Una Nueva Visión sobre el Apocalipsis (parte 3)

Esta es la continuación de la reflexión que hice sobre las Lecciones de Interpretación del Apocalipsis de Kabaleb. Conviene recordar que para poder entender estos comentarios es necesario leerlos en paralelo a los correspondientes capítulos de Apocalipsis de Kabaleb, mirar en “blog Kabaleb”...

Lección 1.4

Para poder entender el razonamiento de Kabaleb en este punto, es muy recomendable haber leído y asimilado la Interpretación Esotérica de los Evangelio, reeditada con el título “Cómo Descubrir al Mestro Interno” en dos tomos.

Los siete espíritus son las siete fuerzas primordiales que han presidido la construcción de nuestra psique, cada una de ellas tiene sus horarios de ventanilla, sus periodos de manifestación. Son los momentos del día en que están más activas. Siguen el orden de los séfiras del Árbol Cabalístico. De este recuento, están excluidos los tres planetas transpersonales exteriores a nuestro sistema solar: Urano, Neptuno y Plutón. Porque su efecto se ejerce más a nivel de colectividades o bien a nivel individual cuando conectamos con dimensiones más elevadas de nuestro ser. Pero de cara a los trabajos prácticos que realizamos cotidianamente en 3D, las fuerzas que imperan en nuestra psique son siete.

La fuerza llamada Saturno nos permite dar forma, cohesión, contundencia, aplomo a nuestros proyectos. Nos impulsa a conocer y acatar las leyes, es decir el manual de instrucciones de nuestra realidad. Nos aporta madurez, dentido de la responsabilidad, coherencia, capacidad de construir, inteligencia práctica, paciencia, honestidad, capacidad de concentración, disciplina y estabilidad.

La fuerza llamada Júpiter nos aporta, entre otras cosas, poder de realización, afán de expansión, de descubrir nuevos territorios, generosidad, indulgencia, optimismo, sentido del humor, bondad, simpatía, abundancia, tolerancia, entusiasmo.

La fuerza llamada Marte nos impulsa a actuar, a crear, a comprometernos, a evitar el sillón ball, a tener arrojo y valentía, a autoafirmarnos. Nos aporta dinamismo, fuerza, determinación, autoconfianza, sentido práctico, capacidad de mando, franqueza, energía vital.

El Sol nos aporta voluntad, luz, brillo, notoriedad, nobleza, lealtad, conciencia, es el motor de la máquina.

Venus nos aporta belleza, arte, abundancia, dulzura, amor, delicadeza, tacto, diplomacia equilibrio, paz, sensibilidad, esplendor, suavidad, sentido de la estética, capacidad de disfrutar de lo bello.

Mercurio aporta lógica, entendimiento, comprensión, comunicación, discernimiento, capacidad de razonar, sagacidad, buena memoria, sutileza, agudeza mental, capacidad de análisis y de expresión, sociabilidad.

La Luna es la fuerza cristalizadora pero es también la imaginación,la intuición, la receptividad, la capacidad de cuidar de nuestra gente, la fantasía, la ilusión, la sensibilidad, la afectividad, la fertilidad, el buscar respuestas en el interior.

Todas estas fuerzas representan siete “iglesias” o conjuntos de temas que respetamos, valoramos y sacralizamos. En cuanto a los “errores” capitales, a Saturno le corresponde la avaricia, a Júpiter la gula, a Marte la ira, al Sol la soberbia, a Venus la lujuria, a Mercurio la envidia y a la Luna la pereza.

Juan se dirige a las siete fuerzas que presiden nuestros trabajos en 3D (la tercera dimensión). Kabaleb precisa que son siete fuerzas que actúan en la fase involutiva. Esta es la etapa de nuestro desarrollo en la que estamos separados y alejados de la unidad divina, de la conciencia cósmica. Es una fase en la que se forja nuestra identidad como individuos, en la que el ego personal es el que lleva la voz cantante.

Es la fase cuyo punto culminante es la extrema atomización, en la que necesitamos cortar en pedacitos muy pequeños la materia para poder observarla, es la fase en la que sacamos energía de la fisión/escisión de los átomos. Se trata de una energía cara y muy contaminante. Es una etapa en la que maduramos a través de las experiencias materiales y en la que nuestro índice de penetrabilidad espacio temporal es muy bajo porque resistimos a la penetración de la luz. Juan se dirige a esta fase de nuestro desarrollo.

Soleika Llop

No hay comentarios:

Entradas populares