Superando viejos patrones restrictivos

He aquí un ejercicio de Alquimia Genética en el que la persona explora su Capa 3.4, en la que se mueven los siguientes contenidos:

• Saber expresar el amor materno, la capacidad de amar, de perdonar. Saber hablar desde el corazón.
• Voluntad de amar, de crear un hogar, una familia, de activar la vía del corazón, de perdonar, de cuidar y alimentar a los miembros del propio clan.

En el ejercicio, descubre importantes patrones psicológicos que la estaban limitando, y establece un interesante diálogo con su pueblo celular. Entre paréntesis, mis comentarios.

Escenario 1: Me encuentro en un camino de montaña, hay dos imponentes macizos de piedra morada y rosada al fondo, el cielo es azul y a mi altura, en primer plano, hay una iglesia-convento de piedra caliza, muy bonita, con su tapia, su verja, sus cipreses. Es un lugar que me gusta, transmite paz. La verja está abierta y el avatar/clon cuántico, el guía y yo entramos en el recinto. La iglesia también tiene las puertas abiertas. La observamos desde fuera, es muy bonita y acogedora, en el fondo hay un retablo gótico precioso. Me encanta. Hay mucha luz allí, dorada y cálida. Pero lo que más me atrae es el exterior. Hay árboles y dos monjes con capucha que tiran grano a las gallinas que pastan por ahí. También hay cabras y algunos conejos. A los monjes no les veo los ojos, Uno tiene la piel vieja y los dientes feos y picados. El otro es joven y tiene una bonita sonrisa.

- Pax vobiscum, saludan,
- Pax vobiscum, contesto.
- ¿Sois vosotros mi pueblo celular?
- Todo lo que hay aquí es tu pueblo celular: las piedras, las obras de arte, los árboles, los animales, nosotros,…
- ¿Y qué queréis de mí?
- Mostrarte la grandeza de la diversidad. ¿Cómo sientes este lugar?
- Me gusta, percibo paz, orden, belleza, sencillez.
- ¿Qué crees que hay tras los muros del convento?
- Una comunidad muy ordenada y tolerante. Todos saben cuáles son sus obligaciones y las cumplen, a la hora que quieren y como quieren, pero lo hacen. Nadie manda a nadie ni fiscaliza la vida de nadie. Cada ser es libre dentro de un engranaje perfecto.
- ¿Hay algo que no te guste?
- No me gusta el edificio. Ha crecido, ahora sus muros son muy altos y más modernos. Hay muchas ventanas iguales, podría ser un hospedaje de un santuario, pero también parece una cárcel, sea como sea esas ventanas me recuerdan a las celdas.
- ¿Y qué te sugieren?
- Separación y aislamiento.
- ¿Quieres cambiarlo?
- Sí, me gusta el espíritu de la comunidad pero no su edificio. (Pero en general los conventos y los monjes, sobre todo si llevan capuchas, simbolizan una tendencia a estar sometida a demasiadas reglas, normas, credos, rutinas, que limitan, no dejan que la luz llegue a ti, y encima eso le place, y se siente bien aislándose de la sociedad y recluyéndose en un espacio que se ha creado y en el que está cómoda. Esos monjes no gozan de una buena visión porque tienen los ojos tapados, incluso hay uno muy desgastado).
- Entonces pronuncio el decreto de la Capa 3 y el convento se pulveriza en partículas doradas y su espacio sin paredes, solo rodeado por unos arcos sin techo. En el centro hay un pozo ya su alrededor mucha vida, muchas personas de diferente edad, raza y condición. Algunos hacen pic-nic, otros construyen una escultura de barro, otros se organizan para ir a la compra, (se ha pulverizado porque era una imagen para que entendiera lo que le estaba pasando. Es importante tener en cuenta que ese aislamiento también afectaba a su mundo celular, había poca conectividad y eso nunca favorece el correcto funcionamiento del cuerpo).

Noto que voy ascendiendo y veo toda la escena como si la filmara desde el aire. En la parte trasera de la iglesia está el claustro y este está en un llano verde rodeado de márgenes de piedra, el llano se encuentra dentro de otro más grande y así veo un buen número de círculos concéntricos cuyo núcleo es el claustro y la iglesia (está empezando a descubrir su multidimensionalidad). Veo como si todo el territorio se hubiera ensanchado, los macizos montañosos se han separado y ahora dejan ver el mar que hay más allá.

El avatar me pregunta qué he entendido de todo esto. Yo he sentido que todos formamos parte de una gran familia y que nuestras diferencias son caras de una misma moneda, formamos parte de un perfecto orden superior que organiza la existencia-existencias. (y que vivimos en muchas dimensiones a la vez y podemos percibirlas desde abajo o desde arriba e incluso podemos llegar al punto en que se forman los hologramas y cambiarlos si no nos gustan. Se consigue trabajando con las Capas).

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