Adiós dolor de espalda...

Me place compartir ese retazo de vida, la experiencia de una mujer que lleva sólo tres sesiones de Alquimia Genética (sólo le falta una para completar el ciclo inicial) y que está superando un dolor de espalda muy molesto. Ella misma me comentó que se sentaba en una “postura inadecuada” en su trabajo, pero la invité a leer más allá de sus propias palabras, lo inadecuado era su forma de percibir su tarea, la tendencia a ver el vaso medio vacío, a ver sólo los problemas y las sombras de su actividad profesional etc.

Cambio su visión y todo lo demás también se modificó. Y empezaron a ocurrir cosas mágicas. Y es que, como dice Jean Pierre Garnier Malet, en cuanto empezamos a controlar la benevolencia de nuestros pensamientos, todo se conjuga para que el cielo baje a la tierra.

“Te quiero comentar los cambios que se están produciendo en mi trabajo, sobre todo en relación conmigo. Si recuerdas en la última meditación que realizamos juntas hace unos días me recomendaste que tomara conciencia de por qué me dolía la espalda, y por qué "me sentaba en una postura inadecuada" y que abriera mi cielo interior y les dijera a los ángeles que trabajasen conmigo. Al día siguiente, así lo hice les dije que bajaran y atendieran a los pacientes que entraran en la consulta en lo que necesitaran, a lo familiares que les acompañan, a todos los médicos a mis compañeros y a mí misma, y que si en algún otro lugar de la clínica también los necesitaban, que acudieran.

Yo por mi parte me di cuenta que el trabajo que hago allí, es un trabajo de servicio a los demás y desde que lo supe, lo hago sin esfuerzo, me canso menos, estoy más alegre y he notado cambios muy positivos, tanto en los pacientes como en los médicos, por ejemplo, el lunes pasado uno de los médicos que tenía consulta se retrasó, cuando llegó se dirigió a mí y me dice, la culpa de que haya venido hoy la tienes tú, y le digo “¿yoooo?”, me contesta: “si, porque no me encuentro bien, no hubiera venido, pero he pensado que si no vengo te hubiera dado mucho trabajo porque tendrías que haber llamado a todos los pacientes para que no vinieran hoy”.
¡Es la primera vez que me pasa!.

Otro de los días una señora me dijo no sé cuantas veces que yo era muy amable (en estos días me lo dicen mucho), sacó un puñado de caramelos del bolso y me los dejó en la mesa. Hoy otra señora me ha dicho que en la próxima consulta, aunque no tenga que ir a Secretaria, pasará solo para saludarme. También uno de los médicos que era muy controlador, no deja nada sin revisar varias veces, está mucho más distendido, como si hubiera madurado.

En cuanto al dolor de espalda, los primeros días volví a tener dolores muy fuertes, me di cuenta que solo me dolía en el trabajo, yo seguí con la actitud nueva y ahora ya no me duele, curiosamente me siento mejor en la silla, me doy cuenta cuando tengo una mala postura y la corrijo.

Estoy muy contenta y alucinada por los cambios producidos, quería que lo supieras, porque ya ves que funciona.“