Descubriendo nuevas herramientas de sanación

Éste es un extraordinario ejercicio de Alquimia Genética en el que la persona explora posibles proyecciones de futuro sobre la base de sus raíces familiares. Nos revela asimismo nuevas herramientas pertenecientes a la tecnología de la conciencia.

Escenario nº 1: me veo envuelta como en cortinas de terciopelo rojo. En realidad estoy en el interior de un corazón, me doy cuenta al tocarlo. Delante de mi hay unas escaleras que suben, son el acceso a una garganta que me llevan a un pasillo rojo que es una lengua; ésta me transporta y me deja en el exterior sobre el trampolín de una piscina. Enfrente de mí veo, en el agua de esa piscina, una mujer sapo, enorme y desagradable.

El avatar me explica que son memorias ancestrales, reptilianas y luciferinas, que impregnan mi árbol familiar materno a nivel emocional, por eso tiene forma de sapo y está en el agua de una piscina. El avatar me indica que le hable en seguida como pueblo celular, sobre todo con mucho amor y al hacerlo, la mujer sapo se empequeñece y acaba filtrándose por el desagüe con toda el agua de la piscina (eso indica que en cuanto tomamos conciencia de nuestras sombras, éstas se diluyen porque pulverizamos así la estructura de cualquier trauma). Entonces el trampolín desciende, la piscina desaparece y me encuentro ante una enorme pirámide de cristal. (Antes de acceder a su estructura cristalina tenía que reconocer esas reminiscencias reptilianas que le llevaron a decir (lengua) y mascullar cosas poco gratas sobre su madre).

Me meto dentro y me transformo en un feto que brilla (es como un nuevo nacimiento). Voy dando vueltas en forma de elipses a tal velocidad que me dice el avatar que me estoy convirtiendo en un neutrón (o sea que accede a un estrato muy implosionado de su ser). Al acabar, en la base de la pirámide, empieza a germinar una enorme flor blanca, se hace tan grande, que cubre todo el interior de la pirámide, hasta que se abre y se despliega tirando las paredes de la pirámide al suelo. Los pétalos, enormes, forman varios pasillos a mi alrededor. Me dice el avatar que es una flor que no existe en la Tierra (es una belleza, una armonía y una delicadeza que se están forjando en su interior a raíz de estos trabajos).

Al fondo de uno de esos pasillos me espera mi padre, guapísimo, vestido de blanco; corro a abrazarlo, no puedo parar de llorar, siento mucha emoción. Me dice que a partir de ahora tengo que emprender mi propio camino (le está diciendo que ha de desligarse de los condicionamientos ligados a su madre y a los patrones heredados de ésta). Le pido que venga conmigo hacia el centro de la flor, pero me dice que no, que su lugar es otro, pero que siempre estará conmigo a un pensamiento de distancia. El avatar me explica que mi padre me está transmitiendo que, cuando estaba en vida, todos los problemas que pasamos en realidad fueron trampolines para mí: sirvieron para fragmentar esas tendencias que salieron antes, para romperlas, y que juntos formamos muy buen equipo.

Tras oír esto mi padre se atomiza en el aire, siento una paz inmensa, la tristeza que sentía desaparece. El avatar me indica que vaya al pistilo de la flor, me siento encima y éste se eleva y me lleva tan alto que me sitúa frente a una estrella (o sea que está elevando todos esos contenidos, sobre la base de la armonía reencontrada, situándose muy por encima de todas las contingencias familiares); de esta estrella se proyecta el holograma de una mujer de muchos colores, hermosísima. Me abraza y nos convertimos en una espiral multicolor que va viajando por el espacio. (En eso se está convirtiendo ella, en un ser lleno de matices y de hermosura). Casa del jefe de la Capa 4: llegamos directamente a la fachada de un enorme edificio de cristal. Arriba del todo veo el cielo encapotado de nubes. El avatar me indica que es falta de conciencia y me lleva a un ascensor hasta la última planta del edificio: es un hospital con muchos enfermos.

El avatar me indica que siempre me dedico a apagar incendios en mi familia, cuando en realidad debo estar por mí y mis cometidos llegarán como en una bandeja de plata a mis manos. Me dice que el jefe me espera en otra sala. Tras pronunciar el mantra de la Capa 4, veo que la casa es de dos plantas, acristalada y enfocada hacia el mar. Sobre todo se ve el Sol luciendo sobre el mar y ese reflejo iluminando toda la casa. El avatar me hace notar la presencia de una fuente en el medio del salón; me dice que es una fuente de reprogramación y que acuda a ella siempre que necesite empezar de nuevo algo. (interesante herramienta) Pido trasladarme al momento en que mejor utilicé los potenciales de esta área de mi psique y veo una mujer joven vestida de muchos colores. Es muy dinámica. Me coge, y en un instante me veo sentada en un sillón en el fondo del mar.

Hacia mí vienen multitud de pececitos que empiezan a hacerme un peeling por todo el cuerpo y cuando han acabado me acarician y me miman acariciándome. La mujer me explica que es de un lugar llamado Sintagma, una implosión de Lemuria, y trabajan mucho con la naturaleza profunda de las cosas. Me explica que han conseguido que los parásitos se integren en su realidad de una manera que todo el mundo se beneficie. Me explica que los mimos de los peces es un agradecimiento mediante la materia sutil y eso armoniza los distintos cuerpos del ser. Y el peeling no sólo se lleva la materia física, también memorias dolorosas e inútiles. (Otra herramienta nueva a tener en cuenta).

Vuelta al primer escenario: vamos con la mujer multicolor a la Tierra dejando una estela de colores a nuestro paso. Llegamos a una playa en Hawai, hay un volcán apagado y hay un ambiente festivo en la playa, con bastante gente. Los avatares me indican que vaya a una cueva de diamantes que está allí; dentro hay un obelisco de cuarzo blanco en el que me introduzco. Una vez dentro una voz me dice "Quedan eliminadas todas las memorias ancestrales familiares. Transita tu camino en paz." Al salir toda la gente que había en la playa me espera ante la cueva en grupo, llevando entre todos una enorme guirlanda de flores de color blanco y rosa. El avatar me indica que mi pueblo celular se está reunificando en un entorno armonioso y agradable. (Está dando un paso importante hacia su propia integración, hacia lo que los físicos llamarían la gran unificación).

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