Anécdota perlada

Ya que las noticias están como están –color carbón-, ya sea en TV, en la radio o en los foros internáuticos, no vendrá mal un toquecito de humor. Me gustaría compartir una anécdota que conté ayer a una amiga y que le ayudó a remontar la cuesta después de un pequeño bajón que experimentó.

Hace unos meses, me llegó a través de una meditación un nuevo ejercicio –en el marco de la Alquimia Genética- que consiste en introducir a la persona en una piscina de perlas para relajarla y ayudarla a conectar con su Yo femenino. Tras hacerle imaginar que se relaja en una piscina de perlas, le sugería que introdujera las perlas por el primer chakra (vagina), siguiendo el recorrido de la kundalini, hasta que se repartieran por todo su cuerpo. Las perlas eran en realidad diminutas, cuánticas cápsulas llenas de endorfinas y al penetrar etéricamente en el cuerpo, sueltan y reparten las endorfinas. El efecto es realmente curioso y muy relajante.

El caso es que en los primeros meses en los que introduje esta nueva práctica, las receptoras siempre eran mujeres, a los hombres aún les cuesta mucho esfuerzo aceptar la idea de penetrar en su interior para averiguar lo que allí se cuece, no son legión los que se apuntan a una Alquimia Genética. Pero resulta que un día apareció en mi consulta un hombre. Le llevé a la piscina de perlas, pero en el momento de sugerirle que las introdujera en su cuerpo, caí en la cuenta de que se trataba de un hombre, que para más inri era gay. La idea de decirle que se introdujera las perlas por el ano no era de lo más adecuado, pero no se me había ocurrido pensarlo antes.

Y entonces pasé durante unos segundos por un gran aprieto porque me entró un monumental ataque de risa, que no podía de ningún modo exteriorizar, y tuve que disimularlo como un ataque de tos, menos mal que el hombre tenía los ojos tapados con una mascarilla y no podía verme. Tuve que mantener la compostura durante el resto de la sesión. Eso sí, en cuanto se hubo marchado, pude desfogarme y soltar todas las carcajadas que había retenido, que no fueron pocas.

La solución al aprieto me vino en segundos: hacerle imaginar que introducía las perlas por las fosas nasales. Y así lo hago desde entonces. Que tengan un feliz día.

1 comentario:

Manuel dijo...

Como son perlas etéricas, se pueden introducir por el primer chakra directamente, por el perineo, seas hombre o mujer. Aunque no haya abertura en el cuerpo, da igual, son perlas etéricas, no físicas.

Un beso

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