El hombre de la lluvia

En una aldea, hacía tiempo que no había llovido; como todos los rezos
habían sido en balde, recurrieron al gran Hombre de la Lluvia, que
pidió una cabaña a la entrada de la aldea, así como agua y pan para
cinco días.

Al cuarto día llovió. La gente volvió jubilosa de sus campos y
lugares de trabajo, y se fue ante la cabaña del Hombre de la Lluvia
para festejarle y preguntarle por el secreto.

El les contestó:
Yo no puedo hacer que llueva.

-Pero sin embargo llueve, -dijo la gente.

El Hombre de la Lluvia les aclaró: Cuando vine a vuestra aldea, vi el
desorden exterior e interior. Fui a la cabaña y yo mismo me puse en orden.
Cuando yo estuve en orden, vosotros también os pusisteis en orden, y
cuando ya estuvisteis en orden, también la naturaleza se puso en orden y, al
ponerse en orden, llovió.

MORALEJA:

El orden fue creado por Dios para mantener a los Universos
en perfecta armonía.

1 comentario:

Shigenobu dijo...

Ese cuento tiene algo que me resulta siniestro. Aunque no deja de ser un cuento...

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