Este es otro ejercicio de Alquimia Genética en el que la persona se reencuentra con su propia sabiduría. Muy revelador. Entre paréntesis, mis comentarios.
Lo primero que he visto ha sido que comenzaba una tormenta, cielos nubosos y agua. Yo estaba muy tranquilo. Estaba en la naturaleza y miraba unos tipis a mí alrededor. Estaba de pie y miraba el riachuelo. He visto que había alguien cerca del riachuelo. He bajado y era un niño. Lo he cogido de la mano y le he dicho que era peligroso estar tan cerca del río mientras llovía. Que en poco tiempo subiría y lo podía arrastrar. Le he preguntado qué hacía allí y me ha dicho que estaba haciendo su función y que esperaba a que yo lo rescatara, que hacía esa función para mí. ..
Para que yo me diera cuenta del conocimiento que tenía de los ríos y de la tierra. Eso me ha hecho pensar y me he visto con mucho conocimiento de todo eso. He calculado que en tanto tiempo subiría el agua del río y que si subía más allá de determinado nivel deberíamos recoger todo y marcharnos. Ha venido el resto de mi gente. Doce tiendas-tipis doce cabecillas de mis tribus (de las doce Capas de su ADN, que no son otra cosa que las doce tribus de Israël).
Estaban viajando conmigo por ese ingente territorio (psíquico) nuevo que he descubierto. Bosques, agua, naturaleza. Mi propio territorio. Les he dicho a todos que nos juntáramos en la tienda grande (esto es muy sanador porque significa unificar la psique. Una psique unificada tiene mucha más fuerza, puede desarrollar la conciencia láser). Yo esperaba encontrar al viejo de la tribu, pero una vez que estábamos dentro me han dicho que ese sitio me correspondía a mí (esto indica que ha alcanzado la categoría de sabio de su propia tribu, de su pueblo celular, por todos los trabajos que está haciendo sobre sí mismo. Es algo muy hermoso).
Yo me he mirado a un espejo y me he sonreído porque no tenía conocimiento de que fuera viejo, de que fuera el que más sabía (aún no se quiere lo suficiente). Sin embargo los surcos de mi cara me delataban. Nos hemos reído y hemos charlado. Yo estaba sumamente tranquilo. Me sentía con mucha sabiduría. A la vez notaba que sentía todo lo que pasaba fuera, si el río crecía, el viento, el tiempo… Les he preguntado a todos que tenían que exponerme. Y han empezado a decirme: más audacia, más esto, más lo otro…
Ellos me han dicho que lo único que querían es que llegara a mi nivel, a mi nivel de conocimientos, a mi nivel de sabiduría, y que ellos estaban allí para ayudarme (esto es extraordinario, demuestra que uno puede obtener la ayuda de su mundo celular, sólo hay que saber pedirla). Que tenían mucha confianza en mí.
He salido y he visto que el río había subido más del tope que yo había fijado. Hemos recogido y nos hemos puesto en camino. Era un placer andar bajo la lluvia. Un gran recorrido hasta llegar a una explanada en lo alto muy alto. Era de noche y se veían todos los fuegos de campamento de mi pueblo extendido por los cuatro puntos cardinales. Eso ha sido muy poderoso.
En esa explanada mi compañera se ha hecho una conmigo, ha entrado dentro de mí y lo mismo les ha pasado a los otros (Unión de las dos polaridades). Han hecho un círculo cogidos de las manos conmigo dentro. Ahí dentro me sentía muy bien. He aprovechado y he recitado con todos el nombre de la Capa que estoy explorando. He viajado por todo ese territorio.
Y después me he trasladado hasta un pico aún más alto (elevación de la vibración). No era una casa ni una gruta, era una bola de cristal encima de un pedestal. Me he trasladado allí en un instante mientras permanecía a la vez en el círculo. He mirado la bola. Una voz me ha dicho que tan sólo debía calcular por donde iba a salir el sol y colocarme en su dirección. Así lo he hecho y ha empezado a amanecer.
Mientras iba hablando con esa voz: “Noto que cada vez estoy más cerca de ti”. Esa voz es muy poderosa y muy íntima. Ha amanecido y la luz del sol al dar en la bola ha hecho de prisma y ha venido a mí. Ha creado una bola de luz blanca muy fuerte. Una vez dentro de esa bola blanca de luz, la voz me ha dicho que mirase la bola. La bola la había colocado yo allí. La voz me preguntaba que esperaba ver en la bola.
Me ha hecho entender que el futuro no iba aparecer en la bola y que el pasado tampoco. Que lo único que contaba era ese círculo de luz en ese momento (le están aconsejando que viva en el ahora). Toda esa inmensa energía que estaba recibiendo. Que yo era capaz de sintonizar con esa energía. Y que debía utilizarla. Ha sido algo muy provechoso aunque no se de qué manera explicarlo, es como si me librara de viejos patrones.
De repente veo que el río que vi al principio se ha secado. Pregunto quién está a cargo de dar o quitar caudal.
Aparece una vieja. He hablado con ella y me ha dicho que era una vieja resentida y avara. Y que cuando a ella le parecía quitaba o daba el agua. Yo le he dicho que ahora tenía la oportunidad de dejar ese puesto. Me ha dicho que tenía que ver con mi abuela materna (viejos patrones heredados) y que llevaba desde entonces manejando más o menos a capricho. Le he vuelto a decir que se pensase en marcharse a donde ella quisiese, a ayudar a otro o simplemente a estar mejor. Me ha dicho que si con la condición de que la abrazase. Al darle el abrazo ha intentado clavarme un puñal en la espalda.
Yo estaba muy tranquilo porque era como un holograma y no podía hacerme daño (en efecto, todas estas imágenes son hologramas, simplemente hay que entenderlos, la vieja simboliza la tendencia que tiene esta persona de boicotear la manifestación de su creatividad –de esto trata la Capa que estaba explorando- de alguna manera, les cerraba el grifo, es decir que no la amaba lo suficiente).
Estaba en el círculo de mis doce. Ella se ha puesto a llorar y a pedirme perdón. Yo le he vuelto a decir que le agradecía mucho su trabajo y que ahora ya no tenía sentido. Me he despedido de ella agradeciéndole su trabajo. Ha sido un momento muy liberador y me da mucha confianza.
Abriendo Conciencia, Charlas, Reflexiones, Meditaciones, material creativo de alto voltaje
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