Huelga general...en clave de humor

Cuando se acerca un movimiento social de cierta envergadura, como por ejemplo el de la huelga general anunciada para mañana en España, se nos brinda una ocasión para realizar una reflexión. Me pareció muy acertada la que recibí esta mañana de una buena amiga, y por ello la comparto:

“Me gustaría compartir con vosotros este vídeo. Mañana es día de huelga general...
una huelga que muchos no pueden secundar aunque les gustaría porque supone una reducción en el salario que no se pueden permitir; una huelga que otros muchos no quieren hacer porque la consideran partidista...

Pero no, no pretendo hablar de nada político ni reivindicativo con esto...sólo que me gustó este vídeo que llegó a mis manos. Habla de hacer por un día, mañana 29 de marzo, una huelga de consumo... no consumir absolutamente nada....¿Pero con qué fin?


El vídeo llega hasta ahí. A mí me gustaría ir un poco más lejos...¿por qué no consumir?

Personalmente, lo voy a hacer...pero para mí tiene un significado más profundo. Para mí, no es fastidiar el sistema, mermar la productividad, fastidiar a los políticos, o a las empresas, o a los bancos...para mí un día sin consumir tiene una enorme responsabilidad para conmigo misma.

Si todas las personas lo viéramos así, si nos sirviera a todos, para interpretarlo en clave de "parón", de "meditación"...de romper las normas del día a día...para dejar paso a la reflexión... Ayer escuchaba un audio de Kabaleb que me encantó...en un momento dado, explicaba que no tenemos suficiente tiempo para salir de nuestros trabajos, de nuestras rutinas...y eso nos impide muchas veces, captar los mensajes importantes.

Entonces ¿qué significa estar por un día de huelga? ¿Tener la oportunidad de reflexionar, de conectarnos de verdad? Muchos lo intentamos hacer a menudo, a través de la Alquimia Genética, o de otras cosas...

Pero me encantaría soñar, que mañana, por un poquito que sea, todas las conciencias tuvieran una pequeña reflexión sobre sí mismas... Así veo yo un día de huelga, más allá de pitos, pancartas, reivindicaciones, piquetes y quejas.” Hasta ahí la reflexión de mi amiga.

Me gustaría añadir algo más a estas sabias palabras. La interesante propuesta que hace esta amiga sería dejar de consumir estímulos del mundo exterior y dirigir nuestra atención hacia el mundo interior. Sería como invertir los mandos, hacer lo contrario de lo que hacemos habitualmente.

Por otro lado, podríamos reflexionar sobre lo que ocurre en nuestro organismo cuando permitimos que nos invada la crispación: se rompe el equilibrio entre la acidez y la alcalinidad. Dicen los entendidos que la preponderancia de la acidez es la puerta de entrada de todas las enfermedades. De ello se deduce que la crispación generalizada sólo puede desembocar en una enfermedad del cuerpo social, es decir en más crisis. Y ello llevaría a más recortes. Pero la huelga, ¿no era para protestar por los recortes? La situación, más o menos, sería ésta: me indigesto por haberme alimentado de forma poco adecuada y para remediarlo me como una caja de bombones.

Pienso que la crisis que está ahora mismo atravesando la sociedad no la han creado los políticos, ni los partidos, ni siquiera esa tan cacareada plutocracia del club de los iluminatis o élite financiera. En mi opinión, la crisis no es más que una señal que está emitiendo ese gran organismo o cuerpo social formado por todos los terrícolas para sugerirnos que cambiemos nuestro régimen de vida, nuestra forma de “alimentarnos”. Para sugerirnos que dejemos de saciar nuestra sed en los abrevaderos de la queja, la rabia, el pesimismo, la crítica, el rencor, el nihilismo, la insolidaridad, la separación, la xenofobia, la duda, la tristeza, el miedo, el olvido de quienes somos.

Hacer una huelga de consumo de todos esos “productos” y proponernos empezar a beber en la fuente de la alegría, el entusiasmo, el empoderamiento, la unión, el holismo, la confianza, la creatividad, el optimismo, la grandeza, la inteligencia del corazón…podría ser una buena propuesta para la jornada de mañana.

No obstante, es comprensible el malestar general por la merma que se está produciendo en los salarios, en las prestaciones sociales etc.., así que, podríamos sugerirles a los huelguistas y a las brigadas de piquetes que en vez de atemorizar, amenazar o agredir a quienes no pueden o no desean seguir la huelgas, intenten cambiar de estrategia y convencerlos con el salero y la gracia que emplearon el grupo de bailarines que cantaron y bailaron “Eso no es crisis”.

Podrían por ejemplo situarse en la entrada de las fábricas o de las oficinas y empezar a contar chistes a los que están a punto de integrarse a su puesto de trabajo, traer una pandereta, unas castañuelas o unas guitarras, bailarles un fandango, una jota o un vals, lo que se les ocurra, o podrían darles abrazos a los trabajadores. De manera que les entre tal ataque de risa que sean incapaces de entrar a trabajar. Entonces podría ocurrir que el Director de la fábrica o el patrón saliera para ver lo que ocurre y que se le contagiara la risa. O podrían leerles en voz alta, de forma repetitiva, la plegaria del ángel Cachondiel, con una cacerolada como música de fondo.

En vez de sellar las puertas de los bancos con silicona podrían tirar confetis y pitar con matasuegras, en definitiva, se trataría de realizar un cambio de táctica para evitar la crispación social. Propongo a quienes lean estas líneas que hagan una visualización imaginando estas escenas hilarantes, de esta manera abriríamos una ruta neuronal, invitando a que otras personas transiten por ella.

You may say I´m a dreamer...but I´m not the only one...

No hay comentarios:

Entradas populares