Este es un ejercicio de Alquimia Genética en la que la persona ha explorado una Capa de su ADN sutil que tiene relación con la comunicación ligada al sector profesional, y con la forma de pensar respecto al trabajo. Contiene metáforas muy hermosas, recordemos que así es como se suele expresar el inconsciente, con un lenguaje simbólico. Nos cuenta que con sus pensamientos hila una serie de circunstancias, ligadas a su trabajo. Lo que más me ha llamado la atención es la conclusión a la que ha llegado, esto demuestra, una vez más, que a través de la Alquimia Genética, uno aprende a interpretar sus propios procesos y a ver claro en su vida. Entre paréntesis, mis comentarios. ..
“Cuando penetro en el templo del Mont Saint Michel, las escaleras que me conducen a la gran sala, están repletas de rosas (hay amor en esa área). El aroma es muy agradable, las amatistas (símbolo de transmutación) se mezclan con las rosas. Está todo renovado (gracias a que esta persona está realizando un profundo trabajo sobre si misma), la sala es circular e inmensa (esa área psíquica ocupa mucho lugar, es lógico ya que esta persona se dedica a la enseñanza, y por tanto utiliza mucho la comunicación en su trabajo).
Invoco a los Maestros. El Arcángel Miguel me acompaña. LLegamos a una habitación donde hay un telar, antiguo. A su lado hay un anciano que se siente triste porque ya no se utiliza. Hablo con él y me comenta, que antiguamente se había utilizado mucho. Acaba diciéndome que es un telar mágico. Que sus hilos tejen lo que ha de suceder. Invoco el mantra de reprogramación y el nombre hebreo de la Capa de mi ADN que estoy trabajando. Una gran luz inunda todo.
El telar está en marcha pero ahora es de luz, al igual que las mujeres que lo tejen. Esos hilos representan mis pensamientos, cuanto más refinados y más elevados, los hilos son más finos, de seda pura, y mejor se puede tejer el tapiz. Unos se unen a la perfección con los otros. Si los pensamientos no son tan refinados, los hilos se vuelven gruesos y de colores que no generan armonía con el resto de tapiz. Doy las gracias a los maestros por todo.”
“Y como he visto que iba de armonía la meditación, he incluido una de las que colgaste en el blog (se refiere a la meditación “En busca de tu arte”, que hice para la Nueva luna de Febrero). He invocado a Haamiah. Un rayo de luz me ha conducido a un jardín, y al lado de una fuente ha venido el ángel. He sentido una gran paz y armonía conmigo mismo. Le he pedido que me muestre de una vida pasada o futura el momento donde más y mejor he desarrollado su programa.
He visto una bailarina. Bailaba con el alma, ponía amor en cada movimiento (eso mismo es lo que tiene que hacer esta persona en su trabajo y en la forma de comunicar con sus alumnos, de manera que cada gesto, cada pensamiento, cada palabra, cada actitud guarden una armonía, sean coherentes unos con otros). He hablado con ella, y ha sido una pasada, la felicidad que he sentido, con ganas de llorar y todo (porque ha reencontrado una parte de su sensibilidad).
Nos hemos dado las manos, y le he preguntado que cómo puedo generar armonía en mi vida. La respuesta ha sido que amando el movimiento (eso puede significar evitar el estancamiento, el aceptar ir hacia delante, evolucionar, introduciendo nuevos conceptos en su trabajo, no contentarse con dar siempre los mismos contenidos educativos). Hemos realizado un trasvase espiritual a mi ADN. Hemos quedado en volvernos a ver.
La conclusión que saco de todo esto es que para mejorar la comunicación con mi Yo Superior, y con mi padre (sector que también está ligado al de la profesión), y con los superiores jerárquicos del trabajo, he de elaborar pura "seda". Cultivar pensamientos suaves y, sobretodo, amar el movimiento, el cambio en sí mismo.”
Soleika Llop
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