Meditación Nueva Luna junio 2010

Esta meditación está en audio, la verán en el siguiente enlace: http://connectpro92071974.emea.acrobat.com/p29333925/

- Relajación – Inducción

- Imaginamos que nos trasladamos a un gran teatro en el que van entrando miles de personas porque allí se va a dar una obra importante. Todo el mundo se sienta. Se apagan las luces, se hace un gran silencio.

- Imaginamos que en medio del escenario hay un gran diamante en forma de corazón. Desde el diamante, empiezan a salir miles de hilos de luz que se dirigen hacia los corazones de todas las personas que están en el teatro y también hacia el corazón de todas las personas que están compartiendo esta meditación...

- Imaginamos que cada uno de esos hilos de luz, que parte del diamante y se ha introducido en cada corazón, sube, desde el corazón, hasta el chakra 7, situado en la coronilla de cada persona y desde allí ese rayo sale disparado con fuerza hacia el planeta Urano (el planeta del amor universal).

- Imaginamos que Urano nos devuelve el rayo con una fuerza redoblada, así que imaginamos que desde Urano salen miles de hilos de luz compuestos por pequeñas esferas de luz, que son paquetes de información.

- Imaginamos que esas esferitas de luz penetran por nuestro chakra 7, invaden completamente nuestro cuerpo, sentimos cómo se ensancha nuestra conciencia con esta luz, que va a parar a nuestro disco duro interno.

- Sentimos como esa información busca salidas hacia todos los espacios de nuestro ser, quiere penetrar en todos los vacíos pero encuentra barreras, lo que en lenguaje informático llaman “cortafuegos”, que no permiten que la información fluya. Esas barreras las forman nuestros miedos, angustias, archivos temporales varios, imágenes perturbadoras, complejos etc...

- Imaginamos que las energías de Lauviah y Aladiah salen de las esferas de luz y empiezan a diluir todas esas resistencias, a romper los diques de contención. Sentimos como la luz empieza a fluir y a penetrar en todos los rincones de nuestro ser. Nos sentimos cada vez más libres. A medida que desparecen las barreras, sentimos cómo nuestro disco duro empieza a emitir luz hacia todos los rincones de nuestro ser.

- Imaginamos que por dentro, somos lo más parecido a un árbol de Navidad con las luces encendidas. Es una extraordinaria sensación de plenitud.

- Esa luz interior cobra tanta intensidad que sale fuera, ilumina completamente ese gran teatro, sentimos que esa luz está acelerando nuestras partículas, hasta el punto de que éstas estallan, se atomizan, es como si se produjera en nosotros una explosión, la luz de dentro se funde con la fuera y descubrimos que no hay dentro y fuera, sino que todo forma parte de todo, que somos un todo unificado, que el universo es Uno.

- Permanecemos unos segundos con esta visión, con la sensación de adhesión al universo y esto nos llena de endorfinas, de hormonas de la felicidad. Nos sentimos felices, somos felices.

- Poco a poco imaginamos que nuestras partículas van desacelerando, que nuestra figura se vuelve a componer, vamos frenando, frenando, nuestro cuerpo ya va tomando su forma habitual. Damos las gracias a Urano y a los seres de luz que nos han permitido vivir ese momento tan especial y vemos cómo el rayo uraniano vuelve hacia nosotros, hasta nuestro corazón y de allí vuelve al diamante.

- El diamante se apaga, las luces del teatro se abren de nuevo y vemos la cara de felicidad de todas las personas que nos rosean. Las sillas desaparecen. Todos los presentes forman una gran piña, se funden en un brazo cósmico.

- Antes de abandonar la sala, formulamos un deseo para el universo, será nuestro regalo, a cambio, nosotros también recibimos un regalo del universo.

- Salimos del teatro, salimos del templo y regresamos a nuestra realidad


Soleika Llop

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