Un fin de semana endorfínico...

Es lo que hemos vivido las casi cincuenta personas que asistimos al Curso de Gospel impartido en La Escala por Moisés Sala los días 26 y 27 de enero.

Me apunté al Taller con la idea de hacer un poco el indio y relajarme y pensé que si me salía algún gorgorito, mis expectativas quedarían totalmente cubiertas. Pero lo cierto es que han sido superadas con creces en todos los sentidos. Salimos todos con agujetas en el esternón de tanto reír, por las caras que ponía Moisés, por sus actitudes, sus chistes, sus ocurrencias y por ese “savoir faire” con el que maneja los grupos, y cuanto más numerosos, mejor lo hace. ..

Por esa elegancia jocosa con la que nos dice las cosas sin decirlas cuando nota que estamos dando el cante por alguna razón. Cosas del estilo: “Si veis que no llegáis a una nota, no hace falta que levantéis las cejas ni que os pongáis de puntillas, porque no funcionará”.

Saber extraer de cada persona registros vocales ignorados, saber crear un ambiente de confraternización y total desinhibición en un grupo cuyas edades oscilaban entre los nueve y los ochenta años, es algo que Moisés hace con la punta del sombrero (por no referirme a otras partes de su anatomía). Es todo un reto intentar aplicarle calificativos a su labor porque es algo que se siente, que es difícil transmitir pero podríamos resumirla diciendo que es un activador de corazones.

Han pasado ya dos días desde que hice el Taller y siguen intactas las sensaciones que me dejó: un estado eufórico, un filtro especial que me hace percibir sólo el lado risueño y positivo de la vida (aunque ya tenía ese filtro pero ahora lo tengo corregido y aumentado). Todo ello envuelto en unas enormes ganas de amar sin límites, sin condiciones. Es la misma sensación que experimento cada vez que salgo de un concierto de Gospel Viu, el grupo profesional liderado por Moisés (para más información, ver su web: www.gospelviu.net) pero esta vez acrecentada por el hecho de haber participado activamente.

Pienso que promocionar este tipo de actividades y participar activamente en ellas es una forma de ayudar a Gaia a crecer y a purificarse; es una forma de acceder a la Nueva Jerusalén Celestial, ese estado de conciencia en el que el amor es la principal moneda de cambio.

En nuestra psique, el arquetipo llamado Moisés es el que nos permite salir de las tierras de la esclavitud –léase del bloqueo del potencial creativo, del pesimismo, del sometimiento a la rutina, del desánimo, de la limitación etc..- ¿Será casualidad que a Moisés Sala le hayan puesto este nombre? ¿Será casualidad que uno de sus conciertos se llame : “Marching to freedom” (caminando hacia la libertad)? Si queremos rizar el rizo, podemos leer su apellido al revés: Alas, y es que todos hemos salido del taller volando.

Gracias, Moisés, por ese regalo divino que nos has hecho a todos: tu energía amorosa contagiosa. Yo me apunto al próximo Taller en la Universidad de Girona, aún no se sabe el día exacto pero podéis escribir a la siguiente dirección para preguntarlo: http://www.fundacioudg.org/Home_ca.html

¿Os animáis?