuscritos del Mar Muerto, sino me colapsarán. Y estos escritos podrían salir publicados en el blog, podría ser muy divertido observar cómo, en muchos casos, se dan vivencias comunes, muchas personas ven o sienten las mismas cosas y esto permite comprobar que todos somos uno, que hay una red invisible que nos une a todos.

Otra ventaja es que así iremos creando un egregor de sanación que puede llegar a ser muy potente. Iré perfilando la idea y en cuanto la tenga bien clara, la lanzo, se aceptan sugerencias. Pero esta sería una forma de poner en práctica las palabras de mi padre: trabajar con Kether –mover la voluntad para meditar todos juntos- y con Hochmah, que es lanzar amor y luz sobre la colectividad.

Ah, por último, en cuanto comprendí cuál podría ser la nueva estrategia a seguir, se acabó la cascada, el agua dejó de caer del techo, no gracias al fontanero (que vendrá el lunes que viene) sino porque el vecino comprendió que tenía que cerrar la llave principal del agua. Pero curiosamente, lo hizo en el mismo momento en que comprendí toda la jugada, no antes.
En resumidas cuentas, esta conjunción Sol-Urano ha sido realmente enriquecedora, aunque yo necesitara un escape para enterarme de lo que me estaban diciendo. En casa del herrero…soy humana, ¿pasa algo?

Soleika Llop
www.abriendoconciencia.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es genial la idea, muy buena! Incluso se puede montar una red social a través de internet.

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