Le sugerí que hiciéramos un viaje cuántico a un espacio psíquico en el que ella pudo comunicar con el alma de su padre, le dijimos que se tranquilizara, que su partida, llegado el momento, sería un nuevo nacimiento para él, que accedería a un lugar hermoso en el que la fuerza de los deseos es la materia más densa, de manera que uno puede crear todo cuanto le apetece tener, usando su imaginación.
Le comentamos también que le darían la bienvenida sus familiares fallecidos con antelación, acompañados de un grupo de ángeles que se ocupan de acoger a los recién llegados, que no iba a estar solo en el trance.
- Mi padre me está diciendo que confía en mí , que ya está mucho más tranquilo, ha dado un gran suspiro, me dice que si se va antes, que cuide de mamá
- Trae también a este lugar el alma de tu madre, y dile que podrás dialogar con ellos cuando ya no estén presentes en la tercera dimensión
- Me dan las gracias, están muy contentos
Lo curioso es que apenas una semana después de esta sesión de Alquimia Genética, Emilia visitó a sus padres y él le dijo, sin tener conocimiento alguno de lo que habíamos hecho durante la sesión de AG:
- Hija, cuando me vaya al cielo, siempre cuidaré de ti desde lo alto, que lo sepas.
Fue muy sincrónico y muy hermoso.
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