2012, el esperado, el temido (continuación)

Ésta es la continuación del análisis astrológico-angélico que inicié hace unos días sobre el 2012. Vimos que en el mapa del 1.1.2012, Júpiter estaba activado por el ángel Achaiah, que hablaba en su exhorto de volver a lo natural. Es la fuerza que nos induce a consultar el gran Libro de la naturaleza, me gustaría insistir en este concepto porque es de vital importancia.

Hubo un tiempo, muy remoto, cuando fuimos diseñados por el gran Logos, en tiempos de Adán Kadmón (cuerpo de luz o plantilla original del ser humano), en que teníamos acceso a toda la información disponible en la gran base de datos del universo. En cuanto necesitábamos un dato, o un conocimiento específico, bastaba con conectarse (ver la película Avatar) con uno mismo, o con la naturaleza para obtener todas las respuestas. Y ello no implicaba disponer de libros, ni destruir bosques para obtenerlos, tampoco precisábamos ordenadores, ni tabletas, ni i-pods, ni I pads, porque la memoria universal no necesita ningún soporte físico, está en las “nubes”, que es una forma de designar el mundo etérico.

A propósito, no deja de ser curioso que una de los servicios más sofisticados que ofrece la informática puntera sea el “Cloud Computing” (cloud significa nube en inglés). Se trata de un espacio virtual que pertenece a un servidor, que sirve para ofrecer servicios y almacenar información en una localización intangible, gestionada por unas máquinas. Por ejemplo, este sistema nos permite acceder –cuando viajamos- a toda la información que tenemos en el ordenador, a través de una simple tableta o desde un ciber café. Es posible, naturalmente, en caso de que hayamos mandado todos nuestros archivos a la nube.

La desventaja es que si un terrorista o un rayo cósmico destruyera el servidor, nuestra información desaparecería con él, porque no es posible hacer copias. De algún modo, la nube o Cloud Computing es el perfecto equivalente de los archivos universales, la ventaja de estos últimos es que no pueden ser destruidos por ningún chiflado, siempre están disponibles para quien sepa acceder a ellos.

Y dicho acceso es uno de los retos que nos propone este nuevo año. Sigamos con el análisis, Neptuno, que forma con Saturno un hermoso trígono (en el mapa del 1.1.12), trabaja con las energías del ángel Manakel 66. Manakel es la parte de nuestra psique que nos ayuda a liberarnos de los sentimientos de culpa, a activar nuestro potencial creador, a salir de la depresión y a despertar la intuición. Veamos lo que nos dice en su Exhorto:

Has de saber, peregrino,
que la materia es un disfraz con el que se viste la energía.
En el interior de cualquier receptáculo material,
se aloja otra vida, secreta, oculta,
que contiene la simiente de futuros universos.
Mi función, peregrino, es poner en tensión
los órganos de tu cuerpo,
para que ese esperma generador pueda salir de ti
y puedas engendrar con él nuevos mundos.
A través de mí has de realizar
la experiencia de la tierra y la del cielo;
conocerás los placeres encerrados en la fruta tierna
y los que produce en el alma la ambrosía.
Sabrás descifrar los sueños y comprender las limitaciones
de los estados materiales.
Tu mente será amplia y en ella cabrán los conocimientos
que encierra la columna de la izquierda
y la inspiración contenida 'en la columna de la derecha.
Sabrás, peregrino, lo que es el Bien
y lo que es el Mal.

Manakel es, por lo tanto, la parte de nuestra psique que sabe operar transmutaciones, es el alquimista, el que nos permite descubrir que detrás del mundo de las apariencias se esconde la energía, una fuerza gracias a la cual podemos construir nuevos hologramas, nuevas realidades. ¿Y si los tan denostados programas del “cuore” fueran un disfraz, una pantalla detrás de la cual se esconde la posibilidad de exteriorizar, estudiar y observar las emociones humanas y de experimentar con ellas. Por ejemplo para tomar conciencia de hasta qué extremos nos pueden llevar dichas emociones cuando se combinan con la ignorancia y la zafiedad?

En ese sentido, sería como vaciar el aceite usado de un motor, el motor pisciano, para poderlo rellenar con aceite acuariano. No podemos acceder al 2012 sin llevar a cabo ese vaciado, por eso ahora mismo tantas personas están inmersas en un proceso de limpieza (gripes, resfriados, problemas intestinales etc.) o de confusión interior.

¿Y si detrás de la aparente crisis económica se escondiera la necesidad de recobrar nuestros auténticos valores, de cambiar de paradigmas? Ya hemos hablado de ello en varias ocasiones.

¿Y si los poderes de la sombra, los Illuminati, Bilderberg y cia fueran la manifestación del “al revés te lo digo..” de un plan de luz muy bien orquestado para que los humanos empezaran a coger el toro por los cuernos, a llevar el timón de sus propias existencias y a descubrir que la unión hace la fuerza?

¿Y si la crisis de la sanidad tuviera por objetivo no declarado que cada ciudadano empezara a gestionar su propia salud?

Manakel nos sugiere que nos atemos los machos y empecemos a crear nuevas realidades, nuevos hologramas en los cuales la Tierra y el cielo formen una unidad. Eso implica coherencia, vivir abajo todo lo que tenemos en la azotea.

“Conocerás los placeres encerrados en la fruta tierna”: los frutos tiernos son los resultados de lo que hemos sembrado, de nuestras acciones, dicho de otro modo, en este año podremos palpar los resultados de nuestra búsqueda espiritual –recordemos que estamos hablando de Neptuno- de todos los esfuerzos que hemos realizado para entender el funcionamiento de la maquinaria cósmica, o de nuestro microcosmos particular. Todas las personas que, a través de libros, cursos, talleres de autoayuda han intentado crecer espiritualmente van a poder recoger los frutos maduros de sus pesquisas, y eso hará que sus almas prueben la “ambriosía”. Lo estoy comprobando todos los días a través de los Talleres y ejercicios de Alquimia Genética que la gente me manda, las conexiones son cada vez más profundas y placenteras, sobre todo cuando se llevan a cabo en grupo.

“Sabrás descifrar los sueños”, eso significa saber descifrar el lenguaje de los símbolos, saber entender las sincronicidades, las anécdotas diarias, porque lo que vivimos día a día no es más que un sueño lúcido.

“En tu mente cabrán los conocimientos que vienen de la izquierda y de la derecha” eso significa que la parte de la psique llamada Manakel es la que se encarga de equilibrar los dos hemisferios cerebrales, el racional y el creativo. Y finalmente saber lo que “es el bien y el mal” es saber discernir, entendiendo por “bien” aquello que nos permite avanzar, crecer y evolucionar y por “mal” aquello que nos hace estancarnos, retroceder o que nos mantiene atados a la dualidad y al juego de la separación. Menuda marcha la de este ángel. (continuará)

Soleika Llop

Nota: las Plegarias y Exhortos de los 72 ángeles de la Cábala están recogidos en el libro: “Los Ángeles al Alcance de Todos” de Kabaleb.